1 de enero 2024: los BRICS o el cambio del centro de gravedad mundial

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Arabia Saudí, Irán, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos pasarán hoy 1 de enero a formar parte del bloque alternativo a Occidente

Desde hoy 1 de enero de 2024, a los cinco Estados fundadores BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se les han incorporado cinco nuevos miembros: Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Argentina -aunque estaba previsto su ingreso-, el nuevo presidente Milei la ha rechazado.

La importancia de los BRICS: Una potencia económica y demográfica

La agrupación BRICS ahora abarca el 47,3% de la población mundial, con un Producto Interior Bruto global del 36,4%. En comparación, ya representan más importancia que la población y el PIB que los G7. Así los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) representan solo el 10% de la población mundial y su participación en el PIB mundial es del 30,4%.

La suma de los cinco países que actualmente conforman los BRICS suman más del 40% de la población mundial (alrededor de 3.200 millones de personas) y, con las nuevas incorporaciones, los 10 países representarán más del 45% de la misma, sumando 340 millones de habitantes más. Si se mide por PIB (en términos nominales), la asociación pasaría de sumar 27,5 billones de dólares a situarse por encima de los 30,4 billones. Además, estos países suministran más del 45 del petróleo a escala global. La entrada de los cinco nuevos miembros prácticamente duplica la cuota de producción mundial, lo que juega en contra de los intereses de Estados Unidos y la Unión Europea.

Estos datos reflejan el poderío de este grupo de países. Ciertamente, las naciones del BRICS, a pesar de todas sus jerarquías y desafíos internos, representan ahora una parte mayor del PIB mundial que el G7, que sigue comportándose como el órgano ejecutivo del mundo.

Muchos países quieren unirse a los BRICS

Más de cuarenta países expresaron su interés en unirse al BRICS. De hecho, veintitrés solicitaron su adhesión antes de la reunión de Sudáfrica, incluidos siete de los trece países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Indonesia, séptimo país del mundo en términos de PIB, retiró en el último momento su solicitud de ingreso en los BRICS, pero afirmó que consideraría su adhesión más adelante.

Hacia un mundo multipolar ante el declive económico de Occidente

Los hechos son claros: el porcentaje del Norte Global en el PIB mundial cayó del 57,3% en 1993 al 40,6% en 2022, y el porcentaje de EE.UU. se redujo del 19,7% a solo el 15,6% del PIB mundial en el mismo período (a pesar de su privilegio de monopolio). En 2022, el Sur Global, sin China, tendría un PIB superior al del Norte Global.

Occidente, quizá debido a su rápido declive económico relativo, está luchando por mantener su hegemonía impulsando un pulso geopolítico contra estados emergentes como China o la India.

BRICS: ¿Comunistas e islámicos?

¿Es una unión de los países comunistas e islamistas? Sería una explicación simplista del asunto. Más bien, es la unión de aquellos países que quieren salirse de la dependencia que les impone EEUU y que no va solo desde aspectos económicos y militares (ahí estarían los comunistas) sino también de la imposición de aspectos ideológicos de la denominada ideología woke. Esto da lugar a una extraña mezcolanza.

¿Por qué el bloque BRICS ha acogido en su seno a un grupo de países tan dispar, incluidos países musulmanes islamistas? Cuando se le pidió que reflexionara sobre el carácter de los nuevos Estados miembros de pleno derecho, el presidente de Brasil, Lula da Silva, afirmó: “Lo que importa no es la persona que gobierna, sino la importancia del país. No podemos negar la importancia geopolítica de Irán y otros países que se unirán al BRICS”. Este es el criterio con el que los países fundadores tomaron la decisión de ampliar su alianza.

En el centro del crecimiento de los BRICS se encuentran al menos tres cuestiones: el control de los suministros y las vías energéticas, el control de los sistemas financieros y de desarrollo mundiales, y el control de las instituciones para la paz y la seguridad.

El petróleo

Un BRICS más grande ha creado ahora un formidable grupo energético. Irán, Arabia Saudita y los EAU son también miembros de la OPEP, que, con Rusia, miembro clave de la OPEP+, representan actualmente 26,3 millones de barriles de petróleo al día, algo menos del treinta por ciento de la producción mundial diaria de petróleo.

Egipto, que no es miembro de la OPEP, es sin embargo uno de los mayores productores africanos de petróleo, con una producción de 567.650 barriles diarios. El papel de China en la mediación de un acuerdo entre Irán y Arabia Saudita en abril permitió la entrada de estos dos países productores de petróleo en los BRICS.

Nuevas vías energéticas

La cuestión no es solo la producción de petróleo, sino el establecimiento de nuevas vías energéticas mundiales.

La Iniciativa de la Franja y la Ruta liderada por China ya ha creado una red de plataformas de petróleo y gas natural en todo el Sur Global, integradas en la ampliación del puerto de Khalifa y las instalaciones de gas natural de Fujairah y Ruwais en los EAU, junto con el desarrollo de la Visión 2030 de Arabia Saudita. Todo apunta a que los BRICS ampliados empezarán a coordinar sus infraestructuras energéticas al margen de la OPEP+, incluidos los volúmenes de petróleo y gas natural que extraen de la tierra. Las tensiones entre Rusia y Arabia Saudita por los volúmenes de petróleo se han agudizado este año, ya que Rusia superó su cuota para compensar las sanciones occidentales que se le impusieron debido a la guerra de Ucrania. Ahora estos dos países tendrán otro foro, fuera de la OPEP+ y con China en la mesa, para construir una agenda común en materia energética. Arabia Saudita planea vender petróleo a China en renminbi (RMB), socavando la estructura del sistema del petrodólar (los otros dos principales proveedores de petróleo de China, Irak y Rusia, ya reciben el pago en RMB).

Nueva estructura financiera: creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD)

Los BRICS quieren conseguir una arquitectura financiera y de desarrollo para el mundo que no esté regida por el triunvirato del Fondo Monetario Internacional (FMI), Wall Street y el dólar estadounidense. Sin embargo, los BRICS no pretenden eludir las instituciones mundiales de comercio y desarrollo establecidas, como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial y el FMI. Sus propuestas no suponen una ruptura fundamental con el FMI o la OMC, sino que ofrecen una doble vía para avanzar: En primer lugar, que los BRICS ejerzan más control y dirección sobre estas organizaciones, de las que son miembros pero que han sido subordinadas a una agenda occidental, y en segundo lugar, que los Estados BRICS hagan realidad sus aspiraciones de construir sus propias instituciones paralelas (como el Nuevo Banco de Desarrollo, o NBD). El enorme fondo de inversiones de Arabia Saudita está valorado en cerca de un billón de dólares, lo que podría dotar parcialmente de recursos al NBD.

Eliminación del dólar

La agenda de los BRICS para mejorar “la estabilidad, fiabilidad y equidad de la arquitectura financiera mundial” se está llevando a cabo principalmente mediante “el uso de monedas locales, acuerdos financieros alternativos y sistemas de pago alternativos”. El concepto de “monedas locales” se refiere a la creciente práctica de los Estados de utilizar sus propias monedas para el comercio transfronterizo en lugar de depender del dólar. Aunque aproximadamente 150 monedas en el mundo se consideran de curso legal, los pagos transfronterizos casi siempre dependen del dólar (que, a partir de 2021, representa el 40% de los flujos a través de la red de la Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales, o SWIFT).

El futuro de los BRICS

La entrada de Etiopía e Irán en el bloque BRICS muestra cómo estos grandes Estados del Sur Global reaccionan a la política de Occidente. Muchos de estos Estados asistieron a la cumbre del BRICS como invitados y están deseosos de unirse al BRICS ampliado como miembros de pleno derecho.

Estamos en pleno pulso geopolítico entre el mantenimiento de un mundo unipolar gobernado por unos EEUU en declive y su brazo militar, la OTAN, y otro mundo formado  por gobiernos comunistas y musulmanes que quieren quitarse de esta dependencia americana. Como ocurre a menudo en la historia, las acciones de un imperio débil y moribundo crean un terreno común para que otros países busquen nuevas oportunidades y alternativas, por embrionarias y contradictorias que sean. La diversidad de apoyos a la expansión de los BRICS es un indicio de la creciente pérdida de hegemonía política de EEUU.

(Con información de attac)

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