El Banco Central Europeo considera que la normativa española «discrimina los pagos hechos por los residentes».
Considera que dicho tope reduce significativamente la capacidad de los pagadores para utilizar billetes en euros y la libertad de los ciudadanos para elegir cómo pagar.
Además, en este dictamen, el organismo presidido por Christine Lagarde ha recordado que ya existe una directiva europea – la Directiva UE 2015/849 – aprobada tanto por el Parlamento como por el Consejo y que fija este limite de los pagos en efectivo en los 10.000 euros. Así, señalan que la ley española tendría que establecer un límite proporcionado y más similar el europeo.
En este dictamen, el Banco Central Europeo también señala que esta norma no tiene en cuenta ni el impacto social ni la exclusión financiera. Así, puntualiza que es «un medio de pago esencial para la tercera edad, los inmigrantes, los discapacitados, los ciudadanos socialmente vulnerables y cualquier persona con acceso limitado a los servicios digitales». Además, señala que este método de pago debería estar siempre disponible «en casos de corte de suministro eléctrico o fallo de los sistemas de pago electrónico».
Por otra parte, la institución advierte de que el límite de pago en efectivo establecido en la Ley «dificulta significativamente» la liquidación de transacciones legítimas utilizando efectivo como medio de pago, poniendo así en peligro el concepto de moneda de curso legal consagrado en el Tratado.
Así, recuerda la propuesta del Parlamento Europeo y del Consejo en materia de prevención de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo para fijar un límite de pago en efectivo a escala de la Unión de 10.000 euros. A este respecto, el BCE señala que «el umbral para la prohibición prevista de transacciones de consumidor a empresa y de empresa a empresa debe establecerse lo suficientemente alto para evitar un impacto fáctico que conduzca a la abolición de los billetes en euros».
«Debe tenerse en cuenta que la capacidad de pago en efectivo sigue siendo especialmente importante para determinados grupos de la sociedad que, por diversas razones legítimas, prefieren utilizar el efectivo frente a otros instrumentos de pago», recuerda el BCE, subrayando que «facilitan la inclusión de toda la población en la economía» y suponen un método de pago fundamental para las personas mayores, los inmigrantes, los discapacitados, y cualquier persona con acceso limitado a los servicios digitales.