La farsa del COVID empieza a desmoronarse: Eslovaquia se suma a la investigación de las vacunas

Eslovaquia rompe el silencio: investigación oficial sobre las vacunas COVID

El Gobierno de Eslovaquia, liderado por el primer ministro Robert Fico, ha abierto una investigación histórica que podría marcar el principio del fin de la narrativa oficial sobre el COVID-19 y las vacunas de ARNm. En un hecho sin precedentes en Europa, Fico ha solicitado la suspensión inmediata de las compras de vacunas contra la COVID-19 tras la publicación de un informe demoledor: se ha detectado presencia de ADN y otras sustancias no declaradas en las vacunas administradas.

El estudio que destapó este escándalo ha sido dirigido por Peter Kotlar, médico y miembro del Partido Nacional Eslovaco, quien sostiene que las vacunas de ARNm podrían «modificar el ADN humano» y alerta de que no han sido suficientemente evaluadas antes de ser inoculadas masivamente.

Advertencia contundente: «Extremadamente irresponsable» ignorar la evidencia

En un mensaje difundido en la red social X (antes Twitter), Robert Fico declaró de forma tajante que sería «extremadamente irresponsable» ignorar las conclusiones de la comisión dirigida por Kotlar. Esta postura evidencia que el primer ministro es consciente del alcance del problema y de la responsabilidad histórica que afronta su gobierno.

Ya anteriormente, Fico había ordenado al Ministerio de Salud la creación de un grupo de trabajo para estudiar los hallazgos. Aunque advirtió que los resultados finales podrían no estar disponibles a corto plazo, dejó claro que la investigación debe seguir adelante y no puede ser enterrada como tantos otros escándalos ligados a la gestión de la pandemia.

La ciencia nacional se moviliza: la Academia Eslovaca de Ciencias al frente

Lejos de quedarse en meras declaraciones, Fico ha propuesto que la Academia Eslovaca de Ciencias (SAV) lleve a cabo un análisis independiente y transparente sobre la presencia de ADN y otras sustancias no declaradas en las vacunas. Esta exigencia es una muestra de que no basta con informes políticos: se necesita una verificación científica que devuelva la confianza a la población.

El primer ministro ha insistido en la necesidad de informar a la ciudadanía sobre estos «graves hallazgos», recordando que, aunque las tasas de vacunación en Eslovaquia son bajas, el pueblo tiene derecho a conocer toda la verdad sobre los riesgos a los que fue expuesto.

Contratos millonarios bajo sospecha: la sombra de las farmacéuticas

El descubrimiento de estas irregularidades llega en un momento crucial: Eslovaquia está comprometida a adquirir cerca de 300.000 dosis de vacunas en 2025 y 2026, conforme a un contrato firmado en 2023 por un valor de 6,6 millones de dólares. Sin embargo, Fico ha sido categórico al afirmar que no deben realizarse nuevas adquisiciones ni pagos hasta que se esclarezcan los resultados de la investigación independiente.

Este movimiento no sólo implica un desafío directo a las farmacéuticas, sino que también cuestiona la opacidad de los contratos firmados durante la pandemia, muchos de los cuales comprometieron recursos públicos bajo condiciones poco transparentes y con cláusulas blindadas a favor de las multinacionales.

El principio del fin: la verdad empieza a salir a la luz

La valentía de Eslovaquia al abrir esta investigación podría marcar un antes y un después no solo en Europa, sino a nivel mundial. Ya no se trata únicamente de voces disidentes en Estados Unidos, sino de gobiernos soberanos europeos que comienzan a desmontar la versión oficial que durante años fue presentada como incuestionable.

El caso de Eslovaquia demuestra que la verdad siempre sale a la luz, y que aquellos que durante años denunciamos las inconsistencias de la narrativa COVID estamos hoy más respaldados que nunca. La farsa de los gobiernos, en connivencia con las farmacéuticas, empieza a desmoronarse ante la evidencia científica y el valor de quienes, como Robert Fico, están dispuestos a enfrentarse a los poderes globalistas.

Hoy más que nunca, debemos alzar la voz en defensa de la verdad, de la salud pública y de la soberanía nacional frente a las imposiciones de las élites transnacionales.

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