La evolución demográfica de España resulta cada vez más preocupante, con un grave problema de falta de nacimientos y envejecimiento social que está deteriorando progresivamente su salud demográfica. Una tasa de natalidad insuficiente y a la baja nos aboca a una sociedad muy envejecida, con pérdida continua de población española.

Por cuarto año consecutivo, España ha registrado un crecimiento vegetativo negativo, es decir, ha registrado más muertes que nacimientos. Desde la crisis económica desde 2008, el saldo vegetativo comenzó a descender aunque hasta 2015 no registró su primer ejercicio negativo.

Menos nacimientos, mayores problemas en las pensiones

Y es que el problema demográfico se agrava y ensombrece la sostenibilidad futura de las pensiones, recién reformadas y con un gasto al alza. En apenas cinco años, la natalidad ha caído casi un 20% en España, pasando de los 342.610 nacimientos registrados en los diez primeros meses de 2016 a 281.712 entre enero y octubre de este año.

Todas las comunidades autónomas han experimentado un descenso en la natalidad respecto a los datos de hace cinco años.

Más pensiones, mayores cuantías y mayor déficit

Mientras tanto, el gasto en pensiones no deja de crecer y el reto presupuestario es cada vez mayor. La escalada de la inflación este año engordará el gasto en pensiones en cerca de 2.500 millones. Además, a partir del próximo año, se espera una revalorización del 2,5% con el Índice de Precios al Consumo (IPC), con lo que la factura total se incrementará en cerca de 6.000 millones, según los cálculos de Funcas.

Al incremento de los precios  de las pensiones se sumarán luego otros factores que puedan hacer crecer el gasto, como el aumento del número de pensionistas. La cuestión es quién pagará las pensiones futuras si la población en edad de trabajar tiende a reducirse.

El pacto firmado entre el Gobierno y los sindicatos -a espaldas de la CEOE- subirá las cotizaciones sociales 0,6 puntos (inicialmente, 0,5) durante una década con el fin de preservar las pensiones de los ‘baby boomers’. Las empresas cargarán con 0,4 puntos y los trabajadores, con 0,2. Con esto, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, pretende engrosar el Fondo de Reserva en unos 42.000 millones.

La reforma no será suficiente

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advirtió durante su comparecencia en la comisión de Presupuestos del Senado que la reforma de Escrivá, que ya ha pasado por el Congreso, «no es suficiente» para cuadrar las cuentas de la Seguridad Social y se necesitarán medidas adicionales. La AIReF también ha avanzado que está analizando los efectos de la derogación de la reforma de 2013, cuyo fin implica un aumento de gasto de unos 3,3 puntos de PIB, y su sostenibilidad.

En el marco internacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha alertado esta semana de que los ingresos de los mayores de 65 años equivalen en torno al 96% de los ingresos medios del total de la población, puesto que el gasto en pensiones por jubilado ha crecido a un ritmo mucho mayor que el salario medio.

España con una de las tasas de dependencia más altas de Europa

España tiene una de las tasas de dependencia más altas de Europa, con una media de dos trabajadores por pensionista. Esta se disparará en los próximos años con la jubilación de la generación del baby boom. En aquellos años (entre 1958 y 1977) nacieron aproximadamente 13 millones de personas, con una media anual cercana a los 700.000. En 2020 ya nacieron la mitad, 341.000. y se espera que para 2050 haya dos personas mayores de 65 años por cada tres en edad de trabajar.

(Con información de VoxPopuli)