Matrimonio y natalidad: dos pilares que no se pueden separar

En un mundo que se precipita hacia el invierno demográfico, Donald Trump vuelve a dar un paso al frente con un plan que no sólo defiende la vida, sino que apunta a restaurar el tejido esencial de toda nación fuerte: el matrimonio y la familia.

La propuesta de la Administración Trump de implementar un «bono para bebés» de 5.000 dólares representa más que un incentivo económico. Es una afirmación contundente de que la vida merece ser celebrada y apoyada desde su inicio. Según reveló el New York Times, este plan está siendo impulsado por figuras clave como el vicepresidente JD Vance y el empresario Elon Musk.

Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha abrazado una agenda claramente provida. La baja natalidad es una de las amenazas más graves para el futuro de Occidente. Y él lo sabe.

Pero el enfoque meramente técnico o económico del pronatalismo es insuficiente. Las políticas deben centrarse en fortalecer el matrimonio. A pesar de toda la atención que recibe la solución a la escasez de natalidad, el pronatalismo no basta.

No hay fórmula mágica. Pero sí hay un camino claro: restaurar la cultura del matrimonio, reconociendo su papel central en la generación y educación de los hijos. Eso exige un cambio profundo que ni los subsidios ni las medidas aisladas pueden lograr por sí solas.

Al redefinir el matrimonio legalmente y desligarlo de su función natural: la procreación, el matrimonio ha perdido su sentido cultural y social. A esto se suma la confusión ideológica que impide incluso definir qué es un hombre o una mujer.

Cohabitar no es lo mismo que casarse. Los matrimonios saludables contribuyen a la formación de familias estables y una sociedad civil próspera. Esta es la verdad que la ideología dominante se niega a aceptar.

Si queremos revertir el invierno demográfico, debemos empezar por defender lo evidente: matrimonio y natalidad van indisolublemente unidos. Un matrimonio sólido no solo favorece la estabilidad emocional y económica, sino que crea el entorno natural para traer hijos al mundo.

La solución a la crisis de natalidad comienza con devolver al matrimonio su valor, su dignidad y su lugar central en la sociedad. La manera más significativa y eficaz de abordar la disminución de la natalidad es reorientar la sociedad para que valore la formación de familias dentro de matrimonios estables y saludables.”

Francamente, llevó mucho tiempo crear el desastre en el que estamos y también llevará tiempo solucionarlo.  Pero la manera más significativa y eficaz de abordar la disminución de la natalidad es reorientar la sociedad para que valore la formación de familias dentro de matrimonios estables y saludables. ¿Quieres abordar la escasez de natalidad? ¿Quieres acabar con la escasez de natalidad? Haz que el matrimonio importe.

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