El pasado 16 de mayo, Viktor Orbán fue elegido primer ministro de Hungría por quinta vez.
Suicidio de Occidente
Tras prestar su juramento de primer ministro, Orbán, en su discurso criticó duramente las políticas migratorias de los países de Europa Occidental.
La baja tasa de natalidad de los niños cristianos se compensará con inmigrantes de otras culturas mediante un “programa de intercambio de población”, dijo en el Parlamento. Esto es el “suicidio de Occidente”.
Hasta ahora, el cristianismo y los Estados-nación han mantenido unida esta región de Europa. Orbán criticó que la UE “liberal” estaba acabando con estas constantes. Su visión corresponde a un mundo en el que la libertad individual es primordial, pero las personas están desvinculadas de la comunidad, la familia y el hogar. “Los individuos nunca pueden ser libres, sino simplemente solitarios”.
La “locura de género”, una bendición de Dios
Los países occidentales han apostado por la “locura de género” y consideran a las personas como creadoras de su identidad, incluyendo el género y la sexualidad. En estos puntos, existe una “alienación cultural” entre Bruselas y Budapest: «También hay una distancia cultural cada vez mayor -casi una alienación cultural- entre la mitad occidental de Europa y Hungría. Esto se debe a que creemos en los fundamentos de la civilización cristiana de Europa y creemos en el concepto de Estado-nación, que ya ha sido abandonado en Bruselas. Para nosotros es importante contar con la bendición de Dios”.
Orbán subrayó que su gobierno resistirá este deterioro moral y poblacional, ya que está comprometido con el orden sólido, la estabilidad y la “lealtad intransigente e inquebrantable” hacia el pueblo húngaro y su patria. Es esencial que los húngaros dejen a sus hijos y nietos un hogar que valga la pena conservar. “Seguiremos defendiendo nuestras fronteras y no dejaremos entrar a los inmigrantes. Protegeremos a nuestras familias y no dejaremos que los activistas de género entren en nuestras escuelas”, aseguró el jefe del Gobierno.
“En Hungría, un padre será un hombre, una madre una mujer, y nuestros hijos se quedarán solos”. Además, Orbán no “aceptará medidas económicas que arruinen a las familias húngaras”.
Orbán: “Hungría es el futuro de Europa
Cada vez más personas de todo el mundo ven a Hungría como una fortaleza de libertad, orden, seguridad y paz. “Hace treinta años, pensábamos que Europa era nuestro futuro; hoy, pensamos que somos el futuro de Europa. Debemos sentir el peso de nuestra responsabilidad”.
