Otro capítulo más de la serie televisiva “La Famiglia”, también llamada “uno de los nuestros”; una serie ambientada en La Plaza de Castilla de Madrid, aunque podría estarlo en Nueva York, Chicago o Corleone (pequeño pueblo siciliano). Pero… nos falta Miguelito Corleone, porque así podríamos poner coto a situaciones como la de los periodistas aislados en una isleta en medio del tráfico infernal del Paseo de la Castellana, frente a los juzgados y en donde, en apenas pocos metros cuadrados, se aislaron a 20 periodistas y varios cámaras de televisión y técnicos de audio.; poniendo su vida en peligro, pues el tráfico, los miles de vehículos y autobuses, les pasaban rozando a su marcha normal y sin ningún sistema de seguridad.
Y recordamos aquí al menor de los Corleone, porque en “el Padrino”, y ante esas situaciones más que espermáticas, Micheal Corleone, solucionó el problema con el Marlasca de turno, sin muchos miramientos. Aquí somos muy democráticos y pacifistas, por lo que los que abusan de nosotros lo pueden hacer con total impunidad, tanta como nos han hecho ver los enviados especialísimos de esas cadenas de televisión que, cuando al hacer un directo, contando lo que no podían ver, porque así les habían situado, ignoraban estoica y valientemente el peligro de los vehículos que podían haberlos atropellado. Bueno, en realidad ni tan estoicos, ni tan valientes, sino que, simplemente, el jefe del a su vez jefe de los guardias de asalto republicanos, había aumentado el contrato de publicidad unos milloncejos de euros de nada, con los jefes de ¿“los valientes y estoicos”?. Mientras, otros “plumillas”, de empresas audiovisuales o informativas, menos afortunadas, ponían en valor lo que estaba sucediendo.
Pero “la motorizada de Indalecio Prieto” tenía muy bien preparado el asunto. Quince días después de su anterior actuación en el mismo lugar y por el mismo motivo. Su jefe, el mismo que ordenó el ataque a los abuelos y niños que, en la calle Ferraz, protestaban contra el marido de la que en ese momento declaraba en los Juzgados de Instrucción de Madrid. En fin, no podíamos esperar otra cosa de la actuación de los chicos de azul. Bueno, si podíamos esperar que fuesen conscientes de que ganan bastante menos dinero todos los meses que sus colegas de las policías autonómicas, de las policías municipales y si me descuido de los barrenderos. Pero, los sindicatos, en este caso los policiales, prefieren “la no critica” a la actuación de sus jefes, que, si ganan y se promocionan en otro nivel, vamos que juegan en otra liga, que no defender a sus colegas, los que no llegan a final de mes y tienen que apoyarse en otros miembros de sus familias para llegar a final de mes. Y digo familia, no familia, que quede claro.
¿Qué sucede? Pues que la necesidad de que no se vea a “la esposa”, de a quien el ministro de transportes llamo: “el puto amo”, y no salga en la tele o en unas fotos, que demostrarían que ha ido al juzgado a declarar. Bueno, a no declarar. La primera vez, hace más de quince días, porque desconocía de que se la acusaba. Algo curioso, porque la inmensa mayoría de los españoles, millones de españoles, sí que la conocían. Y, sin embargo, “la presidenta” como la definió el portavoz, de «la PSOE», en el Congreso, no se había enterado. De las dos posibilidades de por qué ese “no” a la pregunta del juez, no caigo en cuál es más ofensiva a la inteligencia de los demás españoles, que pagamos con nuestros impuestos el show del 5 y del 19 de julio… que digo yo que hubiese sido más divertido si hubiese sido el 18 de julio. Como más inclusivo, o así.
Esta otra, la segunda, suena a choteo fino. Pues acogiéndose al sagrado, perdón, acogiéndose al derecho constitucional de no declarar, aunque ese derecho a no declarar me gustaría que se le aplicase también a los cientos de hombres detenidos por las denuncias de violencia de género todos los viernes. Con el indudable fin de que, dentro de la venganza femenina de sus anteriores parejas, en algunos casos ni eso, pasen el fin de semana, es decir unas 72 horas en el calabozo. Motivo por el cual, cuando «las fiscales» les aconsejan a los detenidos: “declararse culpable”, porque así se evitan el mal trago de comparecer ante la correspondiente «jueza», y que, en preservación de sus derechos, solo les pondrá seis meses de pena y, así podrán irse a su casa, a su casa no creo, más bien a la calle; por un delito, que casi seguro no han cometido. Lo peor, es que ese hombre desconoce, porque su abogado de oficio que le ha atendido y solo va a cobrar… “algún día”, vaya usted a saber cuándo, la friolera de 250 euros, por su defensa, no va a ser muy explícito en informarle de algunos detalles. Pero ese detenido ya tiene, desde ese momento, antecedentes penales y. por lo tanto, lo que viene después: el posible divorcio, la custodia de los hijos, los temas económicos y su vida en general, se va a ir como el agua sucia por el desagüe.
Mientras, «la presidenta» aconsejada por el abogado, más bien político por su trayectoria, responsable del chivatazo a ETA del “caso faisán”, Antonio Camacho, aconseja a «la presidenta» de su derecho a no declarar. En realidad, porque no se fían de que pueda decir lo que no debe y, sobre todo, para que no la lie con sus respuestas, porque si declara la va a liar, y gorda, porque por muy prudente que quiera ser, esa sensación de impunidad que se ha instaurado en los políticos y sus asociados, la va a llevar a la imprudencia total. Y, tenemos claro que la esposa, eso dicen, del “puto amo”, es muy lucida para algunas cosas, aunque no tengo muy claro que lo sea para otras. Pues lo mejor es eso, «calladita está más guapa». En fin, y como ya les he comentado algunas cosillas, pues… Ahí lo dejo.
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