España arde por culpa de las políticas globalistas medioambientales suicidas de PSOE y PP.
Los incendios en Castilla y León vuelven a golpear con fuerza mientras el Gobierno del PP, el globalista Alfonso Fernández Mañueco destina 900.000 euros a sindicatos y patronal para promover el ecologismo globalista del Pacto Verde Europeo, en lugar de invertir en la limpieza y gestión real de los montes. Más de una decena de fuegos siguen activos, con víctimas mortales y graves daños ambientales.
Financiación ideológica en lugar de prevención
En septiembre del año pasado, el Ejecutivo de Mañueco firmó un acuerdo con los sindicatos UGT y CCOO, junto a la patronal CEOE, para “avanzar frente al cambio climático” dentro de los Acuerdos del Diálogo Social.
El documento asumía las tesis del fanatismo ecologista y declaraba que “el cambio climático se ha convertido en uno de los desafíos más apremiantes a nivel global”. El texto añadía: “Sus efectos, cada vez más patentes, exigen que acometamos medidas y actuaciones para paliar los impactos negativos medioambientales, sociales y económicos que provoca”.
Además, el acuerdo elogiaba abiertamente el Pacto Verde Europeo, destacando que la Unión Europea fijó nuevos objetivos de reducción de emisiones para lograr la neutralidad climática en 2050. La Junta aprobó una partida de 900.000 euros —300.000 para cada entidad— destinada a desarrollar acciones incluidas en cinco apartados del acuerdo.
Castilla y León arde
Mientras se destinaban fondos a la propaganda climática, los incendios en Castilla y León se multiplicaban. Actualmente, más de una decena permanecen activos, cinco de ellos con nivel de gravedad.
En Zamora, los fuegos de Puercas y Molezuelas mantienen en vilo a la población. En Molezuelas – quizás el peor incendio forestal de la historia de España– , dos voluntarios perdieron la vida mientras participaba en las tareas de extinción. Unos sacrificios que evidencian la falta de prevención y gestión forestal real en la región.
La causa: políticas medioambientales suicidas
España arde por culpa de las políticas medioambientales suicidas impulsadas tanto por el PSOE como por el PP. Han atacado al sector ganadero, prohibiendo prácticas como el pastoreo que ayuda a limpiar el monte, y les han asfixiado con normativas absurdas.
El monte no se limpia solo con discursos ni campañas ideológicas; requiere inversión, mano de obra y una gestión basada en la experiencia del mundo rural. Sin embargo, el presupuesto se destina a “programas de sensibilización” en lugar de a brigadas, maquinaria y mantenimiento.
El contraste con la realidad del campo
Quienes viven y trabajan en el medio rural saben que la prevención es la clave para evitar los incendios en Castilla y León. El pastoreo, la extracción controlada de leña, la creación de cortafuegos y la limpieza de matorral son herramientas efectivas que, sin embargo, han sido desplazadas por la ideología climática.
Mientras la Junta y el Gobierno central se suman al discurso globalista del Pacto Verde, el abandono de los montes los convierte en una bomba de tiempo que cada verano estalla en llamas.
Las víctimas invisibles
Más allá de las hectáreas quemadas y la pérdida de biodiversidad, los incendios en Castilla y León dejan víctimas humanas. Las muertes en Molezuelas refleja el coste real de las negligencias políticas.
Las comunidades rurales sufren pérdidas económicas irreparables: ganado, cultivos, viviendas y modos de vida desaparecen entre el humo. Sin embargo, estas tragedias rara vez ocupan titulares prolongados, eclipsadas por discursos oficiales que insisten en culpar todo al “cambio climático”.
