Derechos Animales prepara la ley de grandes simios: «Tienen los 15 atributos de la personalidad humana»

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Gorilas, chimpancés, orangutanes y bonobos estarán especialmente protegidos por su «proximidad genética a nuestra especie».

El sectarismo ideológico de la agenda 2030 sigue avanzando. La Dirección General de Derechos de los Animales ha avanzado las líneas básicas del anteproyecto de ley de grandes simios, un compromiso adoptado por el anterior director, el animalista comunista Sergio García Torres, y recogido en la Ley de Bienestar Animal.

El objetivo pretenden ahora es proteger de forma especial a los grandes primates «tanto por su condición de seres sintientes como por su proximidad genética a nuestra especie y su alto grado de evolución«.

Origen: Zapatero

Ya en junio de 2008, el Congreso aprobó una iniciativa para reconocer a los grandes simios (gorilas, chimpancés, orangutanes y bonobos) derechos de los que hasta entonces solo gozaban los seres humanos: el derecho a la vida, a la libertad individual y a no ser torturados.

Sin embargo, la iniciativa del Gobierno de Zapatero se quedó en una declaración de intenciones grandilocuente teórica pero todavía con pocas consecuencias en la vida real. Pero era el punto de inicio para ir moviendo la ventana de Overton. Entre otros motivos, sirvió para reconocer la libertad individual de los simios que supondría abrir las puertas de los zoos para que los animales campen a sus anchas.

Se prohíbe la investigación con primates

Con el objetivo de garantizar los «derechos de los primates», la anterior dirección de Derechos de los Animales se comprometió a a presentar un proyecto de ley de grandes simios en el plazo de tres meses desde la entrada en vigor de la ley de Bienestar Animal.

«Al mismo nivel que nuestros antepasados»

Esta nueva norma sobre grandes simios incide en que la comunidad científica ha establecido que gorilas, chimpancés, orangutanes y bonobos están «al mismo nivel que nuestros antepasados, los homo erectus, homo habilis, australopithecus, etc». Por ese motivo, en 1997 se decidió incluirlos en la familia de los primates, a la que pertenecen los humanos.

Además, resalta que «la ciencia también ha demostrado que los grandes simios no son sólo seres sintientes, sino que disponen de capacidades cognitivas como el aprendizaje, la comunicación o al razonamiento complejo que les acercan a las de los seres humanos».

«Los grandes simios parecen estar dotados de autoconciencia y de intencionalidad en la toma de decisiones, hasta el punto de que comparten los quince atributos que en su día el bioético Joseph Fletcher estableció para definir la personalidad humana: inteligencia mínima, autoconciencia, autocontrol, sentido del tiempo, sentido del futuro, sentido del pasado, capacidad para relacionarse con otros congéneres, preocupación y cuidado por otros individuos, comunicación, control de la existencia, curiosidad, cambio y capacidad para el cambio, equilibrio de razón y sentimientos, idiosincrasia y actividad del neocórtex«.

«Así pues, tanto por su condición de seres sintientes como por su proximidad genética a nuestra especie y su alto grado de evolución, se hace necesaria una protección especial para este grupo de grandes primates», señala el texto.

 

Fuente: Marta Arce| Libertad Digital

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