El Club de Shanghái, la anti OTAN con la que China espera cambiar el orden mundial

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Los días de un mundo centrado en el dólar han terminado, eso es una realidad. Hoy tenemos un sistema de comercio global multipolar

Para muchos países disconformes con el poder omnipotente de EEUU y su colonización ideológica y que, además, buscan fórmulas alternativas para incrementar su poder, esta organización resulta cada vez más atractiva

Tras la disolución del Pacto de Varsovia, los jefes de Estado de China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán firmaron en 1996 en Shanghái un tratado para solucionar tensiones fronterizas. Esta reunión sería el germen de la OCS, fundada en 2001 por los ‘Cinco de Shanghái’ y Uzbekistán con el objetivo de «fomentar la cooperación, garantizar la paz en la región y promover un nuevo orden internacional democrático, justo y racional».
La salida estadounidense de Afganistán y los devastadores efectos en las economías occidentales del coronavirus y de la invasión rusa de Ucrania han puesto al Club de Shanghái de actualidad. Coincidiendo con la adhesión finlandesa a la OTAN, la OCS ha aprobado de manera exprés la asociación de Arabia Saudí como observador y la incorporación de Irán como miembro de pleno derecho en un claro mensaje al bloque occidental.
Desde la invasión de Ucrania, Moscú está intentando reforzar la dimensión militar de la organización frente a la aparente indiferencia de China, más interesada en la cooperación económica de los estados miembros.

Oportunidad para China

Lo que China tiene claro es que el actual contexto político ofrece una oportunidad de oro para cambiar el orden mundial. Pekín lleva años intentando introducir el yuan en los intercambios comerciales y acabar con la hegemonía del dólar, que permite a la Reserva Federal controlar la inflación y el precio de los combustibles, por lo que la asociación con Arabia Saudí, Emiratos, Kuwait y Qatar resulta fundamental.

Para muchos países disconformes con el bloque occidental que buscan fórmulas alternativas para incrementar su poder, la Organización de Cooperación de Shanghái resulta cada vez más atractiva. Sin embargo, las diferencias entre sus miembros impiden, a día de hoy, el establecimiento de una hoja de ruta unificada.

El amigo turco

El pasado año, Recep Tayyip Erdogan aseguró que Turquía, actual miembro de la OTAN, aspira a unirse a la OCS como miembro de pleno derecho. «Es el objetivo. Ser o no miembro es diferente y nuestras relaciones con estos países habrán dado un paso muy importante», señaló durante la cumbre de la organización.
El presidente turco ya había planteado esta integración como consecuencia del estancamiento de la adhesión de Turquía a la UE. «Hace poco le dije a Putin que si nos llevara a los ‘Cinco de Shanghái’ diremos adiós a la UE.
(Con información de El debate)

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