Expansión espectacular de China en Centroamérica

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 Avance espectacular de China en su propósito de ampliar su influencia mundial y, particularmente, en Centroamérica.  

En las dos últimas décadas la República Popular China ha emprendido una política expansionista hacia Occidente, específicamente hacia América.  Venezuela, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Brasil y Ecuador — abrió las puertas al gigante asiático, aunque los dos últimos enmendaron luego su adhesión al comunismo por ahora. Sin embargo, Centroamérica representaba un reto ante lo cual el régimen del Partido Comunista Chino (PCCh) extendió sus tentáculos, logrando abrazar varios de los países del istmo, pero uno de ellos sigue siendo sólo una de sus apetencias: Honduras.

Crecimiento Económico de China

El inicio del crecimiento económico de China tras la implementación de una serie de reformas que dieron paso a una economía pujante en la China comunista que, luego de consolidarse, la llevaron a plantearse el propósito de expandir su poderío fuera de sus fronteras.

Sistema de Integración Centroamericana (SICA)

Pero el esfuerzo ha dado frutos y Costa Rica, República Dominicana, Panamá y El Salvador ya se han aliado a la China Roja conformando el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), una situación que puso en alerta a los Estados Unidos. La administración del expresidente Donald Trump calificó esta relación -y los acuerdos surgidos de ellas-, como perturbadora.

También Panamá estableció relaciones con Pekín en 2017, mientras que República Dominicana y El Salvador, lo hicieron en 2018. Costa Rica ya lo había hecho una década antes.

Panamá

La Cancillería panameña expresó en septiembre de 2019 que “la relación entre China y Panamá como lo determinan nuestra historia y nuestra geografía, será estrecha e importante; es la voluntad política del gobierno panameño, fortalecer más ese vínculo y profundizarlo con bases firmes de respeto mutuo, diálogo, cooperación, amistad y búsqueda de los intereses conjuntos de nuestros pueblos”.

El Canal de Panamá fue centro de atención para China que ha llevado inversiones significativas en Panamá y además se propuso aumentar su actividad en el paso interoceánico por el que circula el 6% del comercio marítimo global, habiéndose convertido el país asiático en los últimos años, en un importante cliente del canal. De hecho, después de Estados Unidos, es el segundo mayor usuario del mismo.

Costa Rica rompe la tradición

Costa Rica fue el primero de los países en aliarse a la China continental. Lo había hecho el 1º de junio de 2007 cuando restableció relaciones diplomáticas a nivel de embajador con China. A par de la firma del comunicado conjunto, el gobierno del entonces mandatario costarricense, Oscar Arias, reconoció la existencia en el mundo de una sola China, “el de la República Popular China es el único Gobierno legítimo representante de toda China y Taiwán forma parte inalienable del territorio chino”.

Este alianza con China derivó en el establecimiento de una serie de convenios de cooperación,  inversiones y entrega de contratos a China que, a partir de entonces seguirían con los sucesivos gobiernos costarricenses. La China Roja que se convertía en un gran socio y cooperante de la nación centroamericana. Con importantes inversiones, la china comunista le mostraba al resto de países de la región su generosidad. El siguiente paso fue el establecimiento de un Tratado de Libre Comercio (TLC).

El curioso caso de Nicaragua

La llegada al poder en Nicaragua del sandinista de Daniel Ortega provocó desde un principio el fortalecimiento de las relaciones comerciales con la China Popular.  Y Daniel Ortega cumplió su propósito de incrementar las relaciones con la China Roja  pues en 2017, Nicaragua vendió 182.092 toneladas de productos a la República Popular China.

La expansión china en El Salvador

Este proyecto expansionista de China puede visualizarse en la entrega para su administración del Puerto de La Unión Centroamericana en el extremo suroriental de El Salvador, en el golfo de Fonseca, punto de confluencia tanto de la propia nación salvadoreña como de Nicaragua y Honduras (para esté último su único acceso al Pacífico). No pocas voces han advertido que se trata de un interés que va más allá de lo económico, pues prevén que para Pekín lo realmente importante es el valor estratégico que en lo militar tiene la terminal marítima en una zona que, tradicionalmente, ha sido baluarte de la seguridad estadunidense.

Ganaba así el gigante asiático un nuevo socio en Centroamérica como ya lo había hecho antes en el Canal de Panamá, donde amplió su presencia a partir de 2017, cuando, igualmente la nación del istmo sustituyó las relaciones diplomáticas taiwanesas con las chinas –que vinieron acompañadas de inversiones en la zona–.

El enigma hondureño

Entretanto, se mantiene la interrogante acerca de qué posición asumirá Honduras, dado los vaivenes que en los últimos años y, particularmente, en los recientes meses, ha mostrado la administración de Juan Orlando Hernández.

Juan Orlando Hernández (JOH), dijo en mayo de este año 2021 que su gobierno podría establecer una oficina comercial en China con el objetivo de acceder a la vacuna contra la enfermedad del Covid.

Pero el coqueteo con la China comunista, antecede a Juan Orlando Hernández, toda vez que expresidente Porfirio Lobo anunció en 2012 las intenciones de su administración de establecer una oficina comercial en la República Popular de China como paso previo al establecimiento de relaciones diplomáticas plenas. En todo caso advirtió: “En pleno siglo XXI, no se puede continuar pensando que ampliar las relaciones con una nación significa ser enemigo de otra”.

Pero aunque ocurriera esto o no en aquel momento, lo cierto es que en la práctica las relaciones ya existían, pues China mantenía inversiones en Honduras. A mediados del mandato de Lobo, una delegación hondureña tramitó en China el financiamiento por parte del Industrial and Commercial Bank of China para el desarrollo del estratégico proyecto hidroeléctrico Patuca III por USD 300 millones.

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