La jerarquía de la Iglesia y el Gobierno de Sánchez: Un pacto contra el Valle de los Caídos

El reciente acuerdo entre el Gobierno de España y el Vaticano para la llamada «resignificación» del Valle de los Caídos es un atentado contra la historia, la identidad nacional y la fe católica. Este pacto, ratificado por el arzobispo de Madrid, José Cobo, confirma lo que ya se sospechaba: el Gobierno de Pedro Sánchez sigue adelante con su agenda anticatólica y, lo que es aún más grave, lo hace con la connivencia de la Santa Sede, traicionando la memoria de quienes sacrificaron su vida por España.

Este acuerdo tiene un claro trasfondo ideológico. El pasado 25 de febrero, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolín, firmaron un pacto que supone, además, la expulsión forzada del padre Santiago Cantera y de otros dos monjes benedictinos del Valle de los Caídos, en un acto de persecución religiosa sin precedentes en la democracia española. Este acuerdo, ratificado el 3 de marzo por José Cobo, sienta un peligroso precedente: una basílica que depende del Vaticano ha sido entregada sin resistencia a un Gobierno que ha demostrado su desprecio y odio hacia la fe católica. El Estado no tiene autoridad moral ni legítima sobre los lugares sagrados, y sin embargo, la Iglesia ha cedido sin oponer resistencia.

El Gobierno de Pedro Sánchez no oculta su cristofobia, y los hechos lo demuestran. Tanto Félix Bolaños como el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, son conocidos por sus posturas filomasónicas, que históricamente han trabajado por erradicar la influencia cristiana en la sociedad. Ahora, con la complicidad de la propia Iglesia, han dado un paso más en su proyecto de desmantelar el Valle de los Caídos y con él, otro bastión de la memoria cristiana de España

Un «futuro» que es, en realidad, una sentencia de muerte. El acuerdo estipula que solo el altar y las bancadas adyacentes de la Basílica de la Santa Cruz seguirán siendo «espacios de culto», mientras que el resto del monumento será sometido a «intervenciones artísticas y museográficas». Esta estrategia, disfrazada de modernización, no es más que un mecanismo de secularización forzosa. La Basílica perderá su carácter sagrado, su vestíbulo, atrio, nave y cúpula quedarán a merced de las imposiciones gubernamentales y, más temprano que tarde, la gran Cruz del Valle será eliminada.

Más allá de la previsible actitud claramente anticatólica del gobierno socialista, lo más alarmante es la rendición de la jerarquía Iglesia, incluido el propio Vaticano y el arzobispo de Madrid. ¿Cobardía? ¿Entreguismo? ¿Traición? El calificativo es lo de menos; la realidad es que han abandonado a los fieles y han cedido ante el poder. El malestar y la indignación entre los católicos es profunda: cuando la jerarquía eclesial se pliega ante el poder mundano, deja de ser guía y se convierte en cómplice. Como advirtió San Juan Bosco, «la mayor peste de la Iglesia es el miedo de los pastores». Y hoy, los pastores han abandonado a su rebaño.

Este acuerdo no es solo una afrenta al catolicismo, sino una declaración de guerra contra el catolicismo en España. El objetivo final no es la «resignificación», sino la destrucción de la Cruz del Valle de los Caídos. No está en el documento porque el Ejecutivo sabe que, con el terreno despejado, podrá proceder sin oposición. La historia lo demuestra: los regímenes laicistas nunca se conforman con pequeñas concesiones; buscan erradicar la fe por completo. Hoy han tomado el Valle de los Caídos; mañana serán otras catedrales, otras iglesias, hasta que el cristianismo quede relegado al olvido.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha encontrado en la jerarquía de la Iglesia un aliado inesperado en su cruzada contra el cristianismo en España. Pero los católicos no pueden callar. Deben exigir explicaciones, deben resistir, deben defender su fe y su historia antes de que sea demasiado tarde. El silencio es complicidad y la inacción es rendición. Como dijo San Atanasio cuando la Iglesia era perseguida: «Ellos tienen los templos, pero nosotros tenemos la fe». Es hora de que los católicos demuestren que su fe no es negociable.

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2 comentarios en «La jerarquía de la Iglesia y el Gobierno de Sánchez: Un pacto contra el Valle de los Caídos»

  1. Y no es lo peor eso, lo peor es qué organización está detras de ello. Oía en información de una cadena televisiva, que el Sr. Bolaños es al parecer, el jefe de la masonería en España (¿de ahí su presencia destacada y ritual en la inhumación de Franco?).
    Me remito a lo que oí. Si es así, quienes mandan son los mandiles. ¿Hay «mandiles» dentro de la Iglesia? los hay. ¿Los cardenales Parolín y Cobo (extrañamente ascendido a lo más alto como un meteorito) tienen «mandil»? No lo sé, pero por sus actuaciones algo descuadra de su oficio eclesial, tal vez movidos por otras lealtades.
    Y si es bueno que haya libertad de expresión, es bueno que haya también libertad dubitativa basada en «evidencias científicas» como les gusta mucho decir a los cortiprogres.

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