La inflación de España sin energía ni alimentos es la más alta de la UE: supera la media en 1,6 puntos

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La tasa de inflación en España sin tener en cuenta el impacto de los alimentos no elaborados ni el coste de la energía –lo que se conoce como inflación subyacente– se situó en diciembre pasado en el 7%. Este es el nivel más alto jamás alcanzado por tal indicador desde noviembre de 1992, durante el mandato del también socialista Felipe González. También es la cota más elevada de toda la Unión Europea, en la que, actualmente, la inflación subyacente es del 5,4%, 1,6 puntos por debajo. E igualmente, es la primera vez que este indicador está por encima de la tasa de inflación general.

Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, la inflación se situó en diciembre en el 5,7%. Aunque es la tasa más baja desde los máximos del 10,8% en el mes de julio pasado, pero, sin embargo, el índice subyacente está ya 1,3 puntos por encima. Esta situación constituye una anomalía y tiene una trascendencia difícil de exagerar, pues la inflación subyacente refleja las tensiones de fondo de los precios, constituye la llamada inflación estructural y marca un suelo complicado de ser perforado por el indicador general. Esto significa que, a medio plazo, es difícil que veamos reducciones adicionales del índice general de precios, pues se trata de su componente más estable y permanente.

De acuerdo con dichos medios, la inflación subyacente se comporta con retraso en relación con el índice general, y ahora está recogiendo los efectos de las subidas de precios durante la primera parte del año, que se han transmitido a toda la cadena de producción, de manera que las alzas que se han producido en el vestido y el calzado -que han empujado decisivamente el índice general-, así como de otros bienes y servicios tiene que ver con los altos costes de la energía registrados hasta junio, que han repercutido gravemente sobre el transporte de mercancías, el precio de la luz o, por ejemplo, los plásticos necesarios para el envasado.

Aunque, aparentemente, el descenso de la inflación general ha sido recibido por el Gobierno como un alivio, la subida de la inflación subyacente no ha sentado bien.

Fuentes de la patronal CEOE señalan  que esta situación invita a ser muy prudente y  cauto sobre las políticas económicas de los próximos meses, evitando por todos los medios adoptar medidas que puedan contribuir a alimentar la espiral inflacionista como se ha hecho durante los pasados meses.

(Con información de OK Diario)

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