Libertad, aspiración de la humanidad desde siempre; las luchas y hazañas para conseguirla han pasado por muchas circunstancias. En muchos casos, los que decían defenderla fueron los que más la atacaron, incluso se convirtieron en tiranos; otros hicieron un gran negocio con la esclavitud, desgraciadamente en un número mayor que nunca en nuestro siglo, ahora simplemente por pertenecer a una etnia, ideología o religión diferente. Una de las excepciones son las religiones cristianas, que jugándose la vida defienden la libertad, que es gratuita y consustancial con el ser humano.
Tuvimos momentos de libertad tras las dos guerras mundiales. La Guerra Fría hizo que se tomaran medidas restrictivas en Occidente; en el resto, deportaciones, prisión y muerte. En España, tras la Transición vivimos una época de gran libertad; lo recuerdan los que participaron en las movidas de casi todas las ciudades. Tuvimos la desgracia de la droga, que ya vivía en Occidente. Sustancias que suprimen la libertad, siendo triste que una parte de la juventud se inicie cada vez más pronto en el infierno de la droga, ¿se hace todo lo posible por evitarlo?
Por “nuestro bien”, nos van cercenando al acceso de muchas cosas: comida, refrescos, bebidas energéticas, vino, alcoholes de graduación, carne -se empieza a oír, y posiblemente con cierta razón, que puede producir cáncer, hay estudios-, chuches en los coles (no fuera); la contaminación nos “prohíbe o recomienda” ciertas actividades, conservemos nuestro hermoso planeta, oigamos a los científicos. El coche cada día está fuera del alcance de muchas personas, nos inducen al transporte colectivo, incluido entre ciudades y CCAA. ¿Será cierto que, cómo se plantea Oxford, sólo nos podamos mover en un radio de 5-7 km? Se oye que si un avión tarda menos de dos horas no podremos utilizarlo. Los políticos, por su trabajo, lo podrán hacer, lo mismo que serán los únicos en utilizar el automóvil de gasolina o diésel; los demás, si pueden comprarán un eléctrico, que como mucho recorre 500 km si cargar. ¿En las grandes salidas habrá que esperar para cargar, tendremos suficiente energía?. ¿Los trenes, aun los de capacidad para 600 plazas, serán suficientes? Europa, campeona de la libertad, vuelve a la sensatez para tener un planeta mejor. Oye a la ciencia.
Jacinto Seara | Escritor