Mientras el indulto es una gracia donde la persona sigue siendo culpable, pero se le perdona el cumplimiento de la pena, en la amnistía es el Estado quien pide perdón a los delincuentes. Y eso es lo que quieren los obispos catalanes.
En la amnistía se deslegitima al Estado reconociendo, por de pronto, que es quien ha hecho el mal y por eso pide perdón.
Los viajes del presidente de la Generalidad a una audiencia con el Papa así como del prior de la Abadía de Monserrat a un encuentro con Puigdemont, los pasados días 6 y 7 de noviembre, – y teniendo en cuenta la habitual y astuta diplomacia vaticana – lanzan la señal de que el pacto con Pedro Sánchez para amnistiar a los procesados por el golpe separatista del 1-O goza de la bendición de parte de la jerarquía eclesiástica – y en especial la catalana-.
Los obispos catalanes traicionan a España y se ponen a favor de la amnistía, esto es, de los golpistas
La complacencia, mediante lenguaje ambiguo, de los obispos y de las entidades religiosas de Cataluña hacia una ley de amnistía como precio de investidura es un claro signo de traición a España y sus feligreses.
Y es que hay que recordar que mientras el indulto es una gracia donde la persona sigue siendo culpable, pero se le perdona el cumplimiento de la pena, en la amnistía es el Estado quien pide perdón a los delincuentes. En la amnistía se deslegitima al Estado reconociendo, por de pronto, que es quien ha hecho el mal y por eso pide perdón. ¡Y eso es lo que pretenden ciertos obispos! ¡Que el Estado español se ponga de rodillas y pida perdón ante unos golpistas! Es una actitud más propia de traidores que de obispos.
Los obispos catalanes han apostado y apoyado la independencia de Cataluña del resto de España y dicen contar con el beneplácito del Vaticano. El problema es que ni el Presidente de la CEE, cardenal Omella, ni el propio Vaticano no solo paran esta traición sino que parece con su actitud que la avalan.
Se desmarcan ante la Conferencia Episcopal Española (CEE)
Así, en esta ocasión ha bastado con que el secretario de la Conferencia Episcopal Española (CEE), César García Magán, considerara en un comunicado muy blandito y ambiguo que no hay situación excepcional que aconseje la amnistía, pero sin oponerse a ella, para que los prelados catalanes emitiesen un comunicado desmarcándose de García Magán y proponiendo una «neutralidad edificante» para «la igualdad, la cordialidad y el diálogo». Dicho comunicado fue respaldado por el cardenal Omella, quien ostenta dos cargos: presidente de la CEE y miembro de la Conferencia Episcopal Tarraconense como arzobispo de Barcelona, a la hora de la verdad apoya a la Conferencia Episcopal Tarraconense.
Pese a que el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, sea presidente de los obispos de toda España su compromiso personal y de la jerarquía eclesiástica catalana con la causa nacionalista y separatista no muestra síntomas de debilidad. Lo atestiguan recientes artículos sobre la amnistía publicados en ‘Catalunya Religió’, como el del benedictino Josep-Miquel Bausset, que apoyándose en Desmond Tutu y Joan Enric Vives incluye al Papa en la cruzada proamnistía, arremetiendo contra Feijóo y Abascal. O el de una firma habitual de esa publicación, Lluís Serra Llansana, quien sostiene que esa medida de gracia beneficiaría también a la Justicia española «después de recibir reveses sin paliativos en Bélgica, Alemania, Escocia e Italia».
En definitiva, los obispos catalanes, -por miedo, omisión o por convencimiento-, están apoyando al separatismo golpista catalán. Y esta es la realidad, aunque nos duela.
(Con información de Voz Populi)
3 comentarios en «Obispos de Cataluña traicionan a España y apoyan a los golpistas separatistas catalanes»
No me puedo creer que los obispos catalanes apoyen a la causa nacionalista y separatista y a los golpistas…
Ya eran así con Franco, conque ahora… No hay más que acordarse del seudorreferendo ilegal de hace años, con los templos catalanes guardando las fiambreras-urnas con todo descaro, la gente acercándose a comulgar con la papeleta del voto en la mano y depositándolo en el mismo viaje, las esteladas en los campanarios y en los altares, a veces cubriendo el ara y celebrándose el culto sobre ellas… Eso sí que es profanación en toda regla, y encima la Conferencia Episcopal y el Papa calladitos. Y, me imagino que costará encontrar misa en castellano más que en inglés en tierras catalanas. Del latín no digo nada, el Papa lo quiere quitar, así que…
Y para lo que les va a servir. Si el Gobierno quiere imponer laicismo, permitir y fomentar `profanaciones, confiscar bienes de la Iglesia, etc, lo va a hacer igual.
Pues nada, ya saben lo que toca: plantearse no tachar la X en la próxima declaración del IRPF (sólo falta que el dinero por ese concepto vaya a parar a las manos de estos judas, que traicionan y se lo quedan) y no dar nada en ninguna colecta sospechosa de que vaya a ocurrir eso.
Recuerden las almas dormidas aquellas urnas-fiambreras del falso referéndum catalanazi, en los altares o cerca de ellos, para poder votar en Misa a la vez que se iba a comulgar. De aquellos sacerdotes y obispos profanadores e idólatras y del silencio cómplice de sus hermanos en el episcopado no cabe esperar otra cosa. A todo esto, el Papa calladito. Mejor que no venga, si no va a hacer nada al respecto.