España significa los valores | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Lo primero y principal es sin duda felicitar a los lectores, bueno y a quien aun no siéndolo, también son susceptibles de ser felicitados: ¡Feliz Navidad! por retrasado, ¡Feliz Año Nuevo! por anticipado.

La verdad es que soy demasiado optimista en la última frase, ya que lo suyo sería irse del país y, por supuesto, de Europa, pero con urgencia, con mucha urgencia, pues el horno no está para bollos, bueno de hecho no está la cosa ni para tener horno.

Si hablamos de Europa, quizás la guerra, con minúscula, pues esa guerra era, es y será un atentado contra Europa, un asalto a las Naciones de Europa, un intento deliberado de su destrucción con la apariencia de la defensa de las libertades y la esclavización de su población, sustitución a medio y largo plazo por personas de otros continentes y por tanto la desaparición efectiva del espíritu cristiano, de lo que significa la familia y el individuo. Algo que ya ha sucedido anteriormente, pero que, en el devenir de los dos últimos siglos, siempre ha fallado a esa “empresa de la omerta” que no ceja en su espíritu “francmasónico” que no puede cejar en sus objetivos, pase lo que pase.

Alguien dirá que alucino, posiblemente, pero si ese alguien se entretiene en echarle una visual a la historia de Europa desde que se constituye “el juego de pelota” de la Revolución Francesa, simplemente repetimos y repetimos el mismo guion, la misma obra teatral, en la que constantemente las fuerzas ocultas de “los malos” buscan llevarnos al huerto de sus intereses finales. Lo más curioso, es que por más que lo intentan, siempre se les tuerce de la manera más inesperada. Por eso llevamos dos siglos de tira y afloja, que solo han servido para desangrar a Europa y hacer sufrir a sus gentes. Los chicos malos son incapaces de darse cuenta que contra más lo intentan, más nos hacen sufrir y más destruyen, lo que tanto trabajo les cuesta a las gentes de este continente construir.

Y en eso estamos. Los intereses de los herederos de esa Revolución que casi triunfa, lo hizo solo en el corto periodo de rebanar el pescuezo a todo el que ellos consideraron el enemigo del progresismo. Lo que a medio plazo sirvió para pararles los pies y retrasar las acciones y los objetivos previstos en su estúpida locura. Repitieron, repitieron y repitieron, y siempre su acción volvió al baño de sangre y a la destrucción. Quizás, eso sea lo que vimos en ese Octubre de nuestro calendario, según nos han vendido, pero que: salvo cubrir la nieve de sangre durante años, demasiados, no consiguieron más que cambiar el sentido de varias sociedades de final del siglo XX.

Y ahora están enfrascados en la destrucción de Europa, sirviéndose de los muertos del pueblo ucraniano. Sirviéndose del empobrecimiento de la Sociedad Europea y de paso de aumentar su capitalismo en ese edificio que hay en “la casa de la calle de la pared”. Pero igual que siempre, acaban reforzando la posición contraria, que en este caso, y pese a su propaganda por un lado, y el taparnos la boca a los medios de comunicación que tratamos de contar la verdad, algo que no les interesa, están nuevamente columpiándose en sus objetivos, eso sí, forrándose a nuestra costa.

Y que podemos contar de España, poca cosa: Tras la destrucción deliberada del País, aprovechándose de la “Invasión Napoleónica”. Tras la actuación de su brazo oculto en la mal llamada independencia de los virreinatos o provincias españolas del otro lado del océano. Siguieron fomentando la destrucción de España con ayuda de su principal enemigo, el de España, es decir: el cainismo y la traición. Esa traición que llenó los bolsillos de los integrantes del grupo de los malos. Por eso, y como no consiguieron del todo la destrucción de España y de lo que significa, es decir: valores de la persona, la familia, la sociedad cristiana, es por lo que pasó una vez más en los años treinta del siglo pasado con un nuevo baño de sangre.

Pero no aprendemos a luchar contra ellos hasta que nos atacan y nos tienen contra las cuerdas. No aprendemos a evitar que nos engañen sus secuaces, no aprendemos…, pero al final, cuando nos tienen contra las cuerdas, contra la pared, de rodillas; es cuando en 2023, tendremos que levantarnos y volver a cubrir los campos de sangre, aunque ahora esa sangre no será la de nuestros antepasados, sino la nuestra. Y, además, habrán traído a sus secuaces, que también lucharan con ellos y contra nosotros, contra nuestros valores y sobre todo contra nuestra Fe.

Y esta semana, esta semana pasada, hemos visto como los cainitas, los pueblerinos, los traidores conseguían triunfar en sus objetivos a corto plazo. Ahora, lo tratarán de hacer como siempre, como cuando fueron consiguiendo esas victorias parciales que nos han llevado a la casi destrucción de la España Católica, porque ese es su objetivo. Porque España significa los valores del Hombre, la Familia, la Patria y Dios…. Y ahí lo dejo.

José Antonio Ruiz de la Hermosa

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