Clamor cívico contra el pacto del socialista Salvador Illa por el catalán: «Quieren erradicar el español»

salvador Illa defiende el separatismo

Entidades como Sociedad Civil Catalana e Impulso Ciudadano creen que es un «pago a ERC»

El pacto lingüístico de Salvador Illa: ¿un paso más hacia la sumisión separatista?

El pacto por el catalán que ha firmado el socialista Salvador Illa ha desatado un clamor social en contra. Este acuerdo, impulsado por el Gobierno catalán del PSC en alianza con ERC, los Comunes y las principales asociaciones separatistas, como Òmnium Cultural y Plataforma per la Llengua, no es solo un ataque contra el bilingüismo en Cataluña, sino una rendición descarada ante los postulados separatistas.

Un pacto de sumisión a ERC

El pacto, denominado «Pacto Nacional por la Lengua (catalán)«, no es otra cosa que una clara cesión del PSC a los intereses de ERC. Es la constatación de que el presidente del Gobierno catalán, Salvador Illa, vendió su alma política a los separatistas a cambio de asegurar su apoyo en su investidura. Las entidades defensoras del bilingüismo, como Sociedad Civil Catalana e Impulso Ciudadano, han sido contundentes al denunciarlo como un «pago a ERC» por su apoyo a la investidura de Illa. Según estas entidades, el pacto está diseñado para «erradicar el español» en Cataluña, especialmente en el ámbito público y educativo.

El PSC, en su afán por mantener el poder a toda costa, ha optado por alinearse con la agenda separatista y asumir las tesis de ERC, que buscan una Cataluña monolingüe, donde el español no tiene cabida. Es evidente que el pacto entre Illa y sus socios no es una política inclusiva, sino un acto de imposición lingüística que divide a los catalanes y margina a millones de ciudadanos que tienen el español como lengua materna.

Un pacto autoritario que niega la diversidad lingüística

El «Pacte Nacional per la Llengua» recoge el objetivo de expandir el uso del catalán en todos los ámbitos, tanto públicos como privados. De acuerdo con el pacto, la Administración General del Estado se compromete a asumir la oficialidad plena del catalán en las relaciones con la ciudadanía de Cataluña y en las empresas concesionarias del Estado. Esto incluye, por ejemplo, los grandes puertos y aeropuertos de Cataluña, donde se implantará el catalán como lengua de comunicación con los ciudadanos.

Este pacto no solo excluye al español, sino que también establece un modelo lingüístico monolingüe que ignora la realidad sociolingüística de Cataluña. Más de la mitad de los catalanes son hispanohablantes, pero bajo el gobierno de Illa, esa realidad está siendo sistemáticamente ignorada. Las críticas no han tardado en llegar, especialmente desde los colectivos que defienden el bilingüismo. La Asamblea por una Escuela Bilingüe ha calificado este pacto como un «manual de imposición lingüística», que pone en peligro la convivencia en una sociedad que siempre se ha caracterizado por su pluralidad lingüística.

El pacto como una herramienta de división social

El pacto también ha sido duramente criticado por su carácter sectario y discriminatorio. Impulso Ciudadano, entidad que se ha manifestado en contra de las políticas separatistas desde la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa, denuncia que este acuerdo no tiene como objetivo proteger la lengua catalana, sino imponerla. De acuerdo con esta organización, el pacto no hace más que transformar Cataluña en un lugar donde solo se reconocerá el catalán como lengua oficial, excluyendo a los castellanohablantes de la vida pública, educativa y cultural. En su manifiesto, la entidad califica este acuerdo como un modelo «excluyente, monolingüe y autoritario» que atenta contra los derechos lingüísticos de millones de catalanes.

En lugar de fomentar la convivencia y el entendimiento entre los ciudadanos, el «Pacte Nacional per la Llengua» alimenta la división. Al excluir el español, se está creando una brecha aún más profunda en la sociedad catalana, donde los hispanohablantes se ven cada vez más marginados. La imposición del catalán no solo afecta al ámbito educativo, sino que también se extiende a la administración pública y los servicios.

La hipocresía del PSC: sumisión en nombre del poder

El pacto de Salvador Illa con ERC demuestra hasta qué punto el PSC está dispuesto a traicionar a los ciudadanos de Cataluña con tal de mantenerse en el poder. A pesar de que Illa siempre se ha presentado como un defensor de la convivencia, sus políticas han sido una muestra de hipocresía. El PSC ya no se distingue de los partidos separatistas. Al igual que Pedro Sánchez, Illa está dispuesto a ceder a las presiones del separatismo con tal de asegurar su permanencia en el poder.

El PSC ya no representa a los catalanes que defienden el bilingüismo. Illa ha abandonado a quienes creen que Cataluña debe ser un lugar donde convivir en paz y armonía, respetando tanto el catalán como el español. Ahora, el PSC se ha sumado al carro de la imposición, y de la discriminación, un carro que avanza a toda velocidad hacia la división social y la marginación de los hispanohablantes.

La necesidad de una Cataluña de todos, esto es. española

Cataluña necesita un modelo lingüístico que respete la pluralidad de su sociedad, que garantice la igualdad de derechos para todos los ciudadanos, independientemente de su lengua materna. El «Pacte Nacional per la Llengua» de Salvador Illa no cumple con esta premisa. Al contrario, impone una única lengua oficial, el catalán, y marginaliza a millones de ciudadanos que tienen el español como lengua habitual.

Es urgente que se revierta este pacto y que las políticas lingüísticas en Cataluña se orienten hacia el respeto a los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos. No se puede permitir que los intereses de los separatistas prevalezcan sobre la libertad y los derechos de quienes, en su mayoría, quieren vivir en una sociedad bilingüe, donde el catalán y el español sean iguales. Cataluña es España.

Illa debe rendir cuentas ante los catalanes

El pacto firmado por Salvador Illa representa una traición a los valores de unidad y convivencia que deberían prevalecer en Cataluña. Illa debe rendir cuentas ante los ciudadanos por su evidente sometimiento a los intereses separatistas. Su deriva política está llevando a Cataluña por un camino de división y enfrentamiento, y los catalanes merecen algo mejor.

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