Apocalipsis climático: una farsa cuyas predicciones nunca se cumplen.
El alarmismo climático se ha intensificado en los últimos años. Pero no es un fenómeno nuevo ni exento de errores. Y, además, siempre, siempre, han fallado.
El socialista Antonio Guterres, anunció que habíamos entrado en la era de la ebullición global, que «el colapso climático ha comenzado».
Las predicciones climáticas alarmistas han fallado desde siempre
Las predicciones climáticas incumplidas, han fallado desde siempre. Hoy abundan las predicciones apocalípticas que auguran grandes catástrofes y, en última instancia, hasta el fin del planeta, junto a las mágicas soluciones que pregonan los chamanes y sacerdotes climáticos de nuestros días.
La última tuvo lugar ayer mismo, después de que el planeta registrara este año el verano más caluroso de la historia, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), cuya base se remonta a 1940. A raíz de este dato, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha afirmado en un comunicado que «el colapso climático ha comenzado».
Los grandes fracasos de los alarmistas
Pero, ¿hasta qué punto aciertan dichos pronósticos? Al margen del rigor y exactitud que, finalmente, demuestren los actuales expertos del clima, lo cierto es que los fallos son algo bastante habitual en este particular campo de la ciencia. No es algo nuevo ni excepcional. Basta con echar un poco la vista atrás para percatarse de la gran farsa que supone el apocalipsis climático, tal y como evidencian las predicciones fallidas formuladas en los últimos 50 años. A continuación, una selección de algunos ejemplos, que no todos, de estos grandes fiascos alarmistas:
- 1939: «Todos los glaciares del este de Groenlandia se están derritiendo rápidamente»
- 1947: «Posibilidad de un aumento prodigioso en la superficie del océano con la consiguiente inundación generalizada»
- 1952: «Los glaciares de Noruega y Alaska tienen sólo la mitad del tamaño que tenían hace 50 años»
- 1967: «Ya es demasiado tarde para que el mundo evite un largo período de hambruna».
- 1969: «Todos desaparecerán en una nube de vapor azul para 1989»
- 1970: «Los científicos predicen una nueva edad de hielo para el siglo XXI»
- 1971: «El mundo podría estar a tan sólo 50 ó 60 años de una nueva era de hielo desastrosa»
- 1972: «Tenemos 10 años para detener la catástrofe»
- 1974: «Los satélites espaciales muestran que se acerca rápidamente una nueva Edad de Hielo»
- 1978: «Un equipo internacional de especialistas ha llegado a la conclusión, a partir de ocho índices climáticos, de que no se vislumbra un final para la tendencia al enfriamiento de los últimos 30 años, al menos en el hemisferio norte»
- 1988: Las Maldivas estarán bajo el agua en 30 años
- 1989: La subida del nivel del mar «destruirá» a la mayoría de países en el año 2000
- 2000: «Los niños no sabrán qué es la nieve»
- 2004: Gran Bretaña tendrá clima siberiano para 2020
- 2006: «A menos que se tomen medidas drásticas para reducir los gases de efecto invernadero en los próximos 10 años, el mundo llegará a un punto sin retorno»
- 2007: «Si no se toman medidas antes de 2012, será demasiado tarde»
- 2012: «Disfrute de la nieve ahora… para 2020, habrá desaparecido»
- 2014: «¿El fin de la nieve?»
- 2018: «La posibilidad de que quede hielo permanente en el Ártico después de 2022 es esencialmente nula»
Hoy, en 2023, la farsa sigue…
Los incendios forestales
Nos dicen que hemos pasado el verano más caluroso desde que existen registros de temperaturas. El secretario general de la ONU, el socialista Antonio Guterres, nos anunció a finales de julio que habíamos entrado en la era de la ebullición global, que «el colapso climático ha comenzado»..
Pero una de las catástrofes que se asocian al cambio climático, los incendios forestales, este verano apenas han aparecido en España. En concreto, se ha quemado una cantidad de hectáreas equivalente a menos de un 25% de las de todo 2022.
Un 75% menos de incendios forestales en España
Según un informe del Ministerio de Transición Energética presentado al consejo de ministros el 5 de septiembre, los 87 incendios forestales registrados en España desde enero han quemado 66.064 hectáreas, cuando en todo 2022 se superaron las 260.000 hectáreas. Es decir, la superficie arbolada quemada se ha reducido en un 75%, a falta del último cuatrimestre del año.
En concreto, y de nuevo con datos del Ministerio, 2023 fue inferior en destrucción a 2022, 2021, 2019, 2017, 2016 y 2015. El año 2022 fue el peor año desde el desastroso 1994, cuando ardieron 437.000 hectáreas en todo el país. Además, el 22% de toda la superficie quemada en España corresponde a un único incendio, el producido en la isla de Tenerife en agosto, donde ardieron 14.750 hectáreas, y que, además, se afirma que fue provocado.
Los cómplices del cambio climático
El fiscal de sala coordinador de Medio Ambiente y Urbanismo elaboró un informe sobre los incendios de 2022 y concluyó que el 25,5% de los incendios investigados son provocados, mientras que el 63,5% nacen por negligencias.
(Con información de la Gaceta/ Libertad digital)