La fatal arrogancia
La acusación a Irán de estar a punto de tener bombas nucleares suena algo similar a la de las armas de destrucción masiva de Irak. Hace 30 años que en Israel sostienen algunos que Irán está a un paso de tener tales armas. Y cuando la inteligencia useña ha dicho que el proyecto estaba abandonado desde 2003, Netayahu ha dicho que no le bastaba, que incluso la energía nuclear con fines pacíficos representaba un peligro para su país. Dando un paso más, Netanyahu ha declarado que todos los países occidentales deberían unirse a él para aplastar a Irán, porque este no solo amenazaría a Israel sino a todo Occidente. Esto ya resulta absolutamente desmesurado, por más que Irán se declara efectivamente enemigo de occidente. Basta comparar su presupuesto militar: una cuarta parte del israelí. Netanyahu se ha jactado de haber destruido las instalaciones nucleares iraníes con la ayuda de Usa, pero la destrucción parece haber sido solo parcial, y además la tarea puede reemprenderse mientras permanezca el actual régimen, o incluso si otro le sustituye. Habría sido una victoria pasajera.
Pero el objetivo real de Israel, no conseguido, era precisamente destruir el régimen de los ayatolas y sumir al país en el caos y la guerra civil, como en Irak, Libia o Siria. Porque esa es la seguridad que busca Netanyahu desde que diseñó a tal fin, hace treinta años, una serie de siete guerras que culminarían en la de Irán. Aparte de las propias declaraciones, el mensaje del Mosad a diversos generales y altos cargos iraníes dándoles un plazo de 12 horas para romper con el régimen y huir para no ser asesinados junto con sus mujeres e hijos, indica el propósito de provocar un movimiento de descomposición interno. Con un estilo ciertamente gangsteril.
Como decían los griegos, la desmesura, la hibris, conduce a la tragedia. Un problema de los judíos es el mesianismo, y tanto Netanyahu como otros de su gobierno parecen creerse nuevos mesías que garantizarían la seguridad definitiva de Israel. Quizá no sobre recordar que la destrucción de Jerusalén y la expulsión y dispersión de los judíos por el mundo se debió a esa desmesura mesiánica. A una fatal arrogancia, diríamos remedando a Hayek
Y en la actual política israelí observamos dos conceptos harto inquietantes, no solo para Israel: el de Amalek como encarnación de la hostilidad y amenaza para el pueblo judío, y que debería ser aniquilado por completo; y la opción Sansón, que derrumbó las columnas de un templo pereciendo junto con miles de filisteos. En clara alusión a una “solución” nuclear.
Pio Moa | Historiador y escritor
1 comentario en «Israel (y III) ¿Hacia una III Guerra Mundial?- Pío Moa»
Israel es dudoso que se embarque en una guerra nuclear que podría ser el fin de Israel y el último intercambio de misiles con Irán lo confirma. Y no, ahora que están al borde de su objetivo estratégico: construir el Tercer Templo, que sería la señal para la venida de su Meshiaj, y la creación de su imperio mundial. Y no creo que, en esa situación se embarquen en una guerra pe podría dar al traste sus esperanzas. Una guerra contra un «país» sin ejercito como palestina, si. Pero no no contra uno como Irán, que devuelve los golpes. En estos caso es mejor crear grupos terroristas y fundamenta listas islámicos, como ocurrió en Siria.