El miedo de Sánchez al clamor de la gente de calle: abucheos, pitos e insultos

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La ‘pesadilla’ que acompañó a Sánchez durante todo 2022 y pronostica el fin del ‘Sanchismo’. El presidente del Gobierno fue abucheado en casi todas sus apariciones públicas, lo que evidencia su poca popularidad

El presidente del Gobierno quiere evitar a toda costa más episodios de abucheos y pitos por las ciudades donde va.  Y es que los abucheos se convirtieron en la ‘pesadilla’ de Pedro Sánchez a lo largo del 2022.

Cada una de las participaciones públicas del presidente del Gobierno fueron acompañadas de pitidos, insultos y abucheos por parte de los españoles indignados por su gestión, sus pactos con la extrema izquierda, sus alianzas con los separatistas, pactos con EH Bildu y sus más recientes asaltos al Poder Judicial y del Código Penal.

Solo 12 actos de los 30 prometidos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sólo ha participado en doce eventos del partido con militantes en los últimos cuatro meses del año 2022. Esta cifra está lejos de la meta que había anunciado triunfalmente la dirección socialista durante el verano, cuando dijo que su secretario general estaría en una treintena de eventos con militantes antes del final del año, un objetivo que sólo ha cumplido en un pobre 40%.
Excusas para no ver la realidad

Las fuentes del partido socialista indican que la escasez de estos eventos han sido debidos por la apretada agenda internacional de Sánchez en los últimos meses. Obviamente, desde el PSOE, y a pesar de ni siquiera acercarse a la mitad objetivo, están satisfechos con el resultado de la campaña.

El propósito era, según fuentes socialistas en verano, en llegar a «todos los rincones de España para explicar lo que estamos haciendo y lo que vamos a hacer». Querían impulsar un contacto directo con los ciudadanos, y demostrar que están gobernando para el 95 % de la sociedad. Sin embargo, desde la primera incursión en la calle, los abucheos , pitos y manifestaciones en contra deslucieron esta puesta de gala. Y es que la realidad es tozuda.

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