Hay en el Congreso de los Diputados seres dignos de nulo aprecio político y, para muchos, personal; entre estos diputados incorregibles podemos señalar a uno conocido como “el Rufián” (decir “el” Rufián, es aplicar la costumbre de la mayoría de los catalanes cuando nombran a una persona conocida). Este diputado de ocasión se ha ganado a pulso, diariamente, el desprecio de muchos otros diputados debido a su desagradable semblante de chulo de barrio, versión antipática.
Para que no se asuste este gomoso diputado, le aclaramos lo que dice el diccionario de la RAE de esta palabra, “rufián”: 1.-Persona sin honor, perversa y despreciable. 2.-Hombre dedicado al tráfico de la prostitución. Lógicamente, se refieren estas definiciones de la RAE a la palabra considerada como sustantivo o adjetivo calificativo, masculino, singular. Es decir, al apellido Rufián, que merece todo el respeto, no corresponde aplicarle estas definiciones del diccionario de RAE.
Lo que ocurre es que, muy a su pesar, y sobre todo al nuestro, lleva muchos años en la capital, Madrid, España. El pelaje de la dehesa que traía de Santa Coloma, se ha ido suavizando y el postureo personal se nota que ha mejorado. Es lo que tiene el aire de Madrid, que es muy sano, mejora la salud del cuerpo y, si procede, la del alma; no en vano es Madrid una de las mejores capitales de Europa donde las expectativas de vida son mayores. También observamos que su aspecto físico ha cambiado, dando a entender que se come muy bien en Madrid. Inclusive, en alguna ocasión nos ha sorprendido verle trajeado y luciendo corbata, para disgusto de la izquierda independentista traidora, y de Santa Coloma de Gramanet, donde algunos, con muy mala intención, le recuerdan que procede de familia charnega andaluza. En unas recientes declaraciones a un periodista, el Rufián le manifestó que ya es simpatizante del Real Madrid…Pensamos que miente mucho.
Decimos que ha mejorado su aspecto personal, pero no tanto sus modales en la Cámara Baja, a menudo perversas y despreciables. Pensamos que cambiar el mandil por el mantón de Manila, como le sucedió a la Petronila, no le ha mejorado la lengua viperina que escupe cuando habla. El otro día, sin ir más lejos, tuvo la osadía de enfadar al presidente Sánchez, sin despeinarse, y con las manos en el bolsillo cual vulgar gañán. Aprovechando que las aguas bajan sucias por la izquierda del Manzanares, cabe la Moncloa, el Rufián le espetó, muy serio, que la izquierda no puede robar. Y se ha quedado tan ancho. El presidente Sánchez, cabreado como una mona de Gibraltar, como es natural ante tal infundio, le respondió con toda firmeza que, la izquierda roba cuando le sale del níspero y que él no es nadie para decirle cuándo puede o no puede robar la izquierda, como ya viene demostrando desde hace décadas… Este leve cambio de pareceres, quedó en nada, tan amigos como siempre, y a vivir que son dos días (los que les quedan a ambos).
Nos alegra que mejore su indumentaria, que se alimente muy bien en Madrid, y que el aire de la capital le haya suavizado algo el pelaje serrano pero, pensamos, que ya está bien de maldecir contra todo lo que se mueve. Muchos somos los que le sugerimos que retorne urgentemente a su pueblo aunque, dicen las malas lenguas, tampoco quieren verle por allí; seguramente son cosas de los traidores charnegos independentistas de su grupo, y de los envidiosos paletos de siempre, que no pueden venir a conocer y disfrutar de la bonita capital de España…y del Santiago Bernabeu.
Que no se preocupe el Rufián; puede volver a Madrid cuando le plazca; en Madrid ya sabe que recibimos con cariño y alegría a todos los que nos visitan, siempre que no sean perversos y despreciables porque, en ese caso, les armamos la marimorena en plena calle y les invitamos a que abandonen la capital, por eso, por despreciables.
¡Buen viaje!
Madrid, a la OTAN, de entrada, ni un euro, a 22 de junio de 2025
Juan Hernández Hortigüelac | Historiador y escritor