Ese no es el camino | Jacinto Seara

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El Gobierno ha planteado una ley sobre la retribución del CO2 del mercado eléctrico. Esta medida reducirá los llamados “beneficios caídos del cielo”, es decir aquellos que provienen de la subasta marginalista, en especial de la nuclear e hidroeléctrica. La electricidad se vende en una subasta, en la cual las energías se ofertan de menor coste a mayor, hasta que se cubre la demanda. El precio del último kilovatio hora que se subastó marca el coste total. La energía nuclear e hidroeléctrica son baratas y tienen grandes márgenes al venderse al precio de la producida en centrales de ciclo combinado, que emplean gas natural (un recurso caro) y que requiere de derechos de emisión de CO2. Además, el gas proviene de Argelia por un gasoducto y otro por Marruecos con los que no tenemos buenas relaciones; Argelia y Marruecos tampoco.

Alemania decidió cerrar todas sus plantas nucleares antes del 2023, y apostó por las renovables. Necesita centrales de ciclo combinado para suplir la potencia nuclear. España sigue a Alemania. Alfredo García dice: “En España tenemos siete reactores nucleares (Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Trillo y Vandellós II) que producen algo más del 22 % de nuestra electricidad de forma constante, siendo la primera fuente en nuestro país durante los últimos 10 años”. Ahora, en pleno desarrollo de las renovables y del coche eléctrico y desmantelamiento nuclear, y con el precio del megavatio subiendo cada día, debería hacernos recapacitar sobre la Agenda 2030, que contempla más aerogeneradores (incluidos en el mar; en Galicia, en la hermosa Costa da Morte) y fotovoltaica respaldadas en su mayoría por gas que obtenemos de los gasoductos citados

Un cambio drástico sería favorable para la ciudadanía y las industrias de todo tipo, lo que hace más urgente ver la realidad. En 2030 o incluso en 2050, ¿tendremos suficientes enchufes en España, rural incluido, para poder cargar el coche eléctrico?, ¿la tarifa eléctrica será asequible?, ¿los trenes AVE y de mercancías podrán circular por las catenarias electrificadas?, ¿las industrias tendrán energía suficiente?, ¿la mayoría de la ciudadanía volverá al carburo? Pensemos bien, cambiemos. Como ejemplo, Francia genera el 70 % de su energía en 58 centrales nucleares, y no es cara.

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