El escarabajo come-mierda en el Boletín Oficial del Estado | Francisco Martínez Peñaranda

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En enero de 2023  han aprobado y legalizado la fabricación de alimentos procedentes del escarabajo del estiércol para consumo humano.

La palabra estiércol suena como muy natural, super-guay algo así como abono, como alimento para flores, margaritas y geranios. Pero no debemos engañarnos a nosotros mismos, ni es momento de haceros trampas al solitario, pues esto del estiércol, es mierda, si, si, se trata de mierda.

El asunto conviene afrontarlo sin medias tintas.

En otras palabras, los que mueven los hilos de la marioneta, no se conforman con introducir de forma paulatina, que comamos insectos, asunto en el cual se han empecinado y están absolutamente decididos. Sino que van mucho más allá.

Porque digo yo que, podían haber empezado por abejitas, o mariposas. Pero no señor, no se conforman con hacérnoslo tragar poco a poco y con disimulo,  la humillación debe ser completa. Han empezado directamente, por el escarabajo come-mierda. Sin ningún recato. No se cortan ni un pelo, estos de Davos. Van a por todas, de eso no nos cabe ya la menor duda.

Estimado lector, antes de nada quisiera pedirle disculpas, por palabras tan gruesas, no obstante por desaliñado que pueda parecer el léxico empleado, he preferido no andar con rodeos ni por las ramas, y no escoger sinónimos que pudieran desorientarnos. Porque si desaliñado es el lenguaje más lo serán las ensaladas que nos tienen preparadas.

Es probable que usted se lleve la mano a la boca sorprendido al comprobar que en un artículo de opinión como este, pretendidamente serio, y en un medio de comunicación escrito tan formal, se utilicen palabras tan desagradables, pero lo que estoy intentando trasmitirle es que lo que usted se va a llevar a la boca muy pronto y de ahora en adelante, no será la mano, ni tampoco la palabra sino la sustancia mencionada. Y además esto será de modo inevitable.

En las pastas, en las patatas fritas, en la repostería industrial, en los chocolates, en el fiambre y en muchos productos que ni siquiera usted sospechará. Ya que para evitarlo deberíamos estar como policías mirando las etiquetas de los productos, donde de forma absolutamente opaca y con códigos indescifrables pondrá lo que contiene, es decir que sin otro remedio, cualquier día, con mucha frecuencia y debidamente disimulado comeremos mierda por obra y gracia de cierta élite económica en complicidad con nuestros vendidos políticos, que nos intentarán convencer por todos los medios de que somos malos malísimos y culpables de que el planeta “sufra” si no tragamos escarabajos y gusanos en nuestra dieta cotidiana.

Y a partir de ahora viene otra etapa, empezarán con la fase de la propaganda. Expertos debidamente engrasados, saldrán en televisión hablando de las bondades nutritivas de semejantes manjares, y sobrasadas de gusanos, que serán comparables al caviar y la mojama. Famosos y famosetes saldrán en la tele recomendando su ingesta, y deportistas y tenistas admirados, se echarán una cucaracha a la boca en forma de galleta energética entre juego y juego, o como premio merecido después de ganar un tie break a la vista de las cámaras y de los aficionados.

Y así se hace la ingeniería social. Hay que reconocer que en esto del marketing son auténticos genios, unos fenómenos.

No obstante me permito recordarles y disculpen mi atrevimiento, que por mucho que lo aprueben y legalicen, el escarabajo del estiércol, es el escarabajo de la mierda y por mucho que se maquille la mierda, es lo que es, c’est a dire:  merde, shit scheisse, merda, aunque lo apruebe el Constitucional, el Foro de Davos, La Comisión Europea o la ONU por unanimidad y en pleno extraordinario.

Es lo que es, aquí y en la Conchinchina. Y resulta que nos la quieren hacer tragar como si fuera jamón de Jabugo. ¡Vaya tela! Estos de Davos, son auténticos magos, sin lugar a dudas, son la caña.

Francisco Martínez Peñaranda escribe para usted de vez en cuando. Gracias por atenderme.

Francisco Martínez Peñaranda es esposo y padre de siete hijos, artista y compositor, escritor y educador afectivo sexual. Actualmente es director del programa radio La Tierra y la Gente en Decisión Radio

 

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