El fracaso woke de Disney: pérdidas de más de 100 millones de euros en Blanca nieves

Los Padres Dicen ¡Basta!

Disney traiciona su esencia: de la magia familiar al adoctrinamiento ideológico

Lo que alguna vez fue el estandarte del entretenimiento familiar hoy se ha convertido en una plataforma de adoctrinamiento ideológico. Disney, la compañía que durante décadas supo conectar con niños y padres a través de historias universales y valores compartidos, ha dado un giro radical hacia la agenda woke e ideología de género, olvidando por completo su misión original. El resultado es evidente: fracaso tras fracaso en taquilla y el rechazo creciente de los padres que han decidido levantar la voz.

Blancanieves: el símbolo de una decadencia anunciada

El caso más flagrante es el de Blancanieves. Esta nueva versión no solo ha sido un desastre comercial, sino que ha evidenciado hasta qué punto Disney ha perdido el norte.

La película ha generado pérdidas de más de 100 millones de euros. Tras recaudar solo 14,2 millones en su segundo fin de semana, según Deadline, eso representa una caída del 66% en taquilla. Estamos ante un fracaso sin precedentes. Los expertos calculan que los ingresos totales no alcanzarán los 270 millones de euros, lejos de los 375 millones que costó producirla.

Ni siquiera la estrategia de diversificar ingresos con streaming, ventas domésticas o merchandising ha servido para salvar el desastre financiero. Todo esto mientras se destruye el legado de los Hermanos Grimm, tergiversando la historia original y eliminando cualquier rastro de fidelidad a la narrativa clásica.

Alteraciones ideológicas y censura absurda

Rachel Zegler, actriz protagonista, no solo rompe con la imagen tradicional del personaje, sino que representa una apuesta ideológica: una Blancanieves de 24 años para un personaje que en los cuentos tenía siete, digitalización de los enanitos para no ofender a nadie, y censura de escenas que antaño eran esenciales para el argumento.

No se trata de inclusión, sino de manipulación. Disney ha convertido sus películas en instrumentos de adoctrinamiento, vaciándolas de significado y desconectándolas del público. Los padres están cansados de ver cómo sus hijos son bombardeados con mensajes que contradicen los valores familiares.

Nuevos fracasos en camino: el futuro oscuro del catálogo Disney

Daily Mail ya ha anticipado que los próximos estrenos seguirán esta línea destructiva. La nueva versión de Bambi podría eliminar la icónica escena de la muerte de la madre por ser “demasiado cruda”, y Hércules promete una adaptación “inspirada en TikTok”, según los directores Joe y Anthony Russo. ¿El objetivo? Hacerlo “moderno” a toda costa.

Lo mismo ocurre con Lilo & Stitch, donde se ha modificado una escena para que Stitch no se esconda en una secadora, sino en una caja de pizza. La justificación es infantil: evitar que los niños imiten la acción. ¿Hasta dónde llegará la censura?

Ni el wokismo los respeta: ecologismo hipócrita

Lo más irónico es que ni siquiera los sectores más afines al woke defienden a Disney. Según The Guardian, Blancanieves generó más emisiones de carbono que la última película de Fast & Furious, considerada de las más contaminantes. Esto demuestra que ni siquiera practican lo que predican. El wokismo de Disney no es más que un escaparate.

El mensaje de los padres: basta de imposiciones ideológicas

La reacción no se ha hecho esperar. Cada nuevo estreno con contenido ideológico alejado del espíritu familiar tradicional es un fracaso anunciado. Los padres han dicho basta. La responsabilidad de educar a los hijos no es del Estado, ni de las grandes corporaciones, ni de Hollywood: es de los padres.

Disney ha roto el pacto tácito que lo unía a millones de familias en todo el mundo. Y mientras siga por este camino, el público responderá con el único lenguaje que entienden en los despachos: el boicot y el abandono de sus productos.