La organización no gubernamental Facua, liderada por Rubén Sánchez, recibió más de 1.206.775 euros en 2021 en concepto de subvenciones y más de la mitad procedían del Ministerio de Consumo liderado por Alberto Garzón. La cifra supone cerca del triple del dinero público que ingresó tan solo dos años atrás. La entidad, que se fundó en la Andalucía de principios de los 80 para defender los derechos de los consumidores, continúa sin hacer pública su última memoria anual, pero sí ha avanzado algunos datos. «Los socios aportaron 2.348.460,42 euros, frente a 1.206.775,43 euros de dinero público recibidos para el desarrollo de acciones de defensa de los derechos de los usuarios: formación, asesoramiento, impulso de la mejora de la legislación y acciones de lucha contra el fraude», añade.

La asociación, que asegura ser «independiente de gobiernos, partidos políticos, confesiones religiosas e intereses empresariales» y tener «un carácter marcadamente progresista, democrático, plural y participativo», tuvo unos ingresos en 2019 de más de 1.513.902 euros, de los que 432.616 procedían de subvenciones y donaciones. La mayor parte del dinero de la entidad, no obstante, procedía de las cuotas de sus asociados y afiliados (1.031.292 euros). Al año siguiente, en 2020, la entidad tuvo ingresos por más de 1.733.000 euros, de los que 1.513.902 venían de cuotas de sus socios. Un total de 564.926 euros procedían de dinero público.

50.168 socios de pleno derecho

Según explica la organización en su página web, existen dos modalidades de socios: adheridos, que no aportan cuotas, y de pleno derecho, que abonan una cuota por unidad familiar cada año. Esa cuota asciende en la actualidad a 84 euros. En 2021, la ONG cerró con un total de 250.425 asociados, solo un 1,8% más que al finalizar el año anterior. De ellos, 196.885 eran adheridos, es decir, no aportaban cuotas, mientras que 50.168 tenían pleno derecho y estaban al corriente de pago, mientras que 3.372 plenos tenían pendiente pagar la cuota.

Facua y sus organizaciones territoriales tuvieron a la finalización del ejercicio 2021 unos ingresos procedentes de las cuotas ordinarias de los asociados de pleno derecho que suman 2.348.460,42 euros. A los ingresos por cuotas de socios de Facua hay que sumar 1.206.775,43 euros que la asociación y sus distintas organizaciones territoriales recibieron el año pasado procedentes de subvenciones y convenios con entidades públicas. En el caso de la organización nacional, puntualiza la entidad, la Dirección General de Consumo del Ministerio de Consumo inyectó hasta 723.010 euros. Las cantidades recibidas por parte de las organizaciones de Facua en las distintas comunidades autónomas, que suman 483.765,06 euros, proceden de entidades públicas de ámbito autonómico, provincial y local, según la ONG. En País Vasco, Extremadura, Asturias y Galicia Facua no recibió ingresos de entidades públicas.

Facua, ¿estrategia comunista?

A Facua se le acusa de ser un ente político disfrazado de organización civil,  un lobby creado por Paco Sánchez Legrán (Sevilla, 1949) que fue el fundador de Facua. Entró en las filas de la Unión de Juventudes Comunistas y Comisiones Obreras Juveniles.

Rubén Sánchez es el actual líder de Facua y es el hijo de Paco Sánchez Legrán, o sea, todo queda en casa. Rubén Sánchez terminó la carrera de Periodismo mientras trabajaba desde los 19 años en Facua, el  chiringuito que montó su padre,  a comienzos de los ochenta y que ha recibido subvenciones a gogó desde entonces.

Tal como señala el periodista del ABC, García Reyes que disecciona con total claridad a FACUA: Facua es un ejemplo impecable del entramado político-civil que han armado los partidos. Hay cientos de organismos presuntamente independientes que se disfrazan de «sociedad civil» para fiscalizar a las administraciones y que en realidad son montepíos encubiertos a las órdenes de determinadas siglas. Son entidades externas sostenidas con dinero público que desde fuera pueden utilizar el argumentario con una careta de objetividad y de las que comen, generalmente, afines disciplinados como los Sánchez, a los que no les importa aprovechar una epidemia como la de la listeriosis, con decenas de personas encamadas, para debilitar al rival. En eso consiste el fuego «facuo»: en inflamar el agua contraria y aguar el fuego propio para chupar del bote. Y en auxiliarnos a los pobres tontos para no ser engañados por el diabólico capitalismo, oh, Rubén, nuestro salvador.