La venganza comunista de Podemos ya está en marcha ante Yolanda Díaz, el gran bluf de la izquierda

Podemos toma posiciones para enterrar a Díaz y liderar la extrema izquierda comunista

La izquierda comunista española está viviendo una guerra interna sin precedentes. Yolanda Díaz, el producto mediático impulsado en su día por el mismo Pablo Iglesias y los sindicatos de izquierda, ha demostrado ser lo que desde Adelante España siempre hemos denunciado: un bluf. Su liderazgo se desinfla a pasos acelerados, y con ello, se allana el camino para el regreso de los comunistas más radicales y extremos, encabezados por Irene Montero y Pablo Iglesias, con un único objetivo: vengarse y destruir políticamente a quien consideran una traidora.

El fracaso de Sumar activa el plan de Podemos: reconquistar el espacio

Los dirigentes de Podemos nunca han renunciado a recuperar el control del espacio político a la izquierda del PSOE. El hundimiento electoral de Sumar ha sido el detonante que necesitaban. Ahora, con una candidatura liderada por Montero, los comunistas de Podemos quieren arrinconar a Yolanda Díaz y arrebatarle los pocos apoyos que aún conserva.

Ya están tejiendo pactos para fagocitar a Izquierda Unida y a los comunes, conscientes de que no pueden ir en solitario pero decididos a volver a ser el eje central del comunismo español. El propio Antonio Maíllo, coordinador de IU, se resiste por ahora a aceptar el juego de Podemos, pero las presiones aumentan. Desde dentro se habla de presentar listas propias. El caos y la fragmentación están servidos.

Montero – Iglesias, símbolo de la venganza política

La elección de Irene Montero como candidata no es casual. Decir Montero es decir Pablo Iglesias y es un mensaje claro: el ala más radical del comunismo quiere volver a imponer su agenda extremista y no piensa perdonar a Yolanda Díaz su intento de alejarlos y de renunciar a sus orígenes. No lo ocultan: esta vez no permitirán vetos, ni que la exministra de Igualdad quede fuera como en 2023. Ahora es ella o nadie.

Una fuente conocedora del proceso afirma: «Esperábamos que fuera o bien en la asamblea del 11 y 12 de abril o bien al terminar el curso político, en septiembre. Pero lo han adelantado para marcar territorio y no generar una situación de vacío, porque Ione Belarra por sí sola no cubre todo al no ser la candidata. También tiene que ver con el escenario que hay de presión de las partes: sindicatos, el PSOE, Sumar… para empezar a hablar del futuro. Y, por supuesto, están intentando cohesionarse de cara a la asamblea ya que dentro de los suyos también hay gente que habla del futuro.»

Yolanda Díaz: de esperanza mediática a cadáver político

Yolanda Díaz fue vendida como la gran esperanza de la izquierda moderna, una figura con imagen amable pero con mano de hierro. El tiempo ha demostrado que todo era humo. Su proyecto personal, Sumar, está roto, su liderazgo discutido por todos. Las elecciones en Galicia, País Vasco, Cataluña y Europa lo han evidenciado. Su liderazgo es, como reconocen incluso en el PSOE, un «problema».

«Sumar está muerto», sentencian fuentes gubernamentales, que ven con preocupación su escasa capacidad de arrastre. En el PSOE ya trabajan para absorber lo que quede del proyecto y evitar que la fractura comunista impida una futura revalidación de la coalición en Moncloa.

La izquierda radical se reorganiza para el asalto

Podemos lleva meses planificando su regreso. Pablo Iglesias se apartó, pero nunca dejó de mover los hilos. La imposición de Yolanda Díaz como heredera fue un error que ahora intentan corregir con una ofensiva feroz. Díaz traicionó al núcleo duro, desechó a quienes construyeron Podemos, y ahora se enfrenta a su venganza. Una venganza política total, sin concesiones.

Iglesias cree que Díaz no seguirá más en política y la tilda de narcisista y «esperpéntica»

Desde Adelante España, volvemos a advertir: la izquierda no desaparece, muta. El regreso del comunismo más radical de la mano de Irene Montero – Pablo Iglesias y los sectores purgados por Díaz marca una nueva etapa. Una etapa de revanchismo, de imposición ideológica, de extremismo sin máscaras.

El juego ha comenzado. La izquierda comunista se reorganiza. Y Yolanda Díaz, ese espejismo progresista que tantos aplaudieron, está a punto de ser barrida del tablero. No habrá piedad. Porque los comunistas, como la historia ha demostrado una y otra vez, nunca perdonan.