Las razones que han llevado a Pedro Sánchez a fulminar a Iván Redondo

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De «gurú» todopoderoso en La Moncloa, a ser despedido sin que ni siquiera Pedro Sánchez dijera una sola palabra de él en su comparecencia.

La despedida -o despido- de Iván Redondo es, sin lugar a dudas, una de las grandes sorpresas de la remodelación de Gobierno anunciada este sábado por Pedro Sánchez. «A veces en política, en la empresa como en la vida, además de saber ganar, saber perder, hay que hacer algo mucho más importante: saber parar«, reza el manuscrito con el que se despidió del Ejecutivo.

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Mensaje de despedida de Iván Redondo

Apodado el «gurú» o el «dron» (que sobrevuela a todos los socialistas), Redondo no sólo fue el responsable de crear la marca Pedro Sánchez y de alzarle hasta la presidencia del Gobierno, sino que ha permanecido a su lado desde entonces, ganando poder a cada paso. Precisamente por eso, son muchos los que hoy se preguntan el por qué de este adiós, a pesar de que a los socialistas parecen sobrarles los motivos.

Su pasado en el PP

Su fichaje como jefe de gabinete tras la moción de censura a Mariano Rajoy en 2018 no fue precisamente bien recibida en el partido. No sólo porque no fuera militante del PSOE, sino por su larga trayectoria en el PP: antes de acercarse a Pedro Sánchez, llevó a Xavier García Albiol a la Alcaldía de Badalona y logró que José Antonio Monago fuera el primer presidente del PP en Extremadura.

Su obsesión por la batalla del relato y los eslóganes le han granjeado dentro del PSOE una fama de «vende biblias», con la que se ha ido ganando muchos enemigos dentro del partido, que recuerdan que es un experto en comunicación, pero que no controla las instituciones.

Un extraño que acaparaba todo el poder

El PSOE nunca terminó de digerir la acumulación de poder que Redondo había cosechado en los últimos tres años. El malestar en el seno del partido comenzó desde el mismo momento en que Sánchez optó por él en lugar de Juan Manuel Serrano, jefe de gabinete de Sánchez cuando surgió la oportunidad de la moción de censura para arrebatar el Gobierno a Mariano Rajoy.

Los socialistas tampoco terminaron de entender por qué el presidente le nombró secretario del Consejo de Seguridad Nacional y por qué, a medida que pasaba el tiempo, sus tentáculos iban alcanzado todos los departamentos clave de La Moncloa.

El fracaso en Murcia y Madrid

La fallida moción de censura en Murcia y la consiguiente pérdida de poder en Madrid alimentaron este rechazo. El «golpe de mano» para tomar el control de la campaña electoral en los comicios madrileños del pasado 4 de mayo, incluso en la confección de la lista, no fue bien vista por los socialistas de toda la vida. El mal resultado obtenido después, con el incontestable triunfo de Isabel Díaz Ayuso, minó su fama y su influencia.

Así, Sánchez anunciaba este sábado su sustitución como jefe de gabinete por Óscar López, un hombre de partido que encarna la reconciliación entre Ferraz y Moncloa. De esta forma, el presidente inicia una nueva etapa en la que dice adiós al gurú al que le debe todo cuanto es hoy en política. Y lo hace sin ni siquiera acordarse de él.

En su comparecencia ante la prensa, Sánchez tuvo palabras de agradecimiento para sus colaboradores más fieles, entre ellos, la vicepresidenta Carmen Calvo. Sin embargo, para sorpresa de muchos, no dijo ni una sola palabra del que hasta ahora había sido su hombre de mayor confianza en La Moncloa. Su próxima parada es hoy una incógnita, pero su mensaje de despedida lo dejaba bien claro: «Nos volveremos a ver».

(Libertad Digital)

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