La exposición temprana a la pornografía aumenta el riesgo de infecciones de transmisión sexual

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Además, influyen en el desarrollo afectivo-sexual de los adolescentes

Según un estudio siete de cada 10 adolescentes consumen pornografía. El 46% empieza a hacerlo entre los 3 y los 17 años, y el 54% entre los 6 y 12.

Las cifras también varían en función al tipo de exposición, siendo la exposición no intencional entre el 19 y el 32%, y la intencional entre el 22 y el 84%. Además, respecto al género se observa una mayor presencia y uso en los chicos que en las chicas.

Los chicos acceden al porno, generalmente, por la búsqueda de diversión o placer, así como para el aprendizaje de comportamientos sexuales, mientras que las chicas lo hacen para saber qué le gustan a los chicos..

 Riesgos para la salud sexual y el desarrollo afectivo de preadolescentes y adolescentes

La exposición continuada desde edades tempranas a la pornografía implica riesgos para la salud sexual y el desarrollo afectivo de preadolescentes y adolescentes.

Los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar reflejan que tanto las infecciones de transmisión sexual como las prácticas de riesgo (‘el muelle’, ‘chemsex’, ‘cruising’, o ‘gangbang’, etc.) y los embarazos imprevistos, han aumentado en los últimos años.

Y es que el deseo sexual de los adolescentes se está construyendo a través del porno, y esto ha hecho que aprendan comportamientos que afectan a su salud sexual, que deja de ser adecuada y responsable.

Aumento de delitos contra la libertad sexual

Asimismo, las consecuencias de las prácticas antes mencionadas se han reflejado en el aumento de los delitos contra la libertad sexual, las agresiones sexuales y el aumento del acoso sexual hacia las mujeres, según indican las estadísticas proporcionadas por el Ministerio del Interior a lo largo de 2022 y 2023.

Como ejemplo, la red Barnahus ha atendido este año 1.450 casos de niños y adolescentes víctimas de violencia sexual a través de los doce centros repartidos por Cataluña que tiene en funcionamiento, según infomó el viernes el departamento de Derechos Sociales de la Generalitat.

Ansiedad y depresión

Por otro lado, entre los riesgos afectivos está la de desarrollar una percepción no real de las relaciones afectivas y sexuales, comportamientos nocivos y problemas de ansiedad, depresión y baja autoestima. Estar expuestos a un contenido que distorsiona la realidad afecta al funcionamiento del cerebro, pero también aumenta la necesidad de ver más y más para tener el mismo grado de placer y satisfacción.

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