El Banco de España allana el terreno al euro digital y … a la falta de privacidad, así como al control poblacional

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Comienza el banco de pruebas nacional para determinar la implementación y funcionamiento de la futura criptomoneda europea

El futuro euro digital no podrá gozar de la privacidad que sí ofrece el dinero en efectivo.

La emisión del euro digital se vinculará a la implementación inminente del ID digital europeo

Finalmente, el tercero del equipo titular en el proyecto lo compone Monei, especializada en el procesamiento de pagos para comercio electrónico. Entre sus servicios, cuentan con Monei Pay, un TPV sin terminal físico que puede ser usado en dispositivos móviles como Android e iOS, haciendo más fácil el pago de facturas con los servicios aceptados en esta pasarela.

Recientemente, han añadido los tokens EURM a su lista de opciones de pago, cerrando así el círculo junto a BBVA y Caixabank al contar con un pequeño ecosistema financiero que incluye desde servicios bancarios hasta una pasarela de pago específica. Con este proyecto se pretenden sentar las bases del euro digital que quiere implantar el Banco Central Europeo (BCE).

El funcionamiento del EURM precede al euro digital

Aunque el proyecto español no tenga validez de cara al Banco Central Europeo, sí muestra como incluso a nivel nacional el interés por adoptar el futuro euro digital es más que elevado. En este caso, Monei presenta a EURM como una criptomoneda estable vinculada al precio del euro, que de momento sólo estará disponible en un entorno de pruebas y bajo la supervisión del BBVA y Caixabank, que serán los custodios de los EURM emitidos en esta fase de laboratorio. Como todo token o criptomoneda, el EURM está desarrollado sobre una red blockchain, del mismo modo que lo hacen bitcoin o ether.

En este caso, en lugar de ser una red pública y descentralizada, se trata de una red privada y controlada por un emisor central. Este es uno de los eternos debates que hay desde un punto de vista técnico sobre las CBDC, ya que, más allá de alejarse del planeamiento teórico de las criptomonedas basadas en la descentralización, basar la emisión de dinero público en una red concentrada en pocos puntos la hace potencialmente vulnerable. Dicho de forma llana, crear y gestionar la base monetaria de un país desde un sistema centralizado implica un elevado nivel de riesgo.

A medida que el diseño del euro digital avanza, lo hacen también todas las alarmas sobre la falta de privacidad que este puede suponer así como al control poblacional por parte del organismo emisor. Según manifestó Christine Lagarde en una rueda de prensa durante el pasado noviembre: «En nuestra consulta pública, el 43% de los encuestados calificó la privacidad como el aspecto más importante del euro digital, muy por delante de otras características. Por tanto, está claro que si queremos que el euro digital sea atractivo, debe diseñarse de forma que satisfaga las expectativas de privacidad de las personas». En la misma comparecencia también anotó cómo, a pesar de los ruegos de la ciudadanía, el futuro euro digital no podrá gozar de la privacidad que sí ofrece el dinero en efectivo. La implantación de la renovada moneda pretende supuestamente trabar el blanqueo de capitales y la financiación al terrorismo, y de ahí a tener que registrar de forma transparente, trazable, irremediable y a tiempo real toda transacción emitida en euros.

Control poblacional

Cabe recordar también que la emisión del euro digital se vinculará a la implementación inminente del ID digital europeo, que será algo así como una billetera personal identificativa transversal a la Unión Europea. Como excusa, dicen que pretende facilitar gestiones burocráticas de forma telemática, la identificación a entornos sociales como Facebook o Instagram, plataformas como banca o seguros, y estará vinculada a la utilización del propio euro digital por parte de su titular.

China pionera

Este sistema de lanzamiento planeado para el EURM es muy similar al que utilizó China en la fase de pruebas de su e-yuan. El lanzamiento se hizo de forma preliminar a mitad de 2021 en una zona acotada en Shenzhen, próxima a Hong Kong, y tras meses de pruebas y varios miles de millones de euros al cambio en transacciones, a inicios de 2022, ya abrió el proyecto a nivel nacional siendo el primer país del mundo en lanzar su CBDC a gran escala.

 

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