Credere, Obbedire, Combattere | José-Ramón Ferrandis 

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El 24 de marzo de 2024, la OMS[2] publicó un librillo de instrucciones[3] (o “juego de herramientas”, toolkit) para médicos de todo el mundo[4]. Lo esperable era que se tratara de asuntos de su competencia[5], pero no es así de ninguna manera. No es extraño, en realidad, puesto que la organización-madre, la ONU, se dedica a cualquier cosa menos a lo que indica su estatuto fundacional: preservar la paz en el mundo. https://joseramonferrandis.es/organizacion-de-naciones-unidas-antecedentes-origen-actividades-tradicionales/

¿Qué instrucciones dimanan del manual[6] de la OMS[7]? Las que entienden precisas para enfrentar lo que ellos llaman “cambio climático”, que como es sabido no significa nada porque si algo hace el clima es cambiar, desde siempre. Y para que no haya dudas, afirman esto como preámbulo: “El mundo atestigua una preocupante tendencia al calentamiento, eventos meteorológicos extremos, retos en la seguridad alimenticia y de agua potable y cada vez peor calidad del aire. La frecuencia e intensidad de estos eventos sobrepasan la capacidad de los sistemas naturales y humanos (?) para responder eficazmente, con consecuencias de largo alcance en la salud.

Detengámonos un momento en estas dos frases, donde las falsedades se acumulan. Ni las temperaturas se elevan (ni mucho menos: vean aquí https://joseramonferrandis.es/el-clima-se-esta-enfriando/), ni los fenómenos meteorológicos extremos aumentan[8], ni hay inseguridad alimentaria https://joseramonferrandis.es/viva-el-co2/ (como podemos ver claramente aquí: se producen alimentos suficientes como para nutrir a 10.000 millones de personas  [9]https://joseramonferrandis.es/objetivos-y-metas-de-la-agenda-2030-3/, ni escasea el agua dulce, ni la calidad del aire se deteriora[10]. Como todo ello es falso, su frecuencia no pone en riesgo nada y menos que nada, la salud.

Sobre la base de ese lodazal argumentario, la OMS quiere reclutar a los miembros de una de las profesiones más respetadas, necesarias y decisivas del mundo para que se conviertan en militantes de una guerra política como la del “cambio climático”. Su función es Comunicar los riesgos sanitarios del cambio climático y los beneficios para la salud de las soluciones climáticas: ambos son necesarios y provechosos[11]. En otras palabras, los médicos deberán utilizar su enorme autoridad para mentir[12] a pacientes y autoridades[13] a las órdenes de la OMS, es decir, de Naciones Unidas. Y el que no lo haga …

El problema reside en que los doctores no son gentes iletradas a las que se pueda convencer con directrices falsas, eslóganes políticos y declaraciones contrarias a la realidad. Percibirán (si no lo han hecho ya) con facilidad que todas las métricas de salud han mejorado sustancialmente[14] y que el argumentario de la ONU es indefendible e inaplicable[15].

Naciones Unidas afirma en su narrativa que la atmósfera está entrando en estado de ebullición: Los cambios en los patrones del tiempo atmosférico y los eventos meteorológicos extremos pueden reducir los rendimientos de las cosechas, llevar potencialmente a la inseguridad alimentaria y a la malnutrición. Las oportunidades de reproducción para mosquitos transmisores de enfermedades son mayores debido al cambio en los patrones atmosféricos. Pero nada de eso es cierto. En África, las muertes por desnutrición se han reducido en un 75% entre 1990 y 2017. Las muertes por malaria se han reducido en un 50%. La mortalidad por diarrea ha descendido en un 66% en ese mismo período. Cada día mueren 10.000 niños menos que en 1990.

Y en cuanto a la seguridad alimentaria, basta con acudir a los datos de la FAO[16] (que es otra agencia de Naciones Unidas) para comprobar que no está comprometida. Tampoco hay datos que sustenten la afirmación de que el cambio climático esté afectando negativamente a la producción agraria[17], sino al contrario, y fuertemente. No obstante, esta paradoja no parece amilanar a la OMS.

La gente vive más años, con mejor salud. La mortalidad infantil se desmorona. La pobreza retrocede. Y a despecho de esta realidad, la OMS quiere que los médicos y el personal sanitario mientan al respecto. Más aún, les ordena que no debatan, que no discutan[18]. No hay que cuestionar el dogma[19].

Sabemos que no hay correlación (y menos aún causación) entre cambio climático y salud. Sensu contrario, la correlación positiva (y la causación evidente) está entre riqueza y salud, como se puede ver claramente en este gráfico de 2019: a mayor renta per capita, mayor y mejor salud (o menor enfermedad, como prefieran).

Contra toda la evidencia disponible, la OMS presiona a los médicos para que convenzan a los habitantes de los países menos desarrollados y a sus autoridades de que lo que necesitan es “tiempo estable”, no más renta disponible[20]. Se puede interpretar perfectamente que la OMS quiere lanzar a los médicos a una guerra política contra la riqueza. La riqueza que está detrás de la salud, como sabemos. Para ello, ha reclutado psicólogos que contribuyan a movilizar a doctores y a sus asistentes en pos de una agenda política, la Agenda 2030 de la ONU[21].

Concluyamos.

La OMS está intentando modificar abusivamente el vigente[22] Reglamento Sanitario Internacional, cosa que tendría lugar en su 77ª Asamblea, que se celebrará a cortísimo plazo. En él se incardina un Tratado de Pandemias, que en la práctica es una dictadura sanitaria mundial. En caso de nueva pandemia, la OMS tomaría el mando en todo el mundo[23]. Sería una pesadilla basada en la reciente experiencia del COVID-19[24].

La OMS está ordenando a los médicos y sanitarios del mundo predicar mentiras en las que no creen, para lo que redactan e imponen breviarios que los doctores no quieren obedecer. La OMS les envía a combatir en una guerra equivocada contra un adversario inexistente.

Credere, obbedire, combattere.

Si se preguntan dónde está el fascismo que acabó su andadura inicial en 1945, hay pistas suficientes para encontrarlo.

La ONU debe desaparecer https://joseramonferrandis.es/naciones-unidas-una-institucion-deleznable/

José-Ramón Ferrandis

[1] «Creer, obedecer, luchar» fue uno de los lemas principales de la época fascista en Italia (1919/1945). Su origen se halla en el Ministerio de Propaganda, dirigido por el ministro Gian Galeazzo Ciano, luego al frente del departamento de Asuntos Exteriores en el fascismo, nacido de una escisión del movimiento socialista. Su sentido era que había que creer (credere) en el fascismo y en el Duce (Benito Mussolini), sin hacer preguntas y sin tener dudas. Además, había que obedecer (obbedire) las órdenes y someterse sin polemizar. Finalmente, había que combatir (combattere), luchar contra los enemigos del régimen. http://www.rivolidistoria.it/lavori_scuole/scuolafascismo/SCUOLA%20FASCIO%203E/CREDERE_OBBEDIRE_COMBATTERE.htm

[2] Por Organización Mundial de la Salud, organismo miembro de Naciones Unidas. En su propia web afirma que “Más de 7000 personas de más de 150 países trabajan para la Organización en 150 oficinas de país, zonas o territorios, seis oficinas regionales y la Sede, que se encuentra en Ginebra, Suiza. Además de médicos, especialistas en salud pública, científicos y epidemiólogos, la OMS cuenta con personal formado para gestionar los sistemas administrativos, financieros y de información de que dispone, así como con expertos en los campos de las estadísticas sanitarias, la economía y el socorro en emergencias.”

[3] Launch of the Toolkit for Health Professionals on Communicating about Climate Change and Health (who.int)

[4] WHO launches new toolkit empowering health professionals to tackle climate change

[5] CAPÍTULO I ˗ FINALIDAD (de la OMS) Artículo 1 “La finalidad de la Organización Mundial de la Salud (llamada de ahora en adelante la Organización) será alcanzar para todos los pueblos el grado más alto posible de salud.” “La Constitución fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Off. Rec. WldHlth Org.; Actes off. Org. mond. Santé, 2, 100), y entró en vigor el 7 de abril de 1948. Las reformas adoptadas por la 26.a, la 29.a, la 39.a y la 51.a Asambleas Mundiales de la Salud (resoluciones WHA26.37, WHA29.38, WHA39.6 y WHA51.23), que entraron en vigor el 3 de febrero de 1977, el 20 de enero de 1984, el 11 de julio de 1994 y el 15 de septiembre de 2005, respectivamente, se han incorporado al presente texto.” https://apps.who.int/gb/bd/PDF/bd48/basic-documents-48th-edition-sp.pdf?ua=1#page=7

[6] WHO launches new toolkit empowering health professionals to tackle climate change

[7] La OMS se financia con fondos tanto públicos como privados. Las cuotas de los países miembros cubren el 17% de su presupuesto. El 83% restante proviene de donaciones denominadas voluntarias, en las que el donante elige el objetivo o finalidad de los fondos que entrega. Los 10 mayores donantes voluntarios son, por este orden, EE. UU., Alemania, la Fundación Bill & Melinda Gates, GAVI (Alianza Global de Vacunas e Inmunización), la Comisión de la Unión Europea, Reino Unido, UNICEF (es decir, otro organismo de la ONU), Canadá, Irán y el Banco Mundial (otro organismo de la constelación ONU). Estos son datos procedentes de Davos y la OMS: hacia una dictadura sanitaria global (y II) – Fernando del Pino Calvo-Sotelo (fpcs.es) y de la web de la OMS. El balance auditado de la OMS es éste A76_17-en.pdf (who.int)

[8] Lo comento de manera exhaustiva en el Capítulo número 13 de mi libro  https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/ , que se titula “Las extrapolaciones son falsas”.

[9] El día del Hambre de 2019 (que se celebra todos los 16 de octubre), BBC News Mundo publicaba: “En el mundo se produce suficiente comida (como) para alimentar hasta 10.000 millones de personas, cuando hay solo unos 7.500 millones” “Cada año, un tercio de toda la comida se pierde o se desperdicia”. “Si se recuperara el 25% de la comida que se desperdicia, se podría alimentar a 870 millones de personas con hambre”.

[10] Cosa que nada tiene que ver con el clima, pero ya que suena amenazador, la pusieron ahí los redactores a sueldo de la OMS.

[11] Credere

[12] “Médicos y cuidadores juegan un papel importante enfocando el cambio climático como una crisis de salud. Su posición (en el sistema de salud, N. del T.) les permite concienciar, abogar por cambios de políticas y empoderar comunidades para mitigar y adaptarse al cambio climático.” (Dr. María Neira, Director, Department of Environment, Climate Change and Health.)

[13] Vean lo que dice el manual de la OMS: “Cosas que puede usted decir al gestor, administrador o político: El cambio climático está ya aquí y observo sus consecuencias sobre la salud de mis pacientes. La salud de algunas personas está siendo más afectada, incluyendo niños y acianos, comunidades con desventajas o alejadas, así como personas discapacitadas o con enfermedades crónicas” (La redacción desordenada es cosa de la OMS, N. del T.).

[14] Como los datos ponen claramente de relieve, desde 1990 se han producido reducciones enormes en malaria, desnutrición, diarreas, desastres naturales y exposición a temperaturas extremas. La gente de todo tipo de economías en desarrollo vive más, más sana, más rica y segura que cualquier generación precedente.

[15] La profesión médica quedó parcialmente vacunada contra las interferencias de la OMS que se produjeron con motivo de la pandemia COVID-19, desencadenada por un virus de laboratorio. Muchos de sus integrantes creyeron el relato oficial y aceptaron sin ambages las normas y protocolos adoptados por las autoridades, siguiendo el principio de autoridad o bajo presión mediática. No lo harán en esa medida ni en ese número nunca más.

[16]https://es.wikipedia.org/wiki/Organizaci%C3%B3n_de_las_Naciones_Unidas_para_la_Alimentaci%C3%B3n_y_la_Agricultura

[17] No es así. Vean el gráfico de Craig Idso sobre los mayores rendimientos de múltiples cosechas en el mundo entre 1961 y 2010.

[18] No debatan la ciencia. No entren en conversaciones que discutan la cuestión de la ciencia climática.

[19] Obbedire

[20] Combattere

[21] Muchos de los datos del texto provienen de este artículo Why is the WHO Asking Doctors to Lie to Promote Climate Alarm? – The Daily Sceptic , que a su vez ha sido recogido aquí Why is the WHO Asking Doctors to Lie to Promote Climate Alarm? – Watts Up With That?

[22] El Reglamento Sanitario Internacional vigente se limita a sugerir recomendaciones.

[23] La OMS tendría el poder de decisión, que personificaría el director de la OMS, Thedros Adhanom Ghebreyessus, un comunista etíope títere de la RP China. Como en la pandemia del virus SARS-CoV-2, se pueden dar por seguros confinamientos, cuarentenas, vacunaciones obligatorias, mascarillas y cierres de fronteras. No ha funcionado en absoluto para combatir el virus, pero sí para controlar a la población.

[24] Vean lo que se avecina en este magnífico análisis Davos y la OMS: ¿una dictadura sanitaria global? (I) – Fernando del Pino Calvo-Sotelo (fpcs.es)

 

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