La subida de precios en los supermercados es evidente, y hacer la compra es cada día más caro. Todas las cadenas han incrementado los precios de sus productos en los últimos meses, en medio de un escenario de inflación generalizada. De hecho, la subida se ha dado tanto en las marcas blancas como en las marcas de fabricante.
Los precios aún no reflejan toda la inflación

Según el Índice de Precios al Consumo (IPC), en el mes de mayo los alimentos y bebidas no alcohólicas se encarecieron un 11% en términos interanuales, la tasa más alta desde 1994. Se trata de la mayor subida registrada por este segmento en los últimos meses, cuando ha mantenido una inflación menor que el IPC general. De hecho, en abril limitaron la subida al 3,4%, frente al 8,3% general.

El mes pasado, en alimentación las mayores subidas interanuales se quedaron reflejadas en el aceite de oliva (un 36,5% más caro que hace un año), pastas (27,9%), harinas y cereales (25,5%), los huevos (25,3%) o la leche entera (16,7%), por citar algunos ejemplos. En cuanto a las bebidas, los mayores incrementos se observaron en el café, té y cacao repuntaron, con un 11%, y el agua mineral, refrescos y zumos, un 6,2%.

Los supermercados apuntan al campo y la industria

Los incrementos en los precios de mayo reflejan un cambio de tendencia, en el que los supermercados están comenzando a trasladar con más fuerza el aumento de sus costes.

En esta línea, desde los supermercados recalcan que la subida en los lineales no se ha trasladado al ritmo en el que aumentan los precios de la cadena que les precede; es decir, los precios percibidos por los agricultores o los de la industria. Esta, especialmente afectada por el golpe del aumento de la luz, registró un incremento del 10% en los precios de abril en bienes de consumo (sobre todo por los precios de procesado y conservación de carne y elaboración de productos cárnicos).

Por eso, los supermercados no descartan que la subida se vaya a seguir produciendo. «Cambia en función de los acontecimientos, y las causas siguen siendo la repercusión del coste de la energía y los carburantes, y las materias primas», apuntan estas fuentes, que insisten: «Al haber tanta competencia, los subiremos lo menos posible, pero siempre va a ser a costa de nuestro margen«.

(Con información de VozPopuli)

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