Maldad o quizás estupidez, o ambas cosas y más | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Esta semana he observado desde mi atalaya lo sucedido y, no solo esta semana, sino desde hace mucho tiempo lo que está sucediendo en este país, antes llamado España. Reconozco mi falta de imparcialidad en algunos momentos, pero tuve la desgracia, mejor dicho, en estos momentos, la suerte de haber servido a mi Patria colaborando con la OTAN en evitar que los yugoslavos se mataran entre sí. Lo cierto es que no siempre lo hicimos bien. Mejor dicho, en muchas ocasiones, y a nuestro pesar, lo que sucedió era difícil de evitar, pues cuando hay una pelea entre vecinos. Ésta se produce cuando el límite de aguante de los interesados ha colmado con una gota de más el vaso y este se desparrama, curiosamente, entero. Algo raro desde el punto de vista físico, pero normal cuando el vaso es el corazoncito de las personas.

En el caso anterior, la cosa venía muy de lejos y se había mantenido en el tiempo con altibajos. Los habitantes de los Balcanes han mantenido siempre una situación de guerra de frontera, en la cual, la frontera se ha movido siempre en relación al terreno y a la preponderancia de los diferentes imperios que allí mantenían esa “marca” de límites que les servía unas veces para atacar y otras para defenderse de su habitual enemigo: Turquía, Austria y Rusia. Tres cosmovisiones diferentes y sobre todo tres religiones diferentes. Dos de ellas muy semejantes, pero la primera, la enemiga en cuestión, significaba la justificación de la “Guerra”. Al final una guerra local abrió el camino a una guerra mundial, primera y segunda parte, lo que abrió innumerables heridas en los corazones de quien sufrió en primera persona aquellas debacles.

Las naciones imperiales, que entraron en los Balcanes para imponer sus intereses, nunca se preocuparon del por qué y el cómo lo hacían. Nunca se preocuparon del sufrimiento de los habitantes de aquellos lugares y si repasamos la historia real, no la que se enseña en los colegios o vienen en los libros publicitarios de los diferentes bandos -me refiero a la historia que conoces sobre el terreno, la que te cuenta el paisano del lugar, mientras compartes tu comida y tu bebida con él-, no suele ser la que te cuentan los políticos, ni los publicistas internacionales o del lugar al servicio de muchas causas difíciles de justificar. Las persecuciones, las humillaciones, el día a día de quien es pisoteado sin piedad por quien le desprecia simplemente por ser quien es, suele ser un líquido que llena los vasos. Hay personas, por llamarlas de alguna forma, que son manipuladas a diario y que en su estupidez se ceban en aquellos que, sean buenas o malas personas, son su juguete del pim, pam, pum.

Eso pasó en los Balcanes, hace algunos años y acabó en montones de muertos, heridos, violaciones, secuestros, etc.…, millones de vidas destruidas porque a alguien, incluso fuera de allí, le interesaba. Pero aquello no hubiese pasado si sobre el terreno no hubiese habido malos y estúpidos. Malos que, en su maldad, solo quieren la destrucción, lo más sangrienta y humillante posible del contrario. La mayoría de las veces no saben ni siquiera por qué lo hacen, ni tienen motivos para hacerlo, son simples psicópatas que debieran estar encerrados en un hospital para locos y dementes. Luego están sus secuaces, aquellos con un nivel de inteligencia mínimo, a veces los monos tienen un nivel superior, les siguen el juego, un juego muy peligroso, donde los malvados aprovechan la masa, la cantidad, de estúpidos para crear situaciones de miedo, que cuando se descontrolan, son las gotas que colman los vasos.

Pues bien, esta semana he vuelto a los Balcanes, pero sin salir de Madrid. Me di cuenta de lo que estaba pasando cuando vi a un periodista acompañado de la policía bajando las escaleras del metro de la plaza del Callao (en Madrid), con el fin de ponerle a salvo de una posible agresión, de un linchamiento, en definitiva. ¿Motivo? Vito Quiles, al que conozco hace varios años, fue cámara y micrófono en mano a la manifestación que en esa plaza había convocado el círculo próximo a la “ministra de igualdad”, -en minúscula a propósito-, y se puso a realizar su trabajo. Siempre ocurrente y con un toque de provocación, fue preguntando a los allí asistentes, mujeres mayores o muy mayores de edad en su mayoría, y algunos hombres que las acompañaban, sobre el motivo de la concentración, obteniendo respuestas coincidentes, demasiado coincidentes. Pero a las siguientes preguntas la cosa cambiaba, las allí congregadas, que protestaban contra el impresentable del Presidente de la Federación Española de Fútbol, alguien curiosamente propuesto, mantenido, y consentido durante casi cinco años por el desgobierno de la ministra convocante, a pesar de las acusaciones de todo tipo, algunas “más que súper y muy más que graves”, ha sido el muñeco del pin, pan pum, estas semanas, quizás porque ha caído en desgracia, quizás porque se ha vuelto molesto, o simplemente porque era el muñeco de trapo adecuado para quemar y así crear la “cortina de Humo” que tapase las ignominias de esta semana.

Vito tuvo que marcharse porque nadie sabía realmente de que estaba protestando debido a la extrema manipulación. Las defensoras de las féminas que juegan al fútbol, y son campeonas del mundo, desconocían al ser preguntadas extremos como el nombre de las jugadoras, o negaban la existencia de más pruebas de lo sucedido que aquellas que tele-circo o la secta habían puesto sobre el tapete. La situación de nuestro compañero fue degenerando, al punto, de que como puede apreciarse en las imágenes, personas muy diferentes a las que inicialmente se veían en la manifestación le acorralaron, increparon o acusaron de ser un delincuente, hasta que llegó la actuación policial. Lo anterior es un claro signo de que la población está preparada para ser lanzada contra los que no van a querer ser engañados y manipulados, que, aunque sean más o estén en posesión de la verdad, no disponen de los medios que tienen los malvados; aunque de momento el parangón de la OTAN, por lo menos impide la sangre.

En definitiva, solo puedo decir que estas imágenes no son más que el reflejo de lo que pasó en los Balcanes. Durante años se sembró la inquina entre los diferentes colectivos y se manipulo a las masas. Aquí, la manipulación es lo habitual desde 1972, que yo haya comprobado personalmente. Pues se ha visto, y se está comprobando, cómo se van consiguiendo los objetivos. Ayer pregunté a varios jóvenes cosas básicas sobre España, su sociedad o su historia. Eran unos chicos normales y corrientes, pero unos ignorantes. Desconocían su país y su historia. Y no eran de San Sebastián o de Gerona, lo cual lo explicaría. Eran de Madrid.

Desde 1978 se ha procurado convertir a los españoles en estúpidos, se han utilizado diversos modelos de motivación y aprendizaje, pero les puedo asegurar que la mayoría de la población está a la altura de la de los Balcanes, cuando estalló la dispersión. Una dispersión que beneficiaba a los “señores del mundo”. Nunca a los habitantes del lugar, que morirían o sufrirían en masa a continuación. Aquí, estamos justo un poquito antes de ese momento. No sé si conocen el curriculum de los políticos de aquellos países. Pero si saben que aquí tenemos a un malvado al mando, acompañado de un prófugo de la justicia, un terrorista y varios estúpidos tratando de llevárselo crudo. Enfrente de ellos, un grupito que cree en los Reyes Magos y otro montón de gente tratando de aprovecharse de la situación. Y en medio, millones de personas que han sido manipuladas, ofendidas, o como en el caso de las denuncias falsas con sus vidas destruidas, podría continuar, pero apenas queda sitio.

Por desgracia, esto ya lo he visto antes. Dios nos coja confesados. Y ahí lo dejo…

José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional.

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