Crece la presión contra el español en Cataluña de los fanáticos separatistas

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En Cataluña, el español sigue siendo objeto de una creciente presión por parte de los sectores más fanáticos y radical del separatismo. A pesar del fracaso del procés y del descenso evidente en el apoyo social hacia las causas independentistas, los radicales no han cesado en su intento de imponer el catalán como único idioma dominante en la región. La última maniobra viene de la mano de la Plataforma per la Llengua, un chiringuito que, bajo el disfraz de ‘ONG del catalán’, ha intensificado su campaña contra el uso del español en todos los ámbitos de la vida pública.

Según el informe anual de esta entidad separatista, las denuncias sobre la supuesta presencia del español y otros idiomas no catalanes han crecido en 2023. Sin embargo, aporta unas cifras que carecen de sustento verificable, ya que la mayoría de estas denuncias llegan a través de su buzón online, un método fácilmente manipulable y poco fiable. Tal y como señala el informe, las quejas se centran en el «supremacismo lingüístico castellano», evidenciando que no les molesta la presencia de otros idiomas como el inglés o el árabe, sino únicamente el predominio del español, un hecho que pone de manifiesto el fracaso del nacionalismo catalán en erradicar la lengua común de todos los españoles.

Un chiringuito de subvenciones

La Plataforma per la Llengua no es más que otro chiringuito separatista financiado con cuantiosas subvenciones públicas otorgadas por la Generalidad y otros organismos locales controlados por el independentismo. Estas ayudas millonarias han permitido que la entidad realice campañas internacionales, intentando sin éxito que el catalán sea reconocido como lengua oficial en las instituciones europeas. En dichas campañas, no han dudado en inflar cifras, afirmando falsamente que el catalán es hablado por “10 millones de personas”, un número que no se sostiene con los datos reales.

Este uso indebido de fondos públicos, destinado a promover objetivos separatistas y antiespañoles, deja claro que la Plataforma per la Llengua no es una entidad al servicio de la cultura, sino un brazo político más del independentismo radical. Su falta de seriedad y credibilidad queda patente en su modus operandi: denuncias anónimas y no verificables que buscan alimentar la narrativa de una supuesta “opresión lingüística” que no existe.

El fracaso de la imposición separatista

A pesar de contar con el respaldo de las instituciones para promover el uso exclusivo del catalán, el español sigue siendo el idioma predominante en Cataluña. Esto no es más que un reflejo del sentimiento mayoritario de los catalanes, que utilizan el español como lengua de convivencia y comunicación cotidiana. Incluso en el ámbito político, el fracaso del procés y la caída en la popularidad de los partidos separatistas evidencian que los intentos de imposición no solo son antidemocráticos, sino también contrarios a la realidad social de la región.

La campaña de la Plataforma per la Llengua es una prueba más de cómo el independentismo sigue recurriendo a la manipulación, la mentira y el victimismo para justificar su narrativa. Sin embargo, sus cifras infladas y sus métodos cuestionables no logran esconder la verdad: el español sigue siendo el idioma que une y vertebra a Cataluña con el resto de España, a pesar de los esfuerzos desesperados de quienes buscan lo contrario.

La protección del español en Cataluña no es una utopía ni una cuestión ideológica, sino una necesidad urgente para garantizar los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos. Es imprescindible frenar estas campañas separatistas que buscan dividir en lugar de unir.

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