La corrupción política en España se dispara con Sánchez

La corrupción política en España se dispara con Sánchez

La corrupción política en España se ha convertido en una realidad innegable. Bajo el mandato de Pedro Sánchez, nuestro país ha descendido a niveles alarmantes de podredumbre institucional. Según el último informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE), España se sitúa ya como uno de los 15 países más corruptos de la OCDE, una vergonzosa distinción que evidencia un derrumbe moral sin precedentes.

La corrupción política en España se dispara un 178 % desde 2019

Este think tank ha publicado un estudio demoledor que pone cifras al desastre institucional. El dato más revelador: el indicador de corrupción política en España ha empeorado un 178 % en los últimos cinco años, situando a nuestra nación en la posición 14 de 38 países analizados por la OCDE. Este desplome coincide con la etapa en la que Pedro Sánchez ha ejercido el poder con total impunidad, favoreciendo a sus socios, repartiendo prebendas y socavando los pilares del Estado de Derecho. “El indicador ha registrado un aumento notable en los últimos cinco años, lo que evidencia un deterioro institucional significativo”, asegura el informe del IEE.

Esta frase resume el sentir de millones de españoles: decir Sánchez es decir corrupción.

Las empresas no confían: corrupción generalizada y obstáculos estructurales

Otro dato inquietante del estudio: el 91 % de las empresas españolas cree que la corrupción está generalizada, frente a una media del 64 % en la Unión Europea. Y más de la mitad —un 51 %— afirma que la corrupción representa un obstáculo para su actividad empresarial, comparado con el 36 % en la UE.

La corrupción política en España no es un fenómeno abstracto ni exclusivo de políticos. Afecta al tejido económico, al empleo, al desarrollo de nuevas empresas. La percepción empresarial es un termómetro claro: este sistema está podrido hasta la raíz.

Estos datos desnudan a Sánchez. No solo ha fracturado España territorial y socialmente. También ha convertido al país en un lodazal ético que ahuyenta inversión, dinamita el mérito y premia el enchufismo.

La Comisión Europea y la OCDE también alertan sobre España

No se trata de opiniones políticas: las instituciones europeas comparten esta alarma. La Comisión Europea advierte que España se aleja peligrosamente de los estándares de control institucional exigidos a los Estados miembros. Lo mismo hace la OCD.

Esto no es casualidad. Un Estado sin controles favorece el clientelismo socialista, las redes de favores, los nombramientos a dedo, los contratos públicos opacos y el silencio cómplice de los medios afines. La corrupción política en España, por tanto, no solo crece: se institucionaliza.

Sánchez ha convertido España en un país corrupto

Lo afirmamos sin ambages: Sánchez ha convertido a España en un país corrupto. No solo por los escándalos que afectan a su entorno, sino por haber erosionado cada contrapeso democrático.

El resultado: España ya no es un país fiable para la inversión internacional, ni una democracia sólida. Es un cortijo socialista al servicio de los intereses de un solo hombre.

Decir Sánchez es decir corrupción

Esta es la frase que mejor resume el momento político actual: Decir Sánchez es decir corrupción. Porque cada medida de su Gobierno está orientada al control del poder por el poder, sin escrúpulos, sin límites, sin respeto por la verdad ni la legalidad.

La corrupción política en España es hoy estructural porque el Gobierno ha eliminado los mecanismos que deben evitarla.

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