Los colegios en España empiezan a quedarse sin niños por la baja natalidad

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El descenso de la natalidad impacta ya de lleno en primaria: 147.000 alumnos menos en cuatro cursos

La bajada de alumnos por el descenso de la natalidad sigue avanzando imparable por el sistema educativo. Si desde hace años estaba impactando con fuerza en el segundo ciclo de Educación Infantil (de tres a seis años), ahora ya se ha hecho evidente también en el siguiente nivel, la primaria (de 5 a 12 años).

En efecto, en España, el curso escolar que terminó el pasado mes de julio contó con 2.795.572 alumnos en primaria (de 5 a 12 años), lo que supone 147.322 menos que cuatro años antes, lo que supone una bajada del 5%, según las cifras publicadas por el Ministerio de Educación. El descenso es algo mayor en la escuela pública que en la privada.

Consecuencias de la baja natalidad

Como no podía ser de otra forma, la baja tasa de natalidad en España tiene su repercusión en el número de niños que van a la escuela. El descenso más significativo se da en la etapa de primaria, donde el curso escolar pasado hubo un 5% menos que hace cuatro años.

El descenso no afecta a todas las comunidades autónomas por igual, de tal manera que mientras que en Canarias llega al 10%, en Navarra no alcanza al 1%.

Afecta más a la escuela pública

En la estadística de infantil se nota claramente que la pública pierde alumnado a mayor velocidad que la privada: un 20,6% en la última década, frente al 15,9% (la concertada está dentro de esta última cifra).

En primaria, sin embargo, la diferencia es por el momento más pequeña: 5,2% de caída frente a 4,5% en los últimos cuatro años. Sin embargo, en ese tiempo la pública ya ha perdido peso respecto a la privada, pasando de acoger el 67,8% de los estudiantes de primaria al 67,6%.

La bajada del número de alumnos se acelerará en los próximos años

La bajada del número de alumnos se acelerará en los próximos años y sería mucho más intensa de no ser por la mayor tasa de natalidad entre las mujeres procedentes de la inmigración. De hecho, el problema no es solo que las mujeres en España apenas tienen hijos, sino que también se nota que ya hay menos en edad de procrear.

Mariano Martínez-Aedo, presidente del Instituto de Política Familiar (IPF), lo tiene muy claro, «La reducción de niños afecta a toda la sociedad, empezando por los colegios. Aunque se quiera obviar es un hecho cada vez más importante. En España, la ley Celaá busca que está reducción se concentre en la concertada. Y estos efectos irán a más, al no tomarse ninguna medida por las autoridades. Es increíble que no haya reacciones ni reclamaciones. Realmente parece que somos una sociedad que nos suicidamos voluntariamente»

Para las Familias Numerosas es la consecuencia del avance real del tsunami demográfico en el que estamos inmersos y  del que se sigue sin hacer nada para frenarlo.  Así, María Menéndez de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid, «Hace unos años las gráficas de nacimientos en los hospitales empezaban a bajar. Después se iba viendo la bajada de nacimientos en las escuelas infantiles y en los parques. Había un vacío de niños entre los 0 y los 6 años. Ahora ya vemos este descenso en la etapa de primaria, de 6 a 12 años. Uno de los puntos más negros de este problema de la falta de niños es que el problema va estirándose en el tiempo. No solo no nacen ahora, en 2022, sino que esos niños no nacidos no serán alumnos en unos años ni serán cotizantes en unos años más.
Y si al año siguiente seguimos sin hacer nada por frenar este descenso de la natalidad, el problema se estirará más años. En educación además el problema afecta a la enseñanza y a los colegios. No solo por el número de alumnos sino por el dilema de como recomponer la distribución de alumnos y profesores, de centros de enseñanza en los diferentes lugares y muy importante, del contratiempo que supone una nueva relación entre la escuela pública y la concertada. Sin embargo, los colegios no son empresas que se pueden abrir o cerrar y los alumnos no son mercancía que se puede reubicar según eficiencia empresarial.
Aunque cueste creerlo, la pública está perdiendo más alumnos y el objetivo para frenar esto podría ser que la escuela concertada sea una red subsidiaria de la pública. Y esto perjudica la libertad de educación de los padres.
Así, un problema como la falta de niños, se vuelve como una oportunidad para legitimar rivalidades ideológicas. Y, además, se sigue sin hacer nada para frenar el avance real del tsunami demográfico, una ola de vacío que avanza cada vez más rápido«.

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