Otro paso en la dictadura: El PSOE quiere imponer junto con los sindicatos una «estrategia» que defina los alimentos que podremos comer

La propuesta que acaba de tramitar el partido del aprendiz de dictador Pedro Sánchez incluye «desarrollar e impulsar una Estrategia Nacional de Alimentación,  para consolidar un sistema alimentario sostenible en nuestro país y que tenga por objetivo la accesibilidad a una alimentación sana, sostenible y asequible». Traducido: que Sánchez junto con los sindicatos nos digan lo que podemos comer o dejar de comer.

Los datos del argumentario son tan esotéricos como el objetivo. Y es que nada de lo dicho justifica la intromisión en la libertad de las personas hasta el punto de llegar a decirnos qué podemos comer.

«España es una potencia agroalimentaria, que tiene que adaptarse a las nuevas circunstancias climáticas y geopolíticas que marcan la competitividad del sector primario», señala el PSOE.  Y apunta que «la hoja de ruta del Gobierno de España para impulsar y convertir en un referente al sector primario es clara, así lo expresó el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en su discurso de investidura, que uno de los objetivos primordiales del Gobierno consiste en impulsar una producción agroalimentaria más sostenible». Y, claro, sin producir determinados alimentos es complicado que se puedan consumir.

«Seguridad alimentaria»

«España puede ser líder en influencia internacional en materia de alimentación si entre todos los actores de la cadena alimentaria comparten y coordinan objetivos para garantizar el bienestar y el desarrollo sostenible de nuestro país», explica un texto que sigue dando por hecho que políticos y sindicalistas tienen derecho a determinar la producción de alimentos. Porque, señala, «la alimentación saludable es un pilar fundamental para la salud y el bienestar de la ciudadanía. Una dieta equilibrada y nutritiva puede prevenir una serie de enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer».

El texto argumenta que, «al mismo tiempo, una alimentación adecuada se ha reconocido en diversos estudios que puede mejorar diferentes enfermedades relacionadas con la salud mental y, en consecuencia, mejorar el bienestar y la calidad general de vida de nuestros ciudadanos». «Este Gobierno ha demostrado ser consciente de la importancia de la creación de entornos que apoyen y promuevan una alimentación saludable. Por ello, el desarrollo de esta estrategia podría incluir diferentes normativas y estrategias alimentarias que protejan la salud pública y que permitan la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas, la implementación de impuestos que graven alimentos poco saludables y bebidas azucaradas, y la provisión de programas de educación nutricional en las escuelas y en la comunidad, a modo de ejemplo«, sentencia.

Y concluye con un nuevo dogma: «Es por ello que parece más necesario que nunca garantizar la seguridad alimentaria, promover la salud pública, impulsar el desarrollo económico, proteger el medio ambiente y mejorar la resiliencia ante posibles crisis alimentarias. Y ese objetivo precisa la puesta en marcha de un proyecto que articule un sistema alimentario integral, sostenible, competitivo, arraigado en el territorio y basado en la diversidad y en la producción de alimentos saludables y de calidad». Todo ello determinado por políticos y sindicalistas.

Como los buenos dictadores Sánchez y los sindicatos decidirán lo que debemos hacer, lo que debemos pensar, lo que debemos comer…por nuestro bien.

Fuente: Carlos Cuesta| Libertad Digital