En el proceso de establecerse como el líder totalitario indiscutible de China en el 20° Congreso del Partido Comunista de octubre, Xi expresó sus planes para el futuro de China en términos de “rejuvenecimiento nacional”.
¿Dónde está el Rejuvenecimiento Nacional?
Tomado al pie de la letra, un rejuvenecimiento nacional transmite la idea de reconstruir y restaurar la economía y la cultura de la nación, las cuales actualmente languidecen. Eso tendría perfecto sentido.
A China ciertamente le vendría bien un rejuvenecimiento nacional. Las perspectivas económicas del país no son buenas con el colapso de su sector de desarrollo inmobiliario, el alto desempleo, la pérdida de inversión extranjera y la salida masiva de fabricantes extranjeros. De hecho, las condiciones continúan deteriorándose.
Culturalmente, los chinos no están contentos con las tendencias que ven y tienen dudas sobre el futuro. Los bloqueos de COVID-19 han llevado a un sector manufacturero que se contrae rápidamente, pérdida de ganancias y escasez, lo que genera disturbios.
Además, los jóvenes urbanos se enfrentan a una creciente desesperación y desilusión. Una tasa de desempleo del 20 por ciento muestra pocas señales de disminuir. Además, existe un creciente rechazo a las políticas totalitarias y la legitimidad política del Partido Comunista Chino (PCCh) entre la generación más joven.
Para abordar estas amenazas muy reales y desestabilizadoras, el PCCh está tomando el control de todos los aspectos de la sociedad china.
El rejuvenecimiento nacional significa guerra y amenazas de guerra
Esa descripción autorreferencial se refiere a algo más que la ubicación geográfica de China. La visión de Xi es rehacer el mundo a su propia imagen, lo que implica poner a China, no a Estados Unidos, en el centro de la cultura, las ideas políticas y la actividad económica del mundo.
Eso pone un punto fino a la declaración de Xi de que la seguridad nacional de China enfrentaba una “ inestabilidad creciente ” que requeriría un trabajo “arduo” del “Ejército Popular de Liberación”.
La “ardua labor” de los ejércitos es, por supuesto, librar y ganar guerras.
Ese objetivo quedó claro en una serie de declaraciones abiertas de Xi y altos funcionarios del PCCh en varios contextos. Por ejemplo, en cuanto al papel del EPL, el objetivo final de Xi es inequívoco.
“Todas las fuerzas armadas deben… centrarse en la capacidad de combate como criterio único y fundamental, concentrar toda la energía en librar una guerra , dirigir todo el trabajo hacia la guerra y acelerar para desarrollar la capacidad de ganar”.
Por su propia naturaleza, el poder hegemónico es complejo y de múltiples niveles, pero en última instancia, se basa en la amenaza y la aplicación de un poder militar sin rival. Precisamente por eso, la preeminencia militar está en lo más alto de la lista de Xi para gobernar el mundo.
Una larga lista de posibilidades militares
¿Qué significa eso de seguir adelante? ¿En qué se diferenciará el comportamiento de China más allá de sus costas de lo que hemos visto hasta ahora?
Xi ya advirtió al resto del mundo de lo que quiere hacer, que es mantener a China en una trayectoria que conducirá a la confrontación con Occidente. El comienzo obvio sería Taiwán , pero hay otros lugares en los que Beijing podría intervenir militarmente.
El Estrecho de Malaca, por ejemplo, sigue siendo una vulnerabilidad estratégica para China, ya que su mayor fuente de petróleo (alrededor del 70 por ciento) del Medio Oriente debe pasar por ese estrecho pasaje. Resolver el “dilema de Malaca” sigue siendo una alta prioridad para Beijing.
Japón también es muy consciente de que está en el radar de Beijing como una nación regional para ser persuadida de seguir el ejemplo de China de una forma u otra. Tokio está muy ocupada rearmando a la nación mientras lees esto.
La armada de China ahora es una presencia regular en el Mediterráneo Oriental , lo que representa un desafío muy real para las potencias occidentales. Además, su vasta base militar de Djibouti posiciona a China para proyectar rápidamente poder en el Mar Mediterráneo y el Océano Índico.
Más lejos, China ha invertido mucho en los lados del Atlántico y el Pacífico del Canal de Panamá. No es ningún secreto que el paso entre los dos océanos tiene un valor estratégico militar y comercial. Todavía tiene que militarizar la región del canal, pero Beijing ha proporcionado a Venezuela misiles antibuque . Lo ha hecho también con Irán.
Si Xi planea afirmar el poder de China respaldado por la destreza militar en el camino hacia la hegemonía global, estos serían algunos de los lugares probables para hacerlo.
Por otro lado, hay un poco de creación de mitos en la retórica aspiracional de Xi. China nunca ha sido el centro cultural, político y económico del mundo. Pero ejerce presión sobre Xi y el PCCh para que cumplan con la retórica.
Había una vez un artista fallido de Austria con bigote que se mudó a Berlín.
(James Gorrie/ Escritor)
