La financiación europea de ONG de izquierda en Iberoamérica ha moldeado, silenciosamente, la política y cultura de la región. Bruselas ha destinado 939 millones de euros a impulsar el activismo de extrema izquierda en el continente. Esta transferencia, camuflada como «cooperación», subvenciona campañas proaborto, ideología de género, indigenismo radical y agendas trans.
Durante más de una década, la Comisión Europea ha dirigido millones hacia más de 800 ONG de extrema izquierda. El objetivo, aunque encubierto bajo eufemismos burocráticos, es claro: transformar el marco cultural y político de Iberoamérica desde dentro. Este hecho no lo denuncian sólo políticos o activistas, sino que está documentado en un exhaustivo informe técnico.
Un informe demoledor basado en datos públicos
El informe The Pink Tide of EU Aid: How Brussels Funds Woke Latin American NGOs Posing as Civil Society,, del Centro de Derechos Fundamentales, expone con claridad cómo la financiación europea de ONG de izquierda en Iberoamérica se ha convertido en una herramienta de ingeniería cultural. El documento, basado exclusivamente en registros públicos del sistema financiero de la Comisión Europea, concluye que el 67% del dinero es canalizado por la Dirección General de Cooperación Internacional y Desarrollo (DEVCO).
Lo más preocupante no es solo el volumen de dinero, sino su destino. Los fondos se otorgan en muchos casos sin concurso público, a proyectos de «promoción de derechos humanos» o «fortalecimiento de la sociedad civil». Pero detrás de esos términos vagos se esconden verdaderas campañas ideológicas de izquierda: aborto, transgenerismo, legalización de drogas, feminismo radical y ataques directos a los valores tradicionales.
En Perú, por ejemplo, más de seis millones de euros fueron entregados al Centro Perú Equidad, enfocado en sexualidad infantil y activismo trans en comunidades indígenas. PROMSEX, implicada en escándalos de abusos, también recibió financiación. En Paraguay, plataformas como El Surti recibieron más de un millón de euros por su rol en censura digital y combate a la llamada «desinformación».
Red de clientelismo europeo con ONG militantes
La financiación europea de ONG de izquierda en Iberoamérica no es casual ni inocente. Es estructural y sistémica. El informe revela cómo redes como CONCORD Europe, supuestamente intermediarias entre la UE y la sociedad civil, actúan como receptoras directas de fondos. Estas estructuras evalúan sus propios resultados sin control parlamentario ni rendición de cuentas, en lo que el informe califica como una «relación incestuosa».
Además, muchas de estas ONG están vinculadas de forma explícita al Foro de São Paulo y al Grupo de Puebla, dos plataformas ideológicas abiertamente de extrema izquierda e, incluso, con miembros de grupos terroristas. No se ocultan. Se presentan como fuerzas de cambio revolucionario con respaldo económico europeo.
Y mientras tanto, las organizaciones que defienden la familia, la vida o la educación cristiana son excluidas de cualquier posibilidad de financiación. Son arrasadas por una oleada ideológica que no reconoce pluralismo ni diversidad de pensamiento. Es más: las ONG que se atreven a litigar contra los Estados por la imposición de la ideología de género o por la agenda trans en menores, quedan sin fondos y bajo amenazas institucionales.
Reacciones soberanistas ante el colonialismo ideológico de Bruselas
Ante esta ofensiva cultural financiada por Bruselas, algunos gobiernos valientes han empezado a reaccionar. Paraguay, bajo el liderazgo de Santiago Peña, ha aprobado una ley que obliga a las ONG extranjeras a declarar sus fuentes de financiación y sus fines ideológicos. Perú, por su parte, ha impulsado reformas que permiten sancionar a aquellas organizaciones que litigan contra el Estado con dinero extranjero.
Estas medidas, demonizadas por organismos internacionales, están vistas por muchos como necesarias para recuperar la soberanía y la identidad de los pueblos iberoamericanos. Porque no se trata de ayuda humanitaria ni cooperación. Se trata de una financiación europea de ONG de izquierda en Iberoamérica que impone modelos ajenos, contrarios a las raíces culturales, religiosas y familiares de las sociedades que dice querer ayudar.
La cooperación como pretexto para la ingeniería cultural
El informe exige lo mínimo en cualquier democracia: transparencia, auditoría, criterios objetivos y control parlamentario. Pero mientras estas condiciones no se cumplen, lo que se impone es un modelo ideológico cerrado, con la complicidad de burócratas europeos y el silencio de muchos medios.
Esta financiación europea de ONG de izquierda en Iberoamérica es un escándalo institucional que debe abordarse con urgencia. No puede normalizarse que con dinero de los contribuyentes europeos se financie el aborto en zonas indígenas, la ideología de género en la infancia o la propaganda de grupos radicales.
La financiación europea de ONG de izquierda en Iberoamérica no puede seguir operando sin freno. Los ciudadanos deben exigir al Parlamento Europeo una auditoría inmediata, una redefinición de los criterios de cooperación y el cese del uso ideológico de nuestros impuestos. Iberoamérica merece respeto, no manipulación.