De acuerdo con la agenda 2030: La Unión Europea quiere que empecemos a comer insectos.

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Obviamente, el Gobierno globalista español también considera que estos animales son un «nuevo alimento seguro» y sostenible

Hace unos meses, el Gobierno de Sánchez , de acuerdo con la agenda 2030, presentaba un texto parlamentario en el que consideraba a los insectos como «un nuevo alimento seguro». El Ejecutivo hacía hincapié en que su consumo carece de cualquier tipo de riesgo asociado a la salud y que permite tener una dieta más saludable y sostenible con el medio ambiente. Lo hacían después de que la UE haya emprendido un camino hacia una aceptación más generalizada de esta práctica.
En España, de hecho, tenemos ahora la fábrica de insectos más grande de Europa.

La Unión Europea está dispuesta.

La Unión Europea ya ha aprobado varios insectos para el consumo humano, incluyendo el gusano de la harina (desde 2021), la langosta migratoria (desde 2021), el grillo doméstico (desde 2022) y el escarabajo del estiércol (aprobado en enero de 2023). De hecho, tras la entrada en vigor del Reglamento (UE) 2015/2283, del Parlamento Europeo y del Consejo, todo lo relativo a los nuevos alimentos o la evaluación del riesgo asociada a los insectos la realiza la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que, como no podía no ser de otra forma, señala que el consumo alimentario de los bichos autorizados no supone preocupación alguna.

Hasta la fecha, la Comisión ha considerado válidas once solicitudes y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), está llevando a cabo una evaluación para cada una de ellas. Tan pronto como la EFSA emita un dictamen positivo, la Comisión procederá al proceso de autorización como ha hecho con las anteriormente citados.

En los próximos años, las especies de insectos autorizadas en virtud del Reglamento sobre nuevos alimentos se convertirán en una fuente cada vez más importante de proteína alternativa, lo que contribuirá a los objetivos de la Estrategia «De la granja a la mesa» para un sistema alimentario en la UE y en el mundo.

La mayor fábrica de insectos mundo está en España

En España, algunos supermercados españoles ya los comercializan. Y por su fuera poco, en nuestro país a que se va a implantar  la fábrica de insectos más grande de Europa, que se inaugurará en 2024 en Salamanca. Tebrio se dedica a la cría y transformación del gusano de harina, donde esperan producir hasta 100.000 toneladas.

Apoyos

Los globalistas señalan que el consumo de insectos comestibles para los humanos podría suponer, según algún estudio, generalmente financiados por ellos, una fuente alternativa de proteínas a las carnes convencionales y de micronutrientes como el cinc, el calcio o el hierro. Además, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los insectos como alimento desempeñarán un papel de primer orden frente al aumento del coste de las proteínas animales, la inseguridad alimentaria, las presiones medioambientales, el crecimiento de la población y el aumento de la demanda de proteínas entre las clases medias. Además, la cría de insectos emite considerablemente menos gases de efecto invernadero en comparación a la mayoría de ganado convencional y utiliza una menor cantidad de agua.

Ahora la cuestión sigue siendo otra: ver quién se mete un insecto en la boca impuesto por unas élites globalistas que quieren eliminar la carne por sectarismo ideológico.

(Con información de Xataka)

3 comentarios en «De acuerdo con la agenda 2030: La Unión Europea quiere que empecemos a comer insectos.»

  1. Que se los coman ellos, les veamos como se los comen, diariamente y, en su caso, a lo mejor, y solo a lo mejor, empezamos nosotros.

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    • Amén, hermano. De todas formas, seguro que ellos se harán servir insectos criados y preparados ex profeso en condiciones especiales y cocinados con recetas de «gourmet». A nosotros nos dejarán las moscas vulgares, que diría el inmortal Antonio Machado.

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  2. Ya me veo al Papa Francisco y los obispos «progres» apuntándose al carro y recordándonos que si San Juan Bautista comía saltamontes nosotros debemos seguir su ejemplo.
    A ver cómo se lo toman los vegetarianos. Puede ser que callen como pu…silánimes, incluso que digan que los insectos no son realmente carne, demostrando que allá van los champiñones donde entran las subvenciones. O puede ser que les salga la criada respondona y hasta los tengamos rezando rosarios (o mantras hindúes y asuras coránicas, más probable) ante Ferraz, la Moncloa y en Bruselas (Coles de). en defensa de los pobres insectitos. Por cierto, en la dieta meten en el mismo saco los arácnidos, miriápodos y moluscos anélidos.
    Otra cosa: ¿cómo vamos a adquirirlos sin acabar mendigando o atracando bancos y «hackeando» cuentas, el que sepa hacerlo? Por ahora, la cajita de langostitas del campo está a precios comparables al langostino fresco.

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