Islamización promovida por el PP y el PSOE: Doce autonomías españolas imparten una asignatura pagada por Marruecos

niñas musulmanas con velo en un aula

La islamización en España avanza bajo la complicidad de PSOE y PP, a través de un programa educativo marroquí activo ya en 12 comunidades autónomas.

Un plan ideológico disfrazado de integración

Desde hace años, gobiernos del PP y del PSOE han permitido una penetración cultural y religiosa sin precedentes: la islamización en España a través del sistema educativo. El Programa de Enseñanza de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (PLACM), financiado por el Reino de Marruecos y autorizado por el Ministerio de Educación español, se imparte en doce comunidades autónomas: Cataluña, Andalucía, Madrid, País Vasco, Castilla-La Mancha, Canarias, Extremadura, Murcia, Galicia, La Rioja, Aragón y Baleares.

Esta estrategia, ejecutada sin apenas cobertura mediática, forma parte de una agenda clara: la normalización del islam como elemento cultural preferente, por encima de la identidad nacional española. El argumento oficial es “salvaguardar la identidad” de los alumnos de origen marroquí. Pero los datos y los hechos demuestran que se trata de una cesión ideológica que mina nuestra soberanía y pone en jaque la cohesión nacional.

La islamización en España ya no es una sospecha: es una realidad institucionalizada.

Origen y estructura del programa: Marruecos al mando

El PLACM tiene su origen en un convenio de cooperación firmado en 1980. Sin embargo, fue en 2012, bajo el Gobierno de Mariano Rajoy del PP, cuando se implantó formalmente. Desde entonces, ha contado con la complicidad de gobiernos autonómicos de uno y otro signo. Tanto el PP como el PSOE o los nacionalistas han validado el avance de la islamización en España, primero disimuladamente, ahora sin pudor alguno.

Los profesores son funcionarios marroquíes

Los profesores son funcionarios marroquíes enviados por Rabat, pagados directamente por su gobierno y coordinados desde la Embajada de Marruecos en Madrid. Este hecho compromete gravemente la independencia del sistema educativo español. ¿Cómo se puede justificar que un Estado extranjero imparta contenidos culturales y religiosos en nuestras escuelas?

Además, existen dos modalidades:

  • Modalidad A: fuera del horario lectivo.
  • Modalidad B: dentro del horario escolar obligatorio.

Aunque se afirma que es opcional, lo cierto es que muchos centros lo integran como actividad habitual. De hecho, en la Comunidad de Madrid, donde gobierna Isabel Díaz Ayuso, el programa se mantiene bajo el argumento de la multiculturalidad, compartiendo espacio con otros programas para comunidades como la búlgara o rumana. Sin embargo, solo el programa marroquí cuenta con una estructura estatal internacional y un fin ideológico claramente definido.

Objetivos camuflados y palabras dulces para una agenda clara

La versión oficial del Ministerio de Educación, recogida en fuentes como The Objective, insiste en que el PLACM busca “incluir al alumnado marroquí” y “fomentar la tolerancia entre culturas”. Pero este discurso buenista encubre una realidad más peligrosa: la islamización en España se camufla como “educación intercultural”, mientras se erosiona nuestra identidad nacional, cultural y religiosa.

Los propios documentos oficiales revelan sus objetivos reales como “Proporcionar al alumnado marroquí una formación que le permita salvaguardar su identidad”

Este tipo de terminología está perfectamente alineada con los postulados del multiculturalismo radical promovido por la Agenda 2030. Aquí no se trata de integración. Se trata de crear generaciones desconectadas de la identidad española, pero fuertemente vinculadas con los valores y la cultura del islam.

Una estrategia silenciosa convertida en imposición descarada

Lo que comenzó como un proyecto casi clandestino, hoy se ha convertido en una política educativa normalizada en más de la mitad del país. Y lo más grave: con dinero y docentes de Marruecos. La llamada “educación intercultural” es hoy una herramienta de influencia extranjera y desvertebración nacional.

Gobiernos como el de Salvador Illa en Cataluña no sólo financian programas propios en el extranjero (como el catalán en el sur de Francia), sino que también permiten la entrada de contenido cultural marroquí en su propio sistema educativo. El modelo se repite en todas las autonomías señaladas. ¿A quién beneficia todo esto? Desde luego, ni a los españoles ni a la unidad de España.

La islamización en España ha pasado del silencio cómplice a la descarada promoción institucional.

La islamización en España es ya una evidencia objetiva, promovida por el Estado y consentida por sus partidos mayoritarios. PP, PSOE y los separatistas han entregado espacios de educación a un país extranjero con una visión ideológica opuesta a nuestros valores fundamentales. La familia, la vida, la libertad y la unidad de España están siendo minadas desde dentro.

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