Sánchez convierte los 88 diputados del PP en irrelevantes

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El Gobierno logra formar un bloque para sacar adelante todas sus iniciativas y deja al margen al PP y Vox, con la opción de incorporar puntualmente a Ciudadanos

Aefectos de formar y completar mayorías, para Pedro Sánchez y su equipo el Congreso sólo tiene 210 diputados, los que suman todos los grupos salvo PP y Vox.

Con el grupo de Santiago Abascal los dos partidos que forman el Gobierno de coalición no tienen relación alguna para completar mayorías para votaciones. Y con el de Pablo Casado, el Ejecutivo mantiene un plan estratégico que convierte al popular en un partido irrelevante para las votaciones. Moncloa aplica la táctica de arrinconarlo y aislarlo, o dejarlo con la única compañía incómoda de Vox.

Así, Sánchez llega al primer año de Gobierno de coalición apoyado en lo que ya se conoce como “el bloque”, que es cada vez más compacto y visible en cada votación.

Por eso, al PP le resulta más fácil hacer oposición al Ejecutivo de coalición desde las comunidades autónomas que gobierna que desde el propio Parlamento.

Al PP le resulta más fácil hacer oposición al Ejecutivo de coalición desde las comunidades autónomas que gobierna

Ciudadanos queda en tierra de nadie, pero solo para reforzar mayorías y siempre y cuando los de Inés Arrimadas quieran sumarse, porque una vez conformado el bloque de Presupuestos sus 10 diputados no son decisivos, ni necesarios.

Un ejemplo es la votación de la Ley de Eutanasia, que reunió 198 votos a favor, incluyendo a Ciudadanos por su libre adhesión, es decir, sin negociación y sin necesidad. Una vez decantado Sánchez por el bloque de independentistas y de izquierdas, Ciudadanos también ha perdido capacidad de negociación y presión y sus 10 votos solo son un colchón para imprevistos, el cristal que se puede romper en caso de emergencia.

El análisis de las votaciones del periodo de sesiones que ahora termina muestra esta distribución de la Cámara prácticamente en todas las votaciones, desde las más trascendentes de Presupuestos, proyectos de ley o proposiciones de ley, hasta las más intrascendentes de proposiciones no de ley y mociones. Se incluye la votación del estado de alarma durante seis meses y con solo comparecencias cada dos meses, cuya aprobación aseguró el bloque.

Foto: Pablo Casado junto a Santiago Abascal en el Congreso. (EFE)

El PP no ha conseguido aglutinar prácticamente votos de otros grupos, obviamente no ha ganado ninguna votación y solo ha participado en mayorías ganadoras cuando se trataba de iniciativas próximas a la unanimidad. Es el caso de un proyecto de ley de servicios electrónicos que llegó a 319 votos.

El caso paradigmático es el de su proposición de ley para sustituir el estado de alarma, una iniciativa que ha estado en los discursos de Pablo Casado desde primavera y aún mencionó este miércoles en el debate sobre la pandemia. La iniciativa llegó al pleno y fue rechazada y tuvo solo los únicos votos del PP y, sorprendentemente, del PNV.

“Les traje un plan B para no aprobar un estado de alarma y ustedes lo rechazaron. No, no es que lo rechazáramos nosotros, es que lo rechazó toda la Cámara, incluso algunos ridiculizando su propuesta y a su portavoz –señora Gamarra, todos mis respetos–; incluso la extrema derecha ridiculizó esa propuesta y a su portavoz, porque era una propuesta inasumible, señor Casado”, dijo la socialista Adriana Lastra el miércoles en el pleno, ironizando sobre la soledad del PP.

Sánchez tiene asegurada la ley de eutanasia, la de educación, la de reforma del CGPJ, la de memoria democrática y las posteriores

De hecho, esa es la única iniciativa de los populares que logra el apoyo de uno de los partidos del bloque de Presupuestos y de apoyo al Gobierno, también la única en la que uno de los socios del bloque se separa.

Con ese bloque, Sánchez tiene asegurada la ley de eutanasia, la de educación, la de reforma del CGPJ, la de memoria democrática y las posteriores. Ni hace falta ni buscan apoyo transversal del PP, intrascendente a estos efectos.

“En este final del peor año de nuestras vidas se abre una nueva época de estabilidad política y de prudente esperanza”, proclamó el miércoles en el pleno el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, alardeando de su bloque de apoyos.

Otro ejemplo de esa estrategia de aislamiento es la del trámite de Presupuestos. El PSOE aceptó enmiendas de todos los grupos, salvo del PP. Vox no presentó siquiera enmiendas parciales.

Al PP aún le queda, pese a todo, un arma para hacer valer sus 88 diputados: los nombramientos en los que hacen falta mayorías cualificadas. Y lo intenta utilizar bloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y el Defensor del Pueblo, entre otros.

Foto: Aplausos de los diputados del PSOE a María Luisa Carcedo, tras la aprobación de la proposición de ley que regulará la eutanasia. (EFE)

Si el bloque gubernamental lograra, finalmente, bordear esa opción del PP con reformas legales que reduzcan las mayorías cualificadas, los 88 diputados populares serían también intrascendentes para esto. Por eso, Unidas Podemos presiona para borrar al PP también en eso.

¿Cómo puede el PP romper el bloque? No hay respuesta positiva en el corto plazo, porque a los populares no les resulta fácil tender puentes con ninguno de los partidos que lo forman. Solo puede esperar a que se agudicen diferencias internas y que a largo plazo pueda estallar.

Incluso el Gobierno considera que, cuanto más presiona Casado con la denuncia a los pactos con ERC y Bildu, más pegamento genera para compactar el bloque. En el debate del miércoles esa situación fue visible en la práctica totalidad de los portavoces del bloque.

De las tres funciones del Parlamento, la legislativa, la de control al Gobierno y la deliberativa, el PP está fuera de una y tiene dificultades para las otras dos. En la legislativa ya ha quedado explicada su imposibilidad de formar mayorías. Hay solo una excepción, en la legislatura con la derrota del Gobierno en el decreto sobre ayuntamientos antes de verano, pero aquella votación tenía una lógica municipal, al margen de los partidos.

De las tres funciones del Parlamento el Partido Popular está fuera de una y tiene dificultades para las otras dos

La de control al Gobierno se enfría ahora hasta mediados de abril, cuando reabra el pleno. Además, el PSOE y el bloque han conseguido maniobrar y darle la vuelta para centrar la agenda en la comisión de investigación de Kitchen, que se constituye la próxima semana y que más bien es control al Gobierno anterior, al de Mariano Rajoy.

La función deliberativa avanza con plenos diluidos por la fragmentación, como el del miércoles. Los debates sobre sus iniciativas tienen el resultado final ya descrito en las votaciones.

En todo caso, la posición de Casado, en busca del giro centrista, queda desdibujado por la compañía permanente de Vox en el no a las iniciativas que apoya el bloque. Aunque la relación entre populares y Vox sea inexistente desde la moción de censura.

Sánchez hace alarde, además, de ese ninguneo al líder de la oposición. El martes cumplió el trámite de llamar a Casado después de 55 días y Moncloa informó de la conversación casi al tiempo de colgar y resumió los 45 minutos de conversación solo en la negativa del líder del PP a renovar el CGPJ.

(Fernando Garea. VozPopuli)

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