En tierras del Tito Berni | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Hoy les escribo desde tierra insular, más concretamente desde en la que vio la luz por primera vez “el tito Berni”. No es por vacaciones exactamente, sino por prescripción facultativa. No sé si les he comentado mi pequeña afección, cada vez más importante, que afecta a uno de mis ojos. Pero en vista, y nunca mejor dicho, de que no mejora y la ciencia no da para más, a los que se supone que saben de esto, que han probado ya de todo, y ahora prueban con lo de posibles alergias y recomiendan un paseo por un clima seco, muy seco y cálido. En fin, habrá que hacerles caso.

Pues, después de un accidentado viaje, uno de los muchos desastres de este país hace su aparición. Cuando yo era joven la compañía aérea de bandera en este país tenía por frase definitoria de su publicidad: “Iberia, donde solo el avión recibe más atenciones que usted”. Por supuesto esa frase es meramente historia. Hoy, las cosas son bastante diferentes y, sobre todo, muy decepcionantes. Pero no es poner en claro el fiasco al que se dirige la antigua compañía de bandera. El objetivo es otro.

Recuerdo esta isla hace 12 años. No ha cambiado nada. Mejor dicho, el único cambio parece que ha sido que se ha detenido el tiempo. Sí, aunque los visitantes no lo sepan, aquí en Fuerteventura se ha detenido el tiempo. De hecho, se detuvo hace mucho, cuando el antiguo cacique de derechas fue perdiendo poco a poco su influencia, mientras los nuevos líderes de esa derecha se peleaban entre ellos y llegaban a acuerdos con los nuevos políticos independentistas y los social-comunistas. Bueno, en realidad todas estas etiquetas son tan ficticias como cualquiera otra y lo único que hacen es tapar la realidad de quien mangonea este pequeño feudo.

Lo cierto es que la acción antigua, por lo menos, llevaba hacia un futuro más o menos incierto y dependiente de la voluntad exterior, en definitiva. Ahora ha cambiado, pues depende de una voluntad exterior con una línea perfectamente definida: la de mantener una dependencia absoluta del negocio del turismo, mientras dure, ahora en esa especie de confederación de estados ibéricos que se denomina España y, mañana dependiendo del Reino de Marruecos. Aunque en ambos casos el jefe supremo está, no en Washington, sino en Wall Street, que decidirá en su momento a que satrapía pertenecen estas islas.

La isla tiene una única fuente de ingresos con un incierto futuro, el turismo, pues la agricultura dispone de un futuro seguro, la finalización de la misma siguiendo el mismo camino que la de otras islas o la de la Península y Europa. El sector primario está condenado a muerte y con la acción del tito Berni, de su sobrino o de cualquier otro nombrado para ese fin, solo es cuestión de tiempo la ruina del campo y de los que viven de él. Y si no, observen como se arrancan los olivos de nuestros campos, se pudren las naranjas en los árboles o en el suelo, por no ser rentables, ya que es más barato traerlas desde Egipto.

Y mientras, la mano de obra se convierte en camareros, cocineros, taxistas, conductores de autobús, o guías turísticos. Todo con un único fin, que solo exista un monocultivo que se llama turismo y que dure, mientras se consigan los objetivos definitivos de la agenda 2.030. Fuerteventura es, pues, un aviso de lo que nos espera bajo el sátrapa y sus secuaces. Su único objetivo supervivir en su mando, mientras nos lleva a la ruina más absoluta y a la peor de las situaciones, en la que entraremos gracias a su obsesión y a la de sus secuaces.

La vista de una micro sociedad atrapada económicamente en la subsistencia y sin posibilidad de mejorar en el futuro, es, como una premonición de a lo que nos lleva la pertenencia, y nunca mejor dicho, pues somos como mercancía propiedad de los que mandan en Europa. Un gobierno democrático que no ha sido elegido por los ciudadanos. No recuerdo que nadie haya votado a la presidenta Von der Layen, ni a ningún otro de su equipo. Pero ellos deciden, mejor dicho, imponen lo que deciden los grupos de presión a los que en verdad representan. Y eso es, en verdad, lo que ves en la calle o en los pocos puestos de trabajo, cuando estás en la zona menos rica de España, de momento.  Y ahí lo dejo…

 

José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional.

2 comentarios en «En tierras del Tito Berni | José Antonio Ruiz de la Hermosa»

  1. Cada día que pasa y con las cosas que se van viendo, tengo la seguridad de que los ingleses hicieron lo correcto saliéndose de esta UE desprestigiada, entrega al NOM, cad vez más dictatorial y, como muy buen dice, Don José Antonio, ahí lo dejo……

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