A pesar de los intentos del separatismo por romper España, el español sigue vigente. Hoy mas que nunca.
Los datos del Joint Council of Qualifications (JCQ) confirman que el español supera al francés en Reino Unido como la lengua extranjera preferida en secundaria. En total, 136.871 estudiantes británicos optaron por el español para el General Certificate of Secondary Education (GCSE), frente a las 133.395 de 2024.
Un récord que reafirma la fortaleza de nuestra lengua y demuestra que el español se consolida como idioma de futuro para los jóvenes británicos.
Una victoria cultural
Este dato tiene un significado que va más allá de lo académico. En un momento donde el separatismo intenta romper España, el español se mantiene fuerte y atractivo en el mundo.
El hecho de que el español supera al francés en Reino Unido prueba que la lengua común de los españoles no ha muerto. Muy al contrario, se fortalece como vehículo de unión y prestigio internacional. En el extranjero lo perciben no solo como un idioma útil, sino como una puerta hacia la cultura, la economía y el turismo.
Este avances refleja que se valora al español por su dimensión internacional. El español es hoy la segunda lengua materna más hablada del planeta, solo superada por el chino mandarín.
Responde además a una visión estratégica. Significa que nuestra lengua gana terreno en el mundo frente a una Europa dominada por el francés y el alemán.
Un desafío y una responsabilidad para España
Esto representa una oportunidad que España no puede desaprovechar. Debemos reforzar el papel de nuestra lengua como instrumento de identidad y cohesión nacional.
Resulta inaceptable que, mientras en Reino Unido crece la demanda de español, en España se intente destruir el español desde las autonomías separatistas. El auge del español en el extranjero contrasta con la marginación que sufre en Cataluña y otras regiones bajo leyes lingüísticas discriminatorias.
El español se percibe como una lengua de futuro. Por ello, España debe defenderlo sin complejos, como una seña de identidad que nos une y nos proyecta al mundo.
No se puede permitir que el separatismo siga atacando la lengua que hoy gana prestigio fuera de nuestras fronteras. El español no es solo patrimonio de España, sino una fuerza que trasciende fronteras.
Es una victoria cultural que reafirma la vigencia de España en el escenario internacional. El español se consolida como idioma de futuro, mientras el separatismo fracasa en su intento de debilitarlo.
Defender el español no es una opción, es una obligación. Hoy más que nunca, debemos proteger nuestra lengua común dentro de España y proyectarla con orgullo hacia el mundo.
