Las tropas ucranianas se niegan cada vez más a obedecer órdenes y las deserciones se disparan

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Desesperanza en las filas ucranianas son las causas del incremento vertiginoso de la deserción

La fiscalía ucraniana ha abierto  51.000  casos de deserción durante los primeros nueve meses de 2024. Es probable que el número de soldados que abandonan sus puestos duplique el total del año pasado .

Ucrania atraviesa un momento crítico en la guerra que sostiene contra Rusia, donde las tasas de deserción han alcanzado cifras alarmantes y reflejan la pérdida de moral entre los soldados ucranianos. Con más de 51.000 casos de deserción solo en los primeros nueve meses de 2024, según datos oficiales, la situación en el frente parece agravar la desesperanza de sus tropas y abre interrogantes sobre la viabilidad de la campaña militar. De hecho, El País  ya había señalado que 45.000 ucranianos habían sido procesados ​​por deserción desde principios de año hasta agosto. Este incremento representa más del doble de las deserciones registradas el año anterior y plantea una realidad incómoda para Kiev: la dificultad para mantener a sus tropas y un desgaste moral que parece indicar el principio del fin para las aspiraciones ucranianas en este conflicto.

La «Quinta del biberón» y la falta de efectivos

Con un número cada vez mayor de soldados abandonando sus puestos, Kiev se ha visto obligada a reducir la edad de reclutamiento, primero de 27 a 25 años y ahora incluso se discute el umbral de los 18 años, una medida impensable hace unos meses. Esta «quinta del biberón», como se ha llegado a llamar a los más jóvenes en edades de entre 17 y 18 años en edad de combate, evidencia la falta de efectivos en el ejército ucraniano y cómo Ucrania parece estar quedándose sin hombres aptos para pelear en el frente.

Esta situación también expone la presión que Ucrania recibe de sus aliados, especialmente de Estados Unidos. Desde Washington, legisladores republicanos como el senador Lindsey Graham han instado públicamente a que el gobierno ucraniano baje la edad de reclutamiento a 18 años y prescinda de las exenciones a menores de 27. Este tipo de declaraciones parecen ignorar la crisis interna que atraviesan los soldados ucranianos y el riesgo de desgaste social a largo plazo para un país que está perdiendo a su generación más joven.

En esta desesperación, Ucrania también ha recurrido a permitir que los presos salgan de la cárcel si se unen al ejército.

Deserción como reflejo del desgaste y desesperanza militar

El incremento en los casos de deserción no solo ilustra la falta de motivación de las tropas ucranianas, sino que también es un indicio claro de la desesperanza y el agotamiento que sufre el ejército. Muchos soldados enfrentan una situación desalentadora, donde el final de la guerra parece cada vez más incierto y el desenlace cada vez más oscuro. Un desertor ucraniano relató a medios internacionales como The Times que prefería la prisión antes que el frente, ya que en prisión “al menos se sabe cuándo saldrás”, una declaración que transmite el temor y la incertidumbre que permea en las tropas.

Los números revelan una tendencia ascendente de deserciones: en 2022 se registraron 9.000 casos, mientras que el año pasado la cifra aumentó hasta 24.000. Las cifras de 2024 muestran una escalada sin precedentes, lo cual refuerza la percepción de que el esfuerzo militar ucraniano no encuentra salida. Con el incremento de soldados que abandonan sus puestos y con la presión de reclutar a menores de 18 años, queda de manifiesto la frágil situación en la que se encuentra Ucrania frente al avance ruso.

Signos de un Zelensky dispuesto a negociar

Frente a esta dura realidad en el campo de batalla y el agotamiento de su ejército, el presidente ucraniano Volodímir Zelensky parece haber suavizado su postura hacia las conversaciones de paz. En un contexto donde la victoria parece cada vez más lejana y los soldados ucranianos abandonan las filas, Zelensky se encuentra atrapado entre la presión de una guerra que consume a su país y el agotamiento de los recursos humanos en el frente.

Las próximas elecciones estadounidenses del 5 de noviembre se han vuelto un factor decisivo, ya que podrían determinar el nivel de apoyo militar y económico que Washington destine a Kiev. El desgaste de su ejército y la incertidumbre sobre el respaldo estadounidense en un futuro cercano podrían llevar a Zelensky a aceptar un acuerdo que asegure la paz, aunque no sea en las condiciones inicialmente buscadas.

Una guerra que desgasta al ejército y la sociedad ucraniana

El incremento en las tasas de deserción y el debate sobre la reducción de la edad mínima de reclutamiento reflejan un agotamiento que va más allá del campo de batalla; impacta también en la moral y el tejido social de Ucrania. Ante una Rusia que se mantiene firme en sus objetivos, con avances considerables en el Dombás y la recuperación de los territorios en Kursk, y con un ejército ucraniano cada vez más debilitado, el conflicto se ha transformado en una carga insostenible.

El deterioro de la situación en las tropas ucranianas, sumado a la dependencia de la ayuda internacional, especialmente estadounidense, expone una realidad que pocos se atrevían a admitir: la guerra parece inclinarse a favor de Rusia. Si Ucrania no encuentra una salida política viable, el futuro que le espera podría estar marcado por una derrota amarga.

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