El aprendiz de dictador Pedro Sánchez en su golpe de estado institucional para controlar los jueces vuelve a abrir la puerta a rebajar las mayorías parlamentarias para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Una iniciativa que va en contra de las directrices europeas sobre la corrupción, pero a Sánchez esto le da igual. Sánchez tiene un plan para erigirse en el presidente-dictador de la República Federal marxista de España y eso son pequeños obstáculos.

Ley del Poder Judicial

Para entender en qué términos podría modificarse la Ley Orgánica del Poder Judicial, hay que comprender primero cómo encajan las piezas del puzle que componen actualmente el Consejo. En total son 20 vocales los que lo integran: 12 jueces o magistrados en activo y ocho juristas de reconocida competencia, es decir, catedráticos, abogados, notarios etc. De estos, los 12 son elegidos por el Congreso y Senado (seis cada uno) y los ocho se reparten también, cuatro cada uno. De forma que el Congreso elige diez y el Senado otros diez.

Las 3 vías para cambiar la ley

Esto podría cambiar porque sobre la mesa hay tres vías por las que Sánchez podría dar un vuelco al modelo que rige desde 1985 y que requiere mayoría cualificada de tres quintos en ambas cámaras para la elección. Veámoslo:

a) La rebaja de las mayorías que propuso Podemos

En primer lugar, podría traerse la idea de rebajar directamente las mayorías que ya propuso Podemos en 2020. La ley ofrecía que los votos se quedaran en mayoría absoluta (los que logró Sánchez para ser investido) y no necesitara ese «extra» de mayoría reforzada para el que le hace falta el PP. Esto lograría ahora que los 10 miembros que nombra el Congreso fueran todos progresistas y no mitad y mitad como es tradición, si bien los 10 del Senado serían todos conservadores ya que en esa cámara los de Núñez Feijóo consiguieron mayoría absoluta tras las elecciones de 2023.

Hace cuatro años, la reforma de la ley fue desechada por el PSOE cuando Europa encendió la luz roja. En plena tramitación de la propuesta, el Consejo de Europa se dirigió al ministro de Justicia entonces Juan Carlos Campo para advertirle de que menguar las mayorías no remaba en favor de los estándares europeos.

La segunda opción cobra algo más de fuerza entre los que temen una reforma inminente. En octubre de 2023, el Tribunal Constitucional firmó una sentencia con los votos de la mayoría de izquierdas –siete a favor y cuatro conservadores en contra– que generó mucho malestar en la carrera y que seguía la senda de una renovación con rebajas de las mayorías. Pero el órgano de garantías añadía la puntilla y señalaba que el CGPJ podría renovarse por partes y no de golpe. Algo que nunca ha pasado.

A pesar de que el fallo se dirigía a si la limitación de poderes del Consejo era acorde a la Carta Magna, los magistrados dejaron por escrito un párrafo que levantó ampollas. «En cuanto al modo de renovación del CGPJ, si parcial o general, nada dice al respecto el artículo 122.3 CE, lo que significa que la renovación en su integridad del CGPJ es una opción legítima del legislador orgánico -es, de hecho, la fórmula por la que ha optado el legislador desde el principio-, no siendo inconcebible algún sistema de renovación del órgano por partes«, firmó la ponencia de Mª Luisa Balaguer.

Muchos miembros del Poder Judicial leyeron entre líneas que se había desplegado una alfombra roja para el atajo legal que planteaba el PSOE.

Lo cierto es que la Constitución [artículo 122] sólo blinda que se elijan por mayoría de tres quintos los ocho juristas que serían los que se quedarían sin renovar ante el previsible desacuerdo entre Gobierno y oposición. Y dice que deben ser cuatro en el Congreso y cuatro en el Senado.

Pero el Ejecutivo podría modificar la ley en sintonía con la propuesta de Podemos para no sólo rebajar las mayorías, sino además señalar que en vez de diez [cuatro juristas y seis jueces], el Congreso pudiera elegir a 16 vocales [cuatro juristas y los 12 jueces]. La sentencia del órgano que dirige Cándido Conde-Pumpido invita, según algunas fuentes, a que los 12 vocales de procedencia judicial puedan ser renovados por una sola cámara, así que allana el camino a que el PSOE pueda modificar la ley orgánica y forzar a una renovación parcial esquivando al PP.

Con este planteamiento, el Gobierno podría designar sólo a los 12 vocales que vienen de la judicatura y los otros cuatro que le toca al Congreso no se renovarían, como tampoco los cuatro que le toca al Senado porque esos sí, dice la Constitución, necesitan los votos de mayoría cualificada. El partido de Sánchez se haría así con amplia mayoría en el órgano (12 de 20) que podrían volver a nombrar a las cúpulas judiciales. Sería un golpe de estado judicial perfecto.

c) La vía Guilarte

Por último está la ‘vía Guilarte’ que es la propuesta que el presidente interino del CGPJ, Vicente Guilarte, lleva haciendo desde el inicio de su mandato el pasado año.

El presidente insiste en la idea de «objetivar» los nombramientos en el alto tribunal. Si los vocales no nombraran a las cúpulas judiciales, sería más sencillo como ocurre con el Defensor del Pueblo, por ejemplo, que no genera tanta tensión. Para él, debe hacerse una valoración de mérito y capacidad del candidato y no debe ser un juego de cartas entre vocales de un lado y del otro.

Su plan pasa por que los presidentes de las audiencias provinciales, de los tribunales superiores de justicia y de sus salas no sean elegidos por el CGPJ, como hasta ahora, sino por los propios jueces, miembros de esas salas o tribunales. Mientras, para los del Supremo propone que se elija un tribunal dependiente del Consejo, pero integrado también por «profesionales cualificados» y togados del alto tribunal.

En definitiva, ya no es tanto intentar controlar el CGPJ sino quitarle atribuciones y dejarlo casi inoperativo. A su juicio «no se priva al Consejo de competencia para el nombramiento de los altos cargos jurisdiccionales, sino que se trata de limitar la inevitable discrecionalidad actual, reenviando de manera efectiva las designaciones a llevar a cabo por el CGPJ a los principios constitucionales de mérito y capacidad».  Sánchez en su última entrevista en TVE se mostró dispuesto a estudiar este asunto, aunque parece que si inclina por la vía b, la de la renovación del CGPJ por partes.

En definitiva, son 3 vías para controlar el CGPJ. Ya tiene el Tribunal Constitucional y la fiscalía. Le queda el CGPJ.

Fuente: Irene Dorta| El Independiente

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