Otra más del vasallo Sánchez: España duplica sus importaciones de Marruecos

La sumisión y vasallaje de Sánchez a Mohamed VI es total.

España duplica sus importaciones de Marruecos mientras el régimen de Mohamed VI bloquea la aduana comercial de Melilla. La sumisión del Gobierno de Pedro Sánchez a Rabat es ya total.

La rendición de Sánchez ante Marruecos

El Gobierno de Pedro Sánchez ha vuelto a ceder ante Marruecos, demostrando un nivel de vasallaje nunca antes visto en la historia reciente de España. Según datos oficiales del Ministerio de Economía y Comercio, España ha duplicado sus importaciones procedentes de Marruecos, registrando un aumento del 105% en julio respecto al mismo mes del año anterior. En total, se importaron 324 toneladas de productos marroquíes.

Lo paradójico de esta situación es que Marruecos mantiene cerrada la aduana comercial de Beni-Enzar, en Melilla, desde hace meses. El cierre fue decidido “de manera unilateral” por Rabat, lo que constituye un acto de desafío y hostilidad hacia la soberanía española. Y pese a ello, el Ejecutivo de Sánchez no solo no ha reaccionado, sino que ha premiado al reino alauita con un incremento masivo de las importaciones.

Esta actitud confirma lo que muchos españoles ya perciben: la sumisión y vasallaje de Sánchez ante Mohamed VI es total.

Marruecos presiona y Sánchez obedece

El aumento de las importaciones coincidió, «casualmente», con un nuevo bloqueo comercial de Marruecos en Melilla, que cerró la aduana después de apenas seis meses de funcionamiento. Fuentes del Gobierno local calificaron esta maniobra como una “debilidad de España” frente al país vecino. Y no les falta razón: mientras Rabat asfixia a la ciudad autónoma, Madrid guarda silencio.

El Gobierno socialista no solo no defiende los intereses nacionales, sino que refuerza la economía de un país que actúa con chantaje permanente, tanto en materia migratoria como comercial. Esta política exterior entreguista ha llevado a que España dependa cada vez más de los productos marroquíes, debilitando sectores estratégicos como el agrícola y el pesquero.

El golpe al campo español

El informe del Ministerio de Economía revela que el volumen de importaciones crece mucho más rápido que el valor económico, lo que significa que España está comprando más barato los productos de Marruecos. Esto genera un efecto devastador para nuestros agricultores y ganaderos, quienes compiten en condiciones desiguales frente a productos extranjeros sin las mismas exigencias sanitarias ni fiscales.

Los sindicatos agrarios han denunciado que el campo español sufre una competencia desleal. Como ha publicado OKDiario, las judías marroquíes contenían 0,029 mg/kg de benzoato de emamectina B1a, un pesticida prohibido en la Unión Europea cuando supera ciertos límites. Estos niveles triplican los máximos permitidos por la Comisión Europea, poniendo en riesgo la salud de los consumidores.

Pese a las alertas sanitarias, el Gobierno de Sánchez permite la entrada masiva de estos productos, sin garantizar los controles que exige a los productores españoles. El resultado es evidente: el agricultor español se arruina mientras el producto marroquí inunda los supermercados.

Fresas contaminadas y silencio oficial

El escándalo de las fresas marroquíes contaminadas con el virus de la hepatitis A confirmó los riesgos del comercio desigual con Rabat. El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) de la Unión Europea alertó de que los productos marroquíes representaban una amenaza para la salud pública. A pesar de ello, el Gobierno español no adoptó ninguna medida contundente.

Ni el Ministerio de Sanidad ni el de Agricultura endurecieron los controles, ni exigieron responsabilidades a Marruecos. El silencio de Sánchez es tan clamoroso como su complicidad.

El precio de la sumisión

El vasallaje de Sánchez no se limita al terreno económico. Rabat utiliza cada concesión comercial como herramienta de presión política, exigiendo más y ofreciendo menos. Mientras tanto, España pierde soberanía, credibilidad y control sobre sus fronteras.

El presidente del Gobierno actúa como vasallo de Mohamed VI, obedeciendo los dictados de un régimen que no solo no respeta la libertad ni los derechos humanos sino que, además, quiere anexionarse las ciudades españolas de Ceuta, Melilla y las Islas Canarias.

Sánchez ha convertido la política exterior española en una extensión de los intereses marroquíes. Y lo más grave es que lo hace con el dinero de todos los españoles.

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