El PP, tras la simple operación de maquillaje de un par de movilizaciones, aparca las protestas sociales hasta que se apruebe la ley de amnistía.
En efecto, el anuncio de que el PP aparca las movilizaciones en la calle, después de la última convocatoria del pasado domingo en Madrid, tiene que interpretarse conjuntamente con el pacto con el PSOE y Sumar para repartirse las comisiones. El PP está decidido a blanquear el golpe de estado institucional de Sánchez. El PP quiere hacer una oposición blandita desde el congreso y asumir el gobierno de la nación por desgaste electoral del PSOE. La misma estrategia que han hecho anteriormente. Lo que no saben, o no quieren saber, es que las reglas de juego bipartidista con su alternancia en el poder las quiere eliminar Sánchez.
Si logra consumar el golpe de estado institucional que Sánchez pretende, el PP ya no tendrá ya el poder en un tiempo considerable. Y si no, que se lo pregunten a las oposiciones de Cuba o de Venezuela.
Por otra parte, se constata que las protestas no iban contra Sánchez sino que tenían el objetivo de distraer la frustración de su electorado con un maquillaje ante la confirmación de un nuevo Gobierno de socialista, además de quitarle una bandera -la defensa de la unidad de España- a Vox. Feijóo no quería enfrentarse a Sánchez con las movilizaciones sino a Vox, y por eso la abandono cuando me interesa.
Y es que una vez demostrado músculo en la calle y con el dúo Ayuso- Álvarez de Toledo en su directiva, ya puede dejar la calle y volver a los sillones de Génova, a los pactos y a las negociaciones con el PSOE.
El PP le hará el juego al PSOE
Así, la decisión del PP de ir por separado, marcando distancias con las convocatorias de Vox, fue la primera constatación que al PP no le interesaba la defensa de la unidad de España y que apostaba con una oposición blanda así como el blanqueo al golpe de Sánchez. Ha seguido una estrategia de arrinconar a Vox.
