Lo ocultan los globalistas: El coche eléctrico va a generar una dependencia de los minerales aún más crítica que la del coche de combustión con el petróleo
La dependencia del petróleo que hemos vivido desde que el automóvil empezó a desarrollarse a gran escala está viviendo una transformación con la llegada impuesta por los globalistas del coche eléctrico.
Pero a pesar de la excusa que nos dicen las élites globalistas de las maldades del motor de combustión, la realidad es que el coche eléctrico va a ser mucho, mucho peor. Y para ello, los globalistas quieren terminar con el motor de combustión y argumentan cosas que saben que son mentiras.
El coche eléctrico demanda seis veces más minerales que el de combustión
En efecto, ésta cambio al coche eléctrico va a provocar un trasvase de dependencias que apunta a ser más crítica que la del propio petróleo. Y es que la producción de un coche eléctrico demanda seis veces más cantidad de materias primas minerales frente al convencional de motor de combustión interna.
Informe de la Fundación Naturgy
En un informe recientemente publicado por la Fundación Naturgy se advierte de que la transición energética puede multiplicar por seis veces la demanda de minerales críticos para cumplir los objetivos de descarbonización. Algo que también sucede en las plantas eólicas, en las que el volumen mineral utilizado es hasta nueve veces mayor respecto a las centrales de ciclo combinado de gas natural.
El litio, níquel, cobalto, manganeso y grafito son elementos «cruciales para el rendimiento, longevidad y densidad energética de las baterías».
Las tierras raras son una serie de elementos químicos «esenciales» para la fabricación de muchos productos modernos como las turbinas eólicas y los motores de los vehículos eléctricos; ordenadores, a la vez que las redes eléctricas necesitan una gran cantidad de cobre y aluminio. Todo ello, alerta Marzo, son ejemplos de la nueva dependencia que la descarbonización puede generar.
El informe reitera que «el cambio a un sistema energético descarbonizado disparará la demanda de minerales críticos para las nuevas tecnologías bajas en carbono, como las placas fotovoltaicas o las baterías».
En función del escenario de reducción de emisiones que se considere en 2040, la demanda mundial podría multiplicarse de cuatro a seis veces respecto a la actual».
“Los minerales críticos pasarían de representar un 11% del total del valor del comercio internacional de materias primas energéticas en 2019, al 47% en 2050«. Por otra parte, «los combustibles fósiles evolucionarían en sentido inverso, pasando de un 89% a un 18%”, según el documento.
Problemas con el litio
Uno de los más problemáticos es el litio, cuya limitada producción a nivel mundial, junto a la problemática de su extracción, podría ser insuficiente para sustituir los más de mil millones de coches de combustión que circulan en el mundo. Y es que el litio es un material que no se produce en el mundo en tanta cantidad como para cubrir la demanda actual vinculada a la fabricación de las baterías de los coches eléctricos.
Además, no solo es una cuestión de que el litio pueda ser insuficiente, sino que la concentración de su extracción puede generar problemas geopolíticos y guerras por su consecución.
Y, además, el litio presenta entre otras cosas graves problemas medioambientales en su producción y desecho, lo que es relevante en baterías cuya vida útil puede estar entre los seis y los siete años.
Pero ya sabe, las élites globalistas y la agenda 2030 han impuesto los coches eléctricos no por un tema de medioambiente sino por un tema de ganancia económico y poder de ellos.
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