El Ejecutivo tiene la intención de ratificar el tratado con Francia que permite esta medida «antes del verano»
El Gobierno de Pedro Sánchez ha dado un paso más en su estrategia de sumisión y vasallaje, permitiendo la injerencia de Francia en la política española. El Ejecutivo ha pactado la presencia de un ministro francés en el Consejo de Ministros español, una medida que ratifica el vasallaje de España a Francia y a la masonería jacobina francesa.
Un tratado para institucionalizar la dependencia
Este nuevo ataque a la soberanía nacional se consolidó con la firma del tratado hispanofrancés entre Pedro Sánchez y Emmanuel Macron el 19 de enero de 2023 en Barcelona. Según La Moncloa, y recoge el Debate, este acuerdo «refuerza la estrecha relación bilateral y asegura la protección del vínculo entre ambos países mediante un marco político y jurídico adecuado a los desafíos del siglo XXI».
Lo que el Gobierno pretende presentar como una simple colaboración, en realidad es una claudicación absoluta. Este tratado institucionaliza la celebración anual de cumbres bilaterales y permite que un ministro francés participe en los Consejos de Ministros españoles, lo que supone un precedente peligroso.
Un Consejo de Ministros bajo tutela extranjera
La Ley del Gobierno estipula que «las deliberaciones del Consejo de Ministros serán secretas», pero el Ejecutivo de Sánchez ha cambiado esta norma para permitir la entrada de ministros extranjeros. La modificación entrará en vigor en abril y habilita la asistencia de altos cargos e, incluso, representantes de otros países.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmó el 24 de enero que España ratificará el Tratado antes del verano, asegurando que «será antes del verano, como máximo, momento en el cual estará plenamente en vigor».
Pérdida de soberanía: el verdadero objetivo
Detrás de esta medida se esconde una estrategia clara: entregar el control de España a los intereses globalistas, en este caso al gobierno de Francia y al poder de la masonería jacobina francesa. Este no es un simple tratado de colaboración, sino la confirmación de que la política española estará dirigida desde París. Con esta decisión, Sánchez renuncia descaradamente a la independencia de nuestra nación, permitiendo que un país extranjero dicte las políticas que regirán el futuro de España en lo político, económico o social.
La incorporación de un ministro francés en el Consejo de Ministros español es un acto inédito de subordinación. Más allá de las excusas de colaboración europea, este tratado deja claro que España ha perdido soberanía y se ha convertido en un simple satélite de Francia.
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