«¿La solución? Tendremos que pensar en que, ahora, ya, por fin, lo han admitido en Glasgow, “que la energía nuclear es una energía verde”. Es una energía verde, segura, con muy pocos residuos y reconvertibles” ha señalado el científico y escritor Jacinto Seara en una entrevista que le ha hecho el canal de You Tube Alto y Claro TV.
Además, Jacinto Seara ha afirmado:
- Los errores más graves de las políticas energéticas es que estamos fiando todo en las eólicas, aerogeneradores, y en las placas solares, que son peligrosos ya que el chorro de viento que hacen los aerogeneradores está cambiando el viento. Y si hoy tenía que llover aquí, como la nube va para otro sitio porque el viento va para otro lado, pues llueve en otro sitio, y, por lo tanto, cambia el clima.
- Problemas de los aerogeneradores. Además, los aerogeneradores, después, para conservarlos lo llevamos a unas baterías, que está formado por ácidos o por litio. Y el litio es venenoso. Y el litio, además, tiene una cosa, si arde no se apaga con agua. Y el litio se está utilizando por doquier. Con otro inconveniente, la energía que producen es continua. Necesitan de unos alternadores para convertirla en corriente alterna.
Y por si fuera poco, arman ruido. Elimina toda la vegetación que hay alrededor. Usted no verá nada que sea verde alrededor. Es tierra. Pero es que, además, los animales huyen. Cambia el microclima del sitio donde está. Cambia el clima.
- Problemas de las placas solares. Pero es que, además, tengamos en cuenta que, en las placas solares, el ánodo y el cátodo llevan elementos que son arsénico o boro, que, en un momento determinado, al cabo de 10 años, cuando no sirvan esas granjas solares, va a ser un problema. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Con todos estos residuos? ¿Qué hacemos con ellos? ¿Dónde vamos a parar?
- Problemas de los offshores. ¡Y no digo ya en las offshore! Aquí también va a cambiar el calentamiento de los océanos y de los mares. Los offshore son tan peligrosos como los aerogeneradores. Ese es el gran error.
- El gas no es la solución. Aquí estamos echándole la culpa al diésel, que nos da carbono, monóxido de nitrógeno -que es peligroso- y algo de azufre, cuando el gas hace lo mismo: quema carbono, hace dióxido de nitrógeno, echa azufre… Y, ¿en cuántos restaurantes lo tenemos? ¿En cuántas casas tenemos gas? ¿En cuántas calefacciones estamos utilizando gas? Entonces, el gas es mucho más dañino que todo eso.
- Las centrales nucleares son la solución. Tendremos que pensar en otras cosas. Tendremos que pensar en que, ahora, ya, por fin, lo han admitido en Glasgow, “que la energía nuclear es una energía verde”. En la energía nuclear tenemos uranio en estos momentos para doscientos quince años como mínimo.
Pocos residuos y reconvertibles. En la cuarta generación se ha llegado a que sea de un 3%, o un 2% casi. Y la mayoría de los residuos son reconvertibles como propios, en nuevos elementos de combustión. Y, además, ahora ya no se refrigeran por agua, sino que se refrigeran por sales.
Son seguros. Se pueden enterrar, o sea, van bajo tierra. Si hay explosión, nada más que es como un terremoto. No se expande. No va a haber isotopos radioactivos por el aire.
- Fusión Nuclear. Había dos problemas que se están solucionando. Los isotopos del hidrogeno, deuterio y tritio que se fusionen, crean en esa fusión energía. Producen helio -que no es radioactivo- y producen la energía, que puede ser energía eléctrica y energía calorífica, -incluso para calefacciones-. Eso ya está conseguido, ya lo tenemos;
El otro problema que había -que era el más importante- era mantener ahí esa masa quieta y que pudiese el neutrón hacerla trabajar, para que se pudiese fusionar, porque se expandía. Entonces, al expandirse con tanta fuerza, no había elemento suficiente para mantenerla. Se ha encontrado un súper imán que logra mantener eso quieto, sin que salga. Por lo tanto, esa masa de deuterio y helio -que después es tritio- se podría mantener y podríamos tenerla.
Por su importancia e interés, reproducimos en su integridad a continuación la entrevista del canal Alto y Claro TV al científico Jacinto Seara